En la televisión en vivo, desde siempre, no se puede controlar todo el contenido que ve el espectador, suelen aparecer imprevistos de vez en cuando, porque la “vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” como dice la salsa famosa. En la época de la televisión en vivo sucedieron situaciones que terminaron siendo normales a pesar de los dislates que agradaron a más de un televidente. Era parte del espectáculo, decíase entonces.
Nuestro Presidente Maduro vivió una de las sorpresitas que lo han enfrentado a la realidad, no a la ficción en que ha devenido la programación de la televisión pública venezolana. Creo que fue el exalcalde Juan Barreto quien dijo “que quería mudarse a VTV para disfrutar del país que allí se construye con imágenes muy cuidadosamente seleccionadas”.
Este domingo 5 de febrero conocimos el nombre de heroína venezolana, una joven mujer que no vaciló de decirle al Presidente la verdad que está viviendo en el Liceo donde estudia quinto año, el Benito Canónico, fundado en honor del famoso músico autor del “Totumo de Guarenas” y que funciona en esa misma localidad. Dulby Tabarquino (16 años) con mucho tacto y segura de sus afirmaciones (en el reality show dominguero de Maduro), expresó lo siguiente:
“…tenemos problemas de infraestructura, no tenemos portón… no hay comedor y somos 450 estudiantes, muchos se nos han desmayado… necesitamos pupitres, luces… pintura para nosotros mismo pintar… en la azotea se está cayendo una parte del techo porque tiene un hueco…”
Me imagino que a todos les sorprendió tal elocuencia y puntualización de males en medio de un programa que se supone es para resaltar la obra oficial y no para realizar denuncias inesperadas.
Pero el asunto traía su cola. Este liceo padece males desde hace tiempo, durante el mes de mayo de 2009 un grupo de estudiantes cerraron la intercomunal de Guarenas para protestar porque “sólo oían cuatro horas de clases semanales porque no hay profesores de Química, Matemáticas, Geografía e Historia” . Una de las autoridades educativas dio las cifras del desastre: la matrícula disminuyó ese año escolar de 1200 a 620 (Tabarquino dijo que eran 450 estudiantes en 2017).
En otro mayo, este de 2014, se cerró el liceo y se puso en peligro la culminación del año escolar porque se produjo un incendio (el tercero de ese año) provocado por delincuentes. Ese mismo año se indicó una deserción escolar del 60% y de 50 profesores, 20 estaban de reposo continuo o incapacitados, sobre todo en asignaturas como inglés, historia, geografía, ciencias de la tierra, biología.
Los alumnos no esperan que el Presidente obrero les aconsejase para protestar, ya lo hicieron y no fueron resueltos los problemas graves de la institución, la propia Tabarquino indicó en “vivo y directo” que ya habían entregado un documento denunciado las dificultades del desvencijado y tiznado liceo y nunca recibieron respuesta.
Lo asombroso fue la reacción de Maduro: “haber llegado acá para saber la verdad”, dijo frente a todo el país. Esta escena es memorable: confesión de un Presidente que no oye ni ve los problemas de su pueblo.
La semana pasada, en la Facultad de Humanidades de la UCV, el 31 de enero, lo que se denomina el Chavismo Crítico realizó un acto político y allí se presentó una vez más la denuncia de la masacre de Ocumare del Tuy. Dos jóvenes fueron asesinados por funcionarios policiales con la excusa de la malhadada OLP. Su tía, esta vez una heroína anónima, denunció que el día 23/11/2016 desapareció su sobrino y un amigo, quienes aparecieron muertos el 28 del mismo mes. Mary Medina expresó que “el gobierno se dedicó a darle un cheque en blanco a la OLP”. Esta denuncia tal vez no haya llegado a los oídos presidenciales, como tampoco las jornadas de lucha del liceo Benito Canónico en años anteriores.
Así están las cosas en Venezuela. ¿Qué debemos hacer para que el Presidente oiga a los venezolanos? Cada quien hará lo suyo, pero debemos coordinarnos bien para que los muros que rodean a Miraflores sean apartados. Es hora de seguir el ejemplo de las dos mujeres valientes que hemos mencionado: Dulby Tabarquino y Mary Medina. Es hora de reaccionar y actuar.
