¡Pobres sentados sobre piedras de oro!

 

"Entre el débil y el fuerte, es la libertad la que oprime y la ley la que libera". Jean-Jacques Rousseau

Si, en eso nos hemos convertido la inmensa mayoría de los venezolanos y venezolanas que vivimos en este país, fabulosamente rico, por haber caído en manos de un gobierno nefasto, que se ha desviado totalmente de la ruta que comenzábamos a recorrer de la mano de un verdadero líder que desafortunadamente fue asesinado, quién sabe si con la complicidad o bajo la dirección de algunos de los personajes que actualmente tienen las riendas del poder en Venezuela.

De lo que no existe ninguna duda es que, desde hace unos cinco años, la situación económica de quienes no formamos parte del gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales, los contratistas privilegiados del Estado, los banqueros, los militares, la denominada burguesía parásita comerciante, etc., ha ido empeorando continuamente, mientras unos pocos se enriquecen grosera e impunemente sin que nada pueda alterar dicha situación, condenando al resto de la población a la más ignominiosa pobreza.

Todo esto ocurre debido al absoluto irrespeto de la Constitución Bolivariana de Venezuela y las Leyes de la República, cuyo primer violador es el propio gobierno nacional. El Pueblo Soberano es continuamente engañado y manipulado, debido al control absoluto que tiene el gobierno de todos los medios de comunicación e información, junto con un ejército de hackers, bots, etc. que controlan las redes sociales. Es por esta razón que la mayoría de la población venezolana se encuentra aturdida, confusa, temerosa, completamente desorientada, padeciendo hambre, enfermedades y desprotegida por un Estado que no le brinda la más mínima asistencia a sus ciudadanos y una clase dirigente insensible y corrupta, violadora de todas las normas que rigen el país.

Razón tenía Jean-Jacques Rousseau al afirmar que "Entre el débil y el fuerte, es la libertad la que oprime y la ley la que libera".

Al pueblo en general le han permitido la inobservancia y el irrespeto de algunas leyes, que han ocasionado el bachaqueo, el pequeño contrabando, el comercio informal, algunas guarimbas y desórdenes, etc., lo cual ha permitido que "el que tiene más saliva coma más harina". Y evidentemente quienes tienen más saliva siempre son los más ricos, los que controlan los medios de comunicación e información, los gobernantes y los enchufados. Es por esto que el pueblo desprotegido se encuentra en la más despiadada y deprimente pobreza y el abandono inhumano por parte de un pequeño grupo de privilegiados, a pesar de las ingentes riquezas que tiene nuestra Patria.

En síntesis: es debido al irrespeto de las leyes por el propio Estado, a la corrupción e ineficiencia en el ejercicio de sus funciones, donde se concentra el gran peso de nuestras calamidades y desgracias. Basta decir que en los últimos 18 años se dilapidaron más de dos billones de dólares provenientes de la renta petrolera, PDVSA va palo abajo hacia el colapso total, la CVG tiene una producción por debajo del 20%, el Arco Minero del Orinoco es ya casi del Imperio (constituido por las empresas transnacionales). Cada venezolano, inclusive nuestros niños, ha adquirido una deuda de 6.000 dólares, el gobierno no ha querido, o no ha podido controlar a los comerciantes. El empresariado y la banca en Venezuela han sido los principales colaboradores de las empresas transnacionales para que expriman nuestras riquezas. No ha existido una verdadera protección al agro venezolano, el campesino está completamente abandonado, no producimos en el país la maquinaria agrícola que requerimos, ni tampoco suficiente maquinaria industrial básica. El gobierno no facilita, sino que más bien entorpece la pequeña y mediana industria nacional.

Ahora, para completar el cuadro, la ilegítima e ilegal anc, acaba de aprobar la antinacional "Ley de Promoción y Protección a la Inversión Extranjera", la cual pone en enorme desventaja a todas las empresas venezolanas y trabajadores en general, frente a las empresas extranjeras. Mientras tanto, el gobierno insiste en que le tienen montada una "guerra económica". Pero es el gobierno junto con la burguesía, los principales causantes de dicha "guerra económica".

Nuestras universidades no están incorporadas al desarrollo del país. No producimos medicamentos, ni insumos para la salud. No existe una política racional de comercio exterior, pues exportamos todas las materias primas y nuestro petróleo crudo, para luego importar todo tipo de bienes elaborados. Nuestra gasolina tiene un precio exageradamente bajo por lo cual lo único que se favorece es el contrabando de extracción y el enriquecimiento de unos cuantos gerentes de PDVSA y dirigentes del psuv.

La historiografía recoge que en casi todos los tratados y acuerdos comerciales suscritos por Venezuela y Estados Unidos, los principales promotores y mediadores fueron, las Cámaras de Comercio privadas del país, que se unieron en lo que hoy se conoce como FEDECAMARAS para defender los intereses del Imperio del Norte y sus empresas transnacionales en nuestro territorio.

