Escogencia de magistrados al TSJ y rectores al CNE

Si algunas personas son odiadas y, a la vez, temidas, a pesar de quince años de gobierno revolucionario, son: los jueces, fiscales de tránsito, fiscales del Ministerio Público, abogados, médicos y policías. Las razones son múltiples, pero las de fondo son: corrupción, abuso de poder y de autoridad, peseteros y uso crematístico de sus roles.

    Aún así, hemos de reconocer que desde que llegó el gobierno revolucionario, con el Comandante Hugo Chávez y con el Presidente obrero, Nicolás Maduro, el esfuerzo, no por rescatar alguna ética del pasado, sino por crear una nueva ética revolucionaria, bolivariana, socialista y chavista, ha sido enorme.

     Las huellas del cambio y la transformación en estas instancias y con estos funcionarios, desafortunadamente, no se han hecho palmarias en la mayoría del Pueblo venezolano, ni se han impuesto, por la fuerza de la verdad y de la praxis cotidiana, por encima del oprobio que han significado los vicios de la IV República.

     Esas rémoras y vicios del pasado, aún privan, porque la mayoría de las personas que cumplen tales roles, han sido formadas en ese esquema, en instituciones y universidades al servicio del Estado burgués, en donde tales vicios son concebidos, incluso, como algo normal. Hoy, en estas instituciones abundan este tipo de personajes nefastos, en detrimento del Pueblo, de la vida, de la justicia y la paz. No podemos pues, edulcorar la verdad.

    Ahora, nos encontramos frente a una alta responsabilidad histórica, que debe asumir, con sentido revolucionario, la mayoría de la Asamblea Nacional (AN) y quien escribe esto, afirma, "mayoría", porque esa minoría de la derecha oposicionista parlamentaria, ya sabemos qué busca: la restauración de la llamada IV República.

     Es por ello que debemos hacer votos y sin rubor, plantearnos que los magistrados al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), que resulten electos y designados por la AN, respondan a una nueva ética, como la expresada en toda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 2000), específicamente, que se correspondan con el artículo 2, que define al Estado venezolano como "...democrático y social de Derecho y de Justicia", que entre sus valores propugna "la justicia, la igualdad, la solidaridad", es decir, un Estado Socialista, sin sectarismo, por cuanto la CRBV promueve, incluso, "el pluralismo político", como expresión de nuestra democracia profunda, que es, ahora, participativa y protagónica, no representativa.

      Este promover el pluralismo político, no es como lo asumieron los de las clases dominantes del pasado, como un reparto burocrático de la torta, con cuotas políticas, como quieren los pillines del oposicionismo hoy, para colar y traficar magistrados y rectores, que les sirvan de palanca para derrocar al Presidente Nicolás Maduro y acabar con esta revolución bolivariana, socialista y chavista.

     Falta mucho por hacer, aunque la mayoría nacional sabe y está segura de que en manos del Presidente de la AN, Diputado Diosdado Cabello, no se perderá la República, ni la campaña internacional en su contra y contra su familia, podrán quebrarle el ánimo o torcer el rumbo, para caer en los chantajes del los motolitos de la guanábana o de los sodomitas de auri-naranja, que ya recibieron el placet de sus candidatos en la Embajada de EEUU en Venezuela.

     También falta mucho por hacer en el Poder Electoral, aunque es, gracias a Tibisay Lucena y a todos los rectores de la revolución, que hoy tenemos un árbitro imparcial y elecciones transparentes que son ejemplo para el resto del mundo y orgullo de los venezolanos que fuimos víctimas del viejo Consejo Supremo Electoral y su famosos "kikirikí, este es pa' mí".

     En cuanto al Poder Judicial, la experiencia ha sido muy desafortunada, con traiciones golpistas, como en el 2002, la preservación de jueces corruptos y fobochavistas en la mayoría de tribunales del país, el celestinaje al oposicionismo golpista y criminal (ejm: rectores de la AVERU, empresarios de Fedecámaras-Venamcham, alcaldes y activistas políticos de oposición, quienes son responsables directos de las guarimbas del 2013 y 2014, con absoluta impunidad), retaliaciones políticas por sobre la justicia, los horribles y criminales retardos procesales y las leyes anacrónicas o juegos con subterfugios legales, para favorecer intereses subalternos o de tribus. A pesar de ello, poco a poco, vamos teniendo un poder judicial, que tal vez, nuestros nietos, conozcan dentro de una ética revolucionaria que respete al Pueblo.

     A los hipócritas del oposicionismo, no les sale otro argumento, para colar a sus caballos de Troya, sus quintacolumna y gallostapao, que recurrir al argumento de que un ciudadano no puede ser magistrado del TSJ o rector del CNE, si ha tenido militancia partidista, como si militar en un partido político fuese un delito.

     Esos falsos antipolíticos y falsos "institucionalistas", son los que le han fuñido la vida y le han negado la justicia y la paz, a la mayoría de los venezolanos. El Pueblo lo sabe y los reconoce. Pero, algunos siguen creyendo que estamos en la llamada IV República. Bienvenido el Pueblo chavista a ocupar cargos y responsabilidades, ahora, en el CNE y en el TSJ, para profundizar la revolución y conjurar todo golpismo en sus múltiples expresiones.



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Luis Alexander Pino Araque


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