El capitalismo monárquico y la sociedad en decadencia

El capitalismo como sistema de dominación en masas, ataca las sociedades, desde el centro de las comunidades, en su epicentro como lo son las familias, a través de las más vil de las de las formas de control, que coloca al hombre como dominador de los que se encuentran a su alrededor. Pero a su vez atrapados, por la miseria, que no le permite escapar de su situación. Bajo el convencimiento psicológico que ese es su destino, y que, para él no hay más; arropado por una cultura sexual, donde su yo interno le dice que puede ejercer sus instintos a su antojo.

El capitalismo, en su falso progreso, que en la realidad, es la madre de los flagelos sociales que lo destruye todo, utiliza a el hombre para el dominio de las personas. Atrapa en vicios y lo hace esclavo para no vivir la realidad, y coloca a la mujer como instrumento de satisfacción y premio por la labor realizada. En las noches las comunidades se mantienen despiertas a otra forma de vida, de hombres despiertos y mujeres dormidas, esclavos todos, sosteniendo una falsa economía. Cada esclavo es una llave para una puerta abierta, a la voluntad capitalista. En la mañana hombres de egos satisfechos, caminan hacia sus trabajos mal pagados, o se mantienen en sus esquinas, consumidos por una pobreza extrema que solo les permite sobrevivir. Dentro del mismo juego, mujeres entretenidas con vanidades que esconden su triste realidad. En esta ecuación de sometimiento el único resultado es el atraso de un país.

La pobreza y el control de los puestos de trabajo de la mano la baja remuneración obligan a cada individuo a adentrarse en el juego delincuencial; todo organizado para fingir una falsa paz. Instituciones que no funcionan, y que se hacen cómplices y participantes de la fatalidad. Mujeres solas que luchan contra un mounstro de millones de cabezas, por salvar a su hijos e hija al terrible destino que el capitalismo presenta. La pobreza y la miseria, da a la jauría de esclavos un catálogo de rostros y cuerpos vulnérales a ser escogidos para continuar con la generación de terribles.

El imperio sabe que así, una nación tendrá una ínfima posibilidad de progreso. Una comunidad de esclavos, sin preocupaciones, sin aspiraciones, sin proyectos, una sociedad esclavizada que genera un país bajo dominación burgués.

La manipulación económica, controla la intensidad de los problemas sociales. Actualmente, en el caso de Venezuela el poder adquisitivo da lugar a que la situación se agrave y esto representaría una salida gubernamental, que es lo que los intereses imperialistas buscan para poner sus manos en los recursos naturales del país.

Es inaudito que excitan seres tan calculadores, y perversos que no escatiman para destruir, y así enseñorearse por encima de los demás. La existencia de naciones depredadoras, que se une a otra con el fin de intimidar y destruir. Estos, apoyados por la ambición de los que agazapados disfruta también del botín. Mientras las organización parapetos, que los imperios poseen, se esconden para salir después del debacle y la destrucción de millones de inocentes, en cualquier cantidad de países del mundo.

 

lidisaguilarpinto@gmail.com



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