Nuestra Falla de Origen

Las consecuencias negativas sobre la economía venezolana debido al crecimiento súbito de nuestros ingresos en divisas, asociado a la explotación del petróleo desde la segunda década del siglo XX, han logrado hacer que las otras actividades económicas resulten relativamente poco atractivas. La situación es tal que una actividad explotadora realizada por muy poca gente, provee una gran cantidad de divisas al país y se hace relativamente más barato importar bienes y servicios que producirlos en el país, desestimulando de esta manera la producción nacional y convirtiéndonos en un país despreocupado por producir lo que necesitamos consumir. Los gobiernos que hemos tenido, no han querido o no han sabido administrar esa enorme cantidad de divisas provenientes de la renta petrolera, para bien de todos los venezolanos, pues se han dedicado solamente a disfrutar de las mieles del poder sin tener en cuenta al resto de los venezolanos que tienen iguales derechos y para nada han estimulado o promovido el trabajo digno y productivo, ni en el campo ni en las ciudades. Se ha desaprovechado el gran potencial que la renta petrolera ha tenido, para estimular un desarrollo armónico y bien planificado de la economía y de la sociedad venezolana desoyendo el llamado a "sembrar el petróleo", que algunos sensatos personajes han hecho en diferentes oportunidades.

La educación, la salud, la alimentación, la vivienda del pueblo venezolano sufren el abandono injustificable de los gobiernos de todos los signos que ha tenido Venezuela, razón por la cual, hoy tenemos un país donde "abunda la escasez" de todo cuanto requiere la población, desde los productos y servicios más fundamentales para el ser humano, hasta los que satisfacen medianamente su vanidad. Venezuela sufre actualmente las consecuencias de una escasez increíble y desesperante de todo tipo de productos. La agricultura está abandonada y sufre un imperdonable atraso tecnológico de más de cien años. La industria de productos derivados del petróleo, prácticamente no existe. Lo mismo podríamos decir con relación al hierro, aluminio, cobre, plomo, níquel, estaño, pino. Qué decir de la industria farmacéutica, la industria alimentaria, la textil, de implementos deportivos, instrumentos musicales, herramientas, maquinaria agrícola, sistemas de riego, pozos, fábricas de motos, autos, camiones, etc.

La clase dirigente venezolana, se acostumbró y acostumbró al pueblo a vivir exclusivamente de la renta petrolera.

¡Claro, ellos se quedaban con casi todo!

¿Cómo vamos a ser un país productivo, si desde los más altos niveles de la dirigencia nacional regional y local, se han promovido las importaciones de todo tipo de productos, la ganancia fácil, la ley del menor esfuerzo, el clientelismo y la corrupción? Y en cambio se ha menospreciado, desestimulado y hasta dificultado, el trabajo productivo, la producción nacional de alta calidad, la investigación, el desarrollo endógeno.

En este país, la actividad más difícil de practicar es el trabajo productivo y honesto. Esto lo observa fácilmente quien intenta iniciar la producción de algún bien, o establecer una empresa productiva de cualquier naturaleza, comenzando por las dificultades que encuentra de parte de los organismos oficiales para registrarse legalmente, los cuales, en vez de estimular y facilitar los trámites, los complican de tal manera, que muchas veces, el emprendedor mas voluntarioso termina por desistir y dedicarse a una actividad netamente comercial de carácter ilegal.

Además, la clase dirigente venezolana, no ha sido para nada previsiva y esto ha sido un pésimo ejemplo para el pueblo, que no encuentra motivos para preocuparse y prepararse para situaciones futuras: "como vaya viniendo, vamos viendo", ha sido una forma de pensar muy común en buena parte de la población, la cual es consecuencia del mal ejemplo que proviene de nuestros gobernantes, muy poco dados a planificar su gestión, con la notable excepción del Comandante Hugo Chávez.

A raíz de la renta petrolera se configuró y se enriqueció una clase capitalista, que se benefició con el reparto de las concesiones petroleras, inicialmente con los más allegados a Juan Vicente Gómez, como Pedro Tinoco Smith, a quien Gómez lo puso nada más y nada menos que a trabajar con las compañías petroleras encabezadas por Nelson Rockefeller, a ser el abogado alcahuete y vendido a los negocios que aquí quisiesen hacer los gringos con nuestro petróleo. De esta manera Tinoco Smith amasó una inmensa fortuna, que continuaron aumentado sus sucesores durante la era puntofijista. Otro beneficiario del benemérito, fue Carlos Delfino esposo de Juana Gómez, hija de Juan Vicente. Posteriormente, durante los gobiernos sucesivos, fue aumentando la lista de beneficiarios de la renta petrolera, mediante el desempeño de cargos públicos, contrataciones con el estado, o licencias para importaciones de todo tipo de productos, convirtiendo a Venezuela en un país exportador de petróleo crudo e importador de todo lo demás.

De tal manera que desde Juan Vicente Gómez, pasando por Medina Angarita, Pérez Jiménez, Betancourt, Leoni, Caldera, Carlos Andrés, Luis Herrera, Lusinchi, Carlos Andrés II, Caldera II, Chávez y Maduro, ininterrumpidamente unos cuantos parásitos, venezolanos y extranjeros, (que llegaron al país, la mayoría sin un centavo, y que con la colaboración de funcionarios públicos deshonestos y apátridas en alcaldías, gobernaciones, ministerios y demás instituciones como PDVSA, CVG, CVF, FEDECAMARAS, BCV, FOGADE, RECADI, CADIVI, BANDES, CENCOEX, SENIAT, FANB, adquirieron terrenos,propiedades, contrataciones, licencias de importación, dólares preferenciales, donaciones, condonaciones con el estado), que se han enriquecido con la renta petrolera que pertenece a todos los venezolanos, dejando a lo largo de todo ese tiempo una estela de pobreza en un país arruinado, improductivo y endeudado. En la actualidad, figuran como "empresarios muy productivos, talentosos comerciantes, exitosos banqueros, expertos petroleros, excelentes comunicadores, inteligentes asesores, etc., con grandes fortunas producto de sus enormes capacidades y habilidades empresariales".

Esa es Nuestra Falla de Origen.

Esa falla es la causa principal de nuestra pobreza, de nuestra dependencia, de nuestra improductividad, de la escasez que estamos padeciendo y de la enorme riqueza de unos pocos privilegiados.

El atraso en el desarrollo de nuestras fuerzas productivas está íntimamente relacionado con esa Falla de Origen. Que además fue incrementada por las potencias imperialistas dentro del marco de la División Internacional del Trabajo. Nuestra economía está basada especialmente en el comercio. Comprar y vender es la principal actividad de los venezolano(a)s. Es por esta razón que el comercio informal o el bachaqueo, se ha convertido en una actividad tan generalizada, pues es lo único que medianamente sabemos hacer, ya que el trabajo productivo no forma parte importante de nuestra cultura, razón por la cual nuestra primera prioridad debe ser transformar y desarrollar, de manera diversificada, nuestras fuerzas productivas.

Tenemos que corregir o contrarrestar Nuestra Falla de Origen con trabajo productivo, comunal, solidario, sin explotación del hombre por el hombre, es decir, con rumbo al socialismo.

Veamos algunos de los más famosos nombres y ciertos vínculos, de esa "pléyade" de privilegiados que obviamente son los enemigos del pueblo que vive de su trabajo:

Los dueños del Grupo Polar, sucesores de Eugenio y Eduardo Mendoza.

Los dueños del Grupo Cisneros, sucesores de Diego Cisneros.

Familia Vollmer, Ron Santa Teresa, Banco Mercantil.

Familia Boulton, Seguros La Seguridad.

Familia Di Mase, Banco Construccion.

Familia Bernardo Velutini, Banco Bolívar.

Familia Alvarez Stelling, Banco Consolidado.

Familia Sosa Rodríguez, exMin. Hacienda.

Familia Machado Zuloaga, SIVENSA.

Familia Delfino, MANPA.
Familia Capriles, Grupo Últimas Noticias.
Familia de Armas, Bloque Dearmas.
Familia Pizzorini, Banco Italo.
Familia Neuman, diario Economía Hoy
Guillermo Zuluaga, Globovision.

Nelson Mezerhane, Banco Federal.

Carlos Bernárdez, BDV.

Orlando Castro, Banco Progreso.

Gustavo Marturet, Banco Mercantil.

Oscar García Mendoza, Banco Venezolano de Crédito.

PedroTorres Ciliberto, Seguros La Previsora.

Juan Carlos Escotet, Banesco.

Ignacio Salvatierra, Banco Unión.

Marcel Granier, RCTV.

Peter Bottome, RCTV.

Beto Finol, RCTV.
Gustavo Roosen,CANTV.

Salomón Cohen, SAMBIL.
Andrés Mata, Diario El Universal.
Umberto Petricca.

Teniente (r) Alejandro Andrade, ex tesorero de la Nación.

Leonardo González Dellán, Banco Industrial de Venezuela.

Wilmer José Ruperti González, Trasporte petrolero.

Baldo Sansó, Asesor financiero PDVSA.

Armando Capriles Capriles, "empresario" del dólar regulado.

Walid Makled, contratista de Pequiven.

Eligio Cedeño. fraude a CADIVI.

Miguel Mawad,Bandes.

No hay duda que se nos escapan muchos otros que han sido beneficiarios de nuestra renta petrolera. La banca internacional tiene en depósitos más de $450,000 millones en fondos pertenecientes a venezolanos, más de $350,000 millones de los cuales no han podido justificar su procedencia.

Pero aún más, no hemos mencionado lo que nos han robado las empresas transnacionales, (con la complicidad de nuestra clase dirigente), cuyo monto es mucho mayor y ni siquiera son venezolanas. Lo cierto es que entre 1998-2015 ingresaron al país más de $1.800.000.000.000 (Un billón ochocientos mil millones de dólares, o sea $105.883 millones por año!). Esta cantidad hubiese sido suficiente para resolver totalmente las necesidades de vivienda, salud, educación, energía y vialidad de toda Latinoamérica. Sumando la deuda externa soberana y la que ha contraído PDVSA y repartiendo equitativamente, nos correspondería a cada venezolano la suma de $ 80.000 dólares.

¿Cuánto sería por familia?

¡Y luego nos dicen que el rentismo petrolero es malo!

¡Lo malo es que no se ha repartido equitativamente!

Mientras tanto, la gran mayoría del pueblo venezolano, que vive solo de su honesto trabajo, que no tiene contactos en el gobierno, que no es corrupto, que lo han marginado de alguna manera en el aspecto económico, social, político o jurídico, padece las consecuencias de una pobreza injustificable. Ese hombre, esa mujer de a pie, simple, llano, sencillo, que trabaja en las fábricas, que siembra, que recoge los frutos en el campo, que trabaja con su moto, con la buseta, que se come una arepita durante su faena diaria, aunque sea con pellejo e cochino, que al llegar en la noche a su humilde vivienda come cualquier cosa, recupera fuerzas y al otro día muy temprano se levanta, toma su cafecito y reinicia la jornada similar al día anterior. Pero también es pueblo ese ser humano que trabaja en la oficina, en el banco, en planteles educativos, hospitales, clínicas, universidades, en el comercio, en dependencias del gobierno, en los medios de comunicación, etc. Que se autodenomina "clase media". Que en ocasiones no se siente "tan pueblo". Que a veces se siente más cercano a la burguesía; pues ansía sus comodidades y riquezas y no descarta la posibilidad de formar parte de ella algún día; aunque la cruel realidad le demostrará que los ricos son cada vez menos, que ese grupo es cada vez más reducido, porque esa es la lógica del capital. Pero insiste, pues piensa que dar el salto a la burguesía es progresar, es tener éxito, es salir del montón!. Aunque en la actualidad, él también ha tenido que hacer colas, ha tenido que convertirse en bachaquero. A ese pueblo lo califican de flojo, ignorante, despilfarrador, borracho, vago, que no ahorra, que no quiere progresar y demás epítetos despectivos.

Esos privilegiados de siempre están decididos a conservar sus privilegios. Por eso, desde que Chávez entró en escena, no han parado un minuto de hostigar con chismes, paros, golpes de estado, sabotajes petroleros, guarimbas, paramilitares, guerra mediática, económica, etc. Desde entonces la inmensa mayoría del sector privado se dedicó a conspirar, con Fedecámaras y Estados Unidos a la cabeza.

¡Y no descansarán hasta adueñarse plenamente del país o perderlo todo!

Se vislumbra un escenario de conflicto, de pugna, que siempre ha existido, pero que en la actualidad se hace inminente. No fue una división creada por Chávez, como han sostenido algunos personajes, esa división siempre ha estado presente pero hoy está más clara que nunca.

Con la oligarquía no puede haber reconciliación. Son ellos, o somos nosotros. Esperamos que esos conflictos se resuelvan en paz y en armonía. Contamos con que nuestro gobierno sepa dirigir esta batalla, la cual debe tener como base una política comunicacional seria y efectiva. No como la que existe actualmente, pues los medios públicos no hacen más que alabanzas al gobierno. Se requiere un pueblo bien informado y consciente, para hacer la revolución. No podemos esperar más.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

¡Nuestro deber político es derrotarlos.

¡Socialismo o barbarie!

 



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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