Planetas, imperio y el futuro de la humanidad

Después de cientos de millones de dólares y muchos años de investigación, los científicos de la NASA descubren lo que hace ya miles de años los antiguos textos védicos  nos revelaron, y lo que nuestros antepasados originarios ya nos enseñaban, que existen en el universo planetas habitables y por supuesto la posibilidad de vida en otras galaxias.

Estos planetas “descubiertos” por la NASA; se encuentran a miles de años luz de la tierra, noticia no muy esperanzadora para los que creen en un éxodo de los elegidos hacia un nuevo hogar después del inevitable aniquilamiento de nuestro hermoso planeta azul, producto de la codicia, el egoísmo y la estupidez de los psicópatas que lo gobiernan, y la servil complacencia de millones de consumidores compulsivos adictos al capitalismo.

Según un último informe de la FAO, el futuro de la alimentación humana está en grave peligro, debido a los métodos de explotación que actualmente rigen en el mundo, según ellos las fuentes de agua subterráneas se agotan rápidamente, mientras, se le siguen entregando concesiones a las transnacionales para utilizar  estas fuentes no renovables en la fabricación del veneno que ellos llaman “refrescos” y para que embotellen y vendan, a precios elevadísimos , un recurso natural que nos pertenece a todos.

Los bosques siguen desapareciendo a un ritmo cada vez más vertiginoso, con ellos desaparecen miles de especies, vegetales y animales, destruyendo  el delicado sistema ecológico que nos otorga este extraño y único fenómeno que es la vida. Todo para empujar una agro industria depredadora que solo enriquece a los dueños de las corporaciones de la muerte, mientras millones sufren y mueren de hambre.

Y mientras nuestros sesudos científicos, se queman los ojos buscando vida en otros sistemas solares, aquí en la tierra, el único planeta que en verdad nos debería interesar, las cosas se ven cada vez peor. El nuevo administrador del imperio se quita su disfraz de lobo para mostrarse como  lo que realmente es, otra marioneta al servicio de las elites financieras y su gran mafia. Solo hay que echar un vistazo a los seleccionados para puestos clave en su gabinete, ladrones y corruptos, guerreristas desquiciados,  racistas y capitalistas enfermos dispuestos a acabar con la poca educación gratuita que aun sobrevive en la U.S.A, acabar con la base de la grandeza de esa nación, sus emigrantes, y continuar con las guerras injerencistas, las torturas y demás atrocidades llevadas adelante por todas las administraciones imperiales, en nombre de la “democracia” y el libre mercado.

En el Japón, el desastre de Fukushima, aunque invisibilisado por los prostituidos medios de comunicación transnacionales, sigue contaminando las aguas del océano pacifico y la atmósfera, a un ritmo comparable al de una explosión nuclear diaria, nadie sabe cómo detener la catastrófica fusión nuclear causada por el terremoto. Las corrientes marinas arrastran los materiales radioactivos contaminándolo todo, la vida marina y toda la cadena alimenticia, alguien dijo sushi?

En las grandes ciudades donde malvivimos la gran mayoría, las viejas y nuevas mal llamadas clases medias, siguen hipnotizadas con sus pantallas, perdidas en un mundo de ilusión, en un torbellino de informaciones falsas Y medias verdades, un mundo donde el verdugo es convertido en víctima, y el payaso en rey, soñando que algún día, un banquero o un empresario “honesto” y “eficiente” los saque de su precariedad, cuando los hechos demuestran que cuando los jalabolas de las elites imperiales toman el control, lo único que saben hacer es destruir las clases medias ,precarizar más a los miserables y beneficiarse ellos y a los suyos en un aquelarre de corrupción y sinverguensuras. En la vieja Europa, las mafias financieras tienen a Grecia de rodillas y a su pueblo sufriendo las más grandes privaciones y un plan de privatizaciones nunca visto antes en Europa, solo para seguir alimentando las insaciables arcas de las elites financieras globales.

En NuestrAmerica, la derecha y el fascismo continúan su ataque inexorable contra todo lo logrado en los últimos años de avance de las fuerzas progresistas, desmontando lo construido, quitándole  sus derechos a los pueblos, encarcelando y asesinando activistas y líderes sociales, indígenas y campesinos que tratan de defender la pachamama de la vorágine capitalista.

Así las cosas, la vida se nos ha convertido en una casi apocalíptica película de ciencia ficción, cargada de visiones distopicas de un mundo en decadencia, gobernado por psicópatas subhumanos, un mundo donde, tal como lo previo Marx, los grandes capitalistas empiezan a pelearse entre ellos, los vientos de guerra  siguen soplando cada vez con más fuerza y los desastres naturales y no tan naturales nos azotan cada vez con más frecuencia, un mundo a merced de las corporaciones y de todo tipo de fundamentalismos  y donde  la humanidad parece haber perdido todo  rastro de empatía, solidaridad y compasión, donde muchos adoptan esa posición tan gringa de “no me importa un coño”, no me importa la injusticia, ni el sufrimiento de los demás, solo me interesa mi vida y como seguir satisfaciendo mis deseos egoístas, y en estas circunstancias, algunos revolucionarios nos preguntamos a veces si vale la pena seguir luchando, mientras seguimos echándole la culpa al mal gobierno,  a las elites corruptas, Viejas y nuevas, a los empresarios bachaqueros, y finalmente a un pueblo que quizás nunca estuvo a la altura de un reto tan grande como es el sacar a la humanidad de esta nueva época de oscuridad en la que lentamente nos ha ido hundiendo un modelo patriarcal cada vez más autoritario implantado a sangre y fuego por las corruptas elites financieras globales y cuyas corporaciones transnacionales hoy mantienen una destructiva guerra contra el planeta entero.

Y la respuesta es SI, SI, Y MIL VECES SI, porque tenemos ejemplos a seguir, tenemos a Chávez, a Fidel, al Che, y tenemos el ejemplo de miles de compañeros que se han dado cuenta que la pelea es peleando, y que no podemos esperar nada, sino de nosotros mismos, de nuestro trabajo de nuestra lucha, de nuestra organización, compañeros que siguen rodilla en tierra, con o sin apoyo oficial, buscando la autosustentabilidad, compañeros que han aprendido a utilizar un estado, que aunque aún funciona bajo una estructura burguesa, no nos persigue ni asesina como los mal llamados estados “democráticos” del mundo , que predican una cosa y hacen exactamente lo contrario ,  un estado que puede y debe ser utilizado por los colectivos organizados para superar el ataque brutal de las elites locales y globales contra la patria de Bolívar.

Nuestra revolución no es perfecta, pero es nuestra revolución, y debemos llevarla a cabo entre todos, con moral,  con ética, con honestidad y profundo compromiso revolucionario, criticando y ayudando a cambiar lo malo, pero reconociendo y profundizando lo bueno que no es poco.
No es hora para divisionismos, ni para satisfacer ambiciones partidistas o personales, no debemos dejarnos confundir por las operaciones psicológicas de un enemigo, que aunque poderoso, no tiene de su lado las armas más importantes: la verdad, el amor y el compromiso por lograr un mundo mejor.

Desde el estado los funcionarios verdaderamente comprometidos deben seguir las órdenes del presidente Maduro y gobernar con el pueblo, ayudando a los movimientos sociales, colectivos y organizaciones, a organizarse para llevar adelante una revolución, que debe convertirse en la antorcha que ilumine e inspire a los millones de seres humanos que en el mundo entero, hoy comienzan  lentamente a despertar de la pesadilla del capitalismo y que luchan por la construcción de un mundo nuevo y mejor.



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Gustavo Corma


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