Después de más de cien años de estar vendiendo petróleo crudo, pues los gobiernos de todos los colores políticos se despreocuparon por refinarlo y crear una gran industria petrolera nacional, que fuera motor para el desarrollo, más bien prefirieron importar, no solamente los derivados del petróleo, sino todo lo que requería el país. A pesar de haber vivido varias épocas de bonanza en ese periodo, de haber podido desarrollar y modernizar la agricultura, la minería, de haber podido construir un excelente sistema social y económico para el Pueblo venezolano, hoy nos encontramos viviendo en la miseria más horrible que puede padecer un pueblo por culpa de unos obtusos egoístas e insensibles gobernantes y dirigentes políticos, económicos, obreros, académicos, periodistas e intelectuales. Todos sin excepción son culpables de este desastre que está sufriendo la población venezolana, unos por acción, otros por omisión, otros por complicidad, por no denunciar la corrupción, o por hacerse de la vista gorda. Incluso el pueblo venezolano tiene parte de la culpa por ser tan tolerante, por ingenuo, por no reclamar sus derechos, por conformarse con la promesa de un pernil o de un bono y actualmente hasta por irse del país sin luchar, abandonándolo a su suerte.

¡Seamos responsables! En parte todos tenemos la culpa, aunque la mayor responsabilidad evidentemente le corresponde a toda la clase dirigente.

El gobierno actual insiste en que todo se debe a una "guerra económica", y no quiere aceptar que él es el principal promotor de dicha guerra por haber mantenido un perverso diferencial cambiario, por medio del cual, arbitrariamente otorga dólares a Bs. 10, a personas y empresas de su predilección, para que luego los vendan a mas de cien mil Bolívares.

Con medidas similares durante más de cien años, han logrado los diferentes gobiernos que hemos tenido, desangrar el país y convertirnos en unos ¡Pobres sentados sobre piedras de oro!

Y pudiéramos hacer muchas más reflexiones similares, que por lo demás, son válidas para todo el planeta, pues nos muestran las causas de nuestra pobreza, desigualdad y miseria, junto con las acciones que deberemos tomar para defendernos entre todos, chavistas, antichavistas y ninis.

Ahora bien, ¿cómo vamos a salir de este atolladero en que nos han metido nuestros dirigentes políticos, económicos, religiosos, sociales, etc.?

Ciertamente no será con la ayuda de un mesías que aparezca de repente proveniente de la burguesía o de la burocracia gobernante, un militar, un pastor religioso, o un multimillonario de esos que existen en el mundo, mientras nosotros la pasamos embobados viendo la televisión o jugando con nuestros celulares inteligentes, o esperando un cambio que caiga del cielo y se nos resuelvan todos nuestros problemas como sociedad.

Es hora de reaccionar y aceptar la realidad del presente, no importa dónde nos encontremos y cuáles son nuestros problemas. Tenemos que enfrentarlos y resolverlos. Buscar culpables no resuelve nada. Tenemos que involucrarnos activamente en búsqueda de la solución de dichos problemas. Si no lo hacemos, se perderá la razón de ser de nuestra existencia. No se trata de huir a otro país para escapar de esta realidad y encontrar la felicidad que aquí no hallamos. Venezuela no se acaba. Nuestro país continúa siendo inmensamente rico y además, en todas partes se nos presentarán los más diversos problemas, pero es aquí donde nuestra colaboración es más necesaria. Hay que tomar consciencia del deber social. En estos momentos resulta indispensable la unión popular, la organización del pueblo, el civismo, el humanismo, etc. Es actuando, es superándonos de forma individual y colectiva, es buscando la manera de disminuir la marginalidad que nos afecta a todos, es apoyando a nuestro hermano que busca en la basura, a quien empuja su carro en una avenida, a nuestros familiares, a nuestros vecinos que están más necesitados. Fomentemos la solidaridad entre todos y veremos que Venezuela y nuestra felicidad experimentan un asombroso desarrollo. Convenzámonos que no es solo el dinero lo que aumenta la felicidad. Podemos ser muy ricos prescindiendo de muchas cosas materiales y superfluas, pero vivimos en una dependencia mediática y esclavizados por la simplicidad y la publicidad banal que nos embrutecen y nos hacen consumistas compulsivos.

El capitalismo no es el sistema perfecto. El socialismo no ha podido consolidarse enteramente en ninguna parte. Hasta la fecha no existe ninguna corriente política o económica que haya demostrado ser totalmente exitosa para la humanidad, como lo comprueba el hecho de que más del 80% de la población mundial vive por debajo del umbral de la pobreza, teniendo el planeta suficientes recursos para toda la población. El planeta es un inmenso laboratorio y toda la humanidad es responsable de su equilibrio y conservación.



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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