Fortaleza espiritual de la Revolución Bolivariana

Sometida a una guerra ininterrumpida, por el imperialismo y sus lacayos, la Revolución Bolivariana no ha tenido tiempo ni tregua para construir el Socialismo, pero ha hecho cambios profundos y justos en salud, alimentación, educación, deportes y recreación, vivienda etc.; los llevó con prioridad a los sectores menos favorecidos, a las grandes mayorías de la población venezolana y obvió para ello a la institucionalidad creada para preservar la explotación imperialista, en complicidad con la burguesía, de nuestras riquezas. Esos cambios los hizo democráticamente y bajo ataque permanente de los medios de comunicación, constituidos en poderoso instrumento de manipulación social, para defender al capital. En los primeros momentos de esa lucha, para reivindicar necesidades urgentes del venezolano, una manifestación inédita surgió: la espiritualidad, la fe en Dios que caracterizó a Hugo Chávez, le dio identidad a la Revolución y la hizo diferente a otras revoluciones socialistas, pues su líder respondió a la necesidad espiritual insatisfecha de su pueblo, antes de que circunstancias favorables y apoyo de la Revolución Cubana le permitieran dar atención a sus necesidades materiales más urgentes.

Ese vínculo espiritual se constituyó en la mayor fortaleza de la Revolución, como demostró el desarrollo de los acontecimientos posteriores al derrocamiento del Gobierno Revolucionario, el 11 de abril de 2002; la reacción del pueblo civil y uniformado, que hizo retroceder al golpe de estado y lo convirtió en una derrota inesperada. Tras otra derrota, la del paro petrolero, la derecha y el imperio no tuvieron dudas e iniciaron una actividad religiosa, cuyo peregrinar identificamos en nuestra comunidad rural, como intento para desdibujar el surco espiritual de la Revolución. La acción, concertada con distintas confesiones religiosas, fue respuesta del imperialismo, a una revolución socialista que reconoció a la espiritualidad como necesidad fundamental del pueblo y que ha hecho realidad la justicia social predicada por hombres de fe, como Jesús de Nazaret.

Para el imperio y la derecha venezolana, la relación espiritual del líder de la Revolución con el pueblo se ha convertido en obstáculo insalvable, aún y cuando esa derecha, más escéptica que la izquierda, hace uso, sin escrúpulos, de la fe de los pueblos, para someterlos a su dominación y explotarlos, tal y como hicieron en el pasado e intentan restablecer la derecha y la Conferencia Episcopal Venezolana CEV. Sin embargo, no toda organización religiosa o individualidad cristiana, católica o protestante, y de otras confesiones, sirven al imperialismo y a propias y desmedidas ambiciones. Hemos conocido a verdaderos sacerdotes, pastores y religiosas preocupados y ocupados en atender a las necesidades espirituales y materiales de los más humildes y olvidados. Maduro, quien es también un hombre de fe en Dios, debe apoyarse espiritualmente en hombres y mujeres como esos, verdaderos sacerdotes y pastores, y fortalecer el vínculo espiritual entre el pueblo venezolano y él, su líder, presidente y comandante en jefe.

En hechos recientes de violencia, del asesinato del Comandante Eliezer Otaiza, podemos apreciar que el imperialismo y sus lacayos no se detendrán hasta que hayan destruido a la Revolución. A pesar de mi convicción en el diálogo, considero oportuno insistir en la cita que hice en un artículo en Aporrea.org, el lunes 31 de marzo de 2014, del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung: “la arrogancia occidental impide cualquier acuerdo, éste solo es posible a condición de que los talibanes se sometan totalmente a los criterios occidentales”; El asesinato de Otaiza y reanudación de la violencia nos demuestran que el imperialismo no admite otra respuesta, que no sea la de someternos a su voluntad y entregar el petróleo. Maduro ha anunciado por sí mismo, y a través de Rafael Ramírez, las acciones que en efecto considero más urgentes y necesarias, para cualquier eventualidad: incrementar producción de alimentos y dotación de medicamentos, acciones que no deben ser dejadas en manos de la derecha importadora, a riesgos de que nos quedemos sin divisas y peor aún, sin alimentos y medicamentos. Sólo falta que Maduro le de tanta prioridad al fortalecimiento de la espiritualidad de la Revolución, esa que se hizo presente y definió 13 de abril y 17 de diciembre de 2002.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1607 veces.



Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

Visite el perfil de Rafael Flores para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: