¿Va a pique la Revolución Bolivariana?

No. No sucederá; confío plenamente en Dios. Medité sobre este asunto noche, la angustia que interpreté en la carta de un amigo, las desviaciones morales que podrían acabar con esta última opción de soberanía y libertad. Temprano escuché hablar de lo mismo al conductor del programa Cantar de Gallos. Decidí entonces publicar y rectificar mi respuesta al amigo…

…No podría estar más de acuerdo contigo; no sólo en tu comentario, también en artículos que has publicado sobre el tema; pero me niego a profundizar en él, lo traté en otros momentos, ahora no; considero que no tiene solución. Lo que me ocupa y tiene solución es el riesgo que corre nuestra independencia; sin ella no hay futuro, no volveremos a ser independientes, mis nietos vivirán en la miseria, tan pronto agoten lo que construimos Evelise, nuestros hijos y yo.

Jamás, hasta el fin de la humanidad, volverá un imperio a permitirnos un momento de rebeldía. De manera que, me ocupa la defensa de la libertad que hemos conquistado. Llegará el momento para ocuparnos de otros problemas; hasta entonces unamos esfuerzos; por ahora, contribuyamos a fortalecer la moral frente a la amenaza imperial y sobre todo la fe en Dios. A pesar de esos males que mencionas, lo que hemos hecho en justicia social es lo más cercano a Sus Mandatos; quienes como tu pretenden hacerlo aún mejor deberían obtener el privilegio de la oportunidad de servir a Sus Propósitos. Dejemos en Sus Manos, en Su Justicia, la valoración y consecuencias de los actos de quienes creen actuar impunemente…

Me siento obligado a rectificar esa respuesta, para ahondar en el problema moral. Comparto lo que dijo Canorea: “Maduro le está echando un camión”… agrega Canorea frases del Libertador, del Diario de Bucaramanga, en las que niega ser un déspota, como lo acusan sus adversarios. Precisamente, en la condescendencia del Padre de la Patria radicó la pérdida de su obra, de nuestra libertad. En ella está el origen de la pérdida de nuestro Comandante. A Zamora lo mató una bala de su gente, a Cipriano lo traicionó su compadre, a Medina lo derrocaron sus pupilos, encabezados por Pérez Jiménez, a Gallegos lo entrega Judas Betancourt. No se trata de ser déspota, se trata de que reine la JUSTICIA, herramienta universal para combatir a quienes traicionan o atentan contra la sociedad.

Maduro rectificó el error histórico, expresó con determinación que no permitirá la impunidad. Esa determinación por la JUSTICIA es el puente de 200 años de lucha hacia nuestra liberación. Su negativa a aceptar presiones, para que otorgue indulto a quien no lo merece, fue un dulce que mitigó en mi boca la amargura del sabor de la injusticia con la liberación de Simonovis y de lágrimas por la muerte de Serra. Sin embargo, la rectificación no será completa, si la justicia sólo procesa al adversario quien delinque e ignora al nuestro. Es fácil perdonar a quienes amamos y condenar al adversario, pero ¿Es eso JUSTICIA? No será un adversario quien acabe la Revolución, será de nuestras filas quien enarbolará el puñal de la traición que el imperialismo pondrá o puso ya en sus manos: un corrupto. Honestidad y Lealtad no hacen excepciones; no se es honesto en esto y en aquello no. El corrupto para esto lo será también para la traición, en algún momento alcanzarán su precio y tanto más cercano al líder, más certera la puñalada.



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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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