Al son que le toquen

Es indudable que la oposición venezolana está bailando al son que le toca el gobierno. Existe carencia de sentido crítico, de malicia y de verdaderos líderes para realizar las acciones requeridas en una situación de crisis política, social, moral y económica, como la que vivimos actualmente los venezolanos.

Es bochornoso ver como los diferentes partidos se encuentran en la actualidad enfrascados en la colocación de sus precandidatos para los diferentes cargos a ser electos en los supuestos próximos comicios. No se dieron cuenta los directivos de los partidos que el obligarlos a contarse en la legitimación de los partidos conllevaba la exacerbación de los egos individuales y colectivos y con ello la fractura de la unión debilitada que los llevó al triunfo el 5 de diciembre del 2015.

Buscar candidatos presidenciales en este momento, cuando toda la energía debía estar enfocada a la realización de las elecciones de gobernadores y alcaldes, es a mi juicio, una manera de diluir los esfuerzos y de ahuyentar a los millones de votantes independientes que inclinan la balanza electoral hacia uno u otro bando.

El aparecer ante las pantallas de televisión con franelas alusivas a sus respectivos partidos políticos es dejar ver las fisuras de la MUD y de demostrar que las verdaderas ambiciones de cada uno de los grupos que la conforman son las de usar esa herramienta como plataforma para alcanzar el poder para sus grupos.

Cuando preguntan a los líderes de esos partidos sobre los planes a seguir de llegar al gobierno, sólo se obtienen evasivas o soluciones simples sacadas de un sombrero de mago. No he escuchado a ninguno que hable sobre la necesidad de vender activos, de apretarse el pantalón ante una ola de incrementos de tarifas por servicios públicos, de aumento de las tasas de interés para los préstamos bancarios, de aminorar el gasto público, de aplicar planes de emergencia ante la ola necesaria de despidos, de incremento en los precios de los combustibles y de sentarse a discutir una nueva constitución donde se incorporen nuevos elementos para incrementar el desarrollo económico nacional.

Sin planes a largo plazo no hay desarrollo posible en una nación como Venezuela, donde existen todos los elementos necesarios para llevar adelante un resurgimiento de la economía y donde todo depende de la capacidad de sus ciudadanos de adaptarse a nuevos métodos, nuevas políticas y nuevas concepciones sobre el manejo de los dineros públicos.

Ese plan de largo aliento debería estar dándose en este momento con la inclusión de todos los que tengan algo que aportar. No nos podemos dar el lujo de volver a crear una Constitución instantánea ni de mantenernos en los caudillismos personales o partidistas que han llevado a la nación hacia un barranco.

Creo que el poder debe diluirse. No podemos continuar con este sistema donde un solo hombre es capaz de decidir en al campo de las leyes, de la ejecución de las políticas, de la educación, del accionar de las Fuerzas Armadas, de la economía y de todo lo que acontece en esta nación, cuando existimos cerca de 30 millones de seres pensantes, capaces de aportar algún pequeño esfuerzo para levantar al país y llevarlo a la cúspide de la excelencia.

 igorgarca@hotmail.com



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