Socialismo paso a paso

La transformación de la empresa capitalista a una comunista requiere de un paso previo: la transición, la empresa socialista. La ideología comunista que sirve de base a las practicas comunistas no son el resultado de una irrupción revolucionaria; sino por el contrario, resultan del perfeccionamiento de prácticas socialistas frente a la crisis de subsistencia que le impone el capitalismo a la clase trabajadora. De aquí la importancia de que exista una alternativa económica. Sin una economía socialista que sea el resultado de muchas empresas socialistas el cambio del capitalismo al comunismo resultará cuesta arriba, cuando no imposible. No se cambia la ideología de una sociedad porque se desea, se requiere de mucha práctica social productiva que permita pasar en forma gradual de una práctica social consciente a otra inconsciente y hegemónica.

He allí la tarea de la vanguardia revolucionaria: facilitar la construcción, a través de practicas sociales productivas, de una ideología socialista que, venida de lo interno de las empresas, impulsen una práctica social en el seno de la sociedad que responda a esta nueva ideología. Será la constancia y la repetición masivas de esas práctica socialistas, más que la fuerza bruta, la que desplace, en el marco de la sociedad, a la ideología capitalista del lugar hegemónico que posee.

En ese orden de ideas, la tarea en el campo productivo es doble, por un lado construir una empresa productiva y en crecimiento y, por el otro, que esa productividad y crecimiento surjan de practicas productivas que respondan a una ideología socialista. Sin una empresa productiva no hay cabida al socialismo, por cuanto nadie repite una practica fracasada. Pero, por otra parte, esa transformación solo puede puede ocurrir a partir de un hecho material: una empresa productiva capitalista transformada, con las nuevas prácticas productivas, en empresa socialista.

El capitalismo lleva mas de un siglo perfeccionando las técnicas de explotación del trabajo, a fin de aumentar la productividad de su capital. En esa búsqueda se ha topado siempre con técnicas que involucran una participación del trabajador en la organización y control del propio trabajo. Es un hecho inevitable para el capitalista que para apoderarse de una mayor productiva del trabajo deba apoderarse de la motivación del trabajador; hecho que, solo puede lograr después de incorporar al trabajador en la aplicación de su propio trabajo. Los círculos de calidad y las técnicas de empoderamiento del trabajador abrieron paso a una forma de participación de los trabajadores. La gerencia participativa y la gerencia por objetivos junto a la búsqueda de organizaciones planas pretendiendo romper con el burocratismo y la baja productividad para proponer empresa más flexibles y planas que estimularán la motivación del trabajador a través de una participación controlada en la toma de decisiones, básicamente, sobre técnicas para mejorar la calidad del trabajo.

Sobre estas bases materiales se debe servir la vanguardia revolucionaria para crear empresas productivas donde los trabajadores comiencen a apropiarse conscientemente de la toma de decisión sobre los métodos de trabajo y de dirección. En ese sentido, la toma de decisión como acto productivo, natural, legítimo, responsable, cotidiano y permanente lo llevará a decidir sobre la disposición y control de su propio trabajo. Hecho que se evidenciará de manera plena al decidir sobre la persona que mejor sirva para planificar el trabajo o para gestionarlo. La practica hecha toma de decisión y la decisión hecha manifestación ideológica del socialismo transformarán paulatinamente a la empresa capitalista en una socialista. Esta construcción paulatina del propio trabajador sobre la base de su capacidad para disponer y controlar su propio trabajo convertirá a la empresa socialista en una escuela que descubra y desarrolle las capacidad productivas de todos los trabajadores. La necesidad de crecimiento individual y colectiva de los trabajadores estimulará el conocimiento en todas las áreas de gestión, dirección, planificación y control de procesos; hecho que llevará a que cada trabajador y trabajadora aporten de manera colaborativa y motivada al logro del mayor beneficio individual, colectivos y de su propia clase social. De aquí que la distribución del plus- valor de forma socialista no sea la causa sino el resultado de las prácticas productivas socialistas. El socialismo es exitoso porque trae beneficios para todos.

Sin embargo, no existirán las prácticas socialista si no hay una dirección (una vanguardia) comprometida que asuma la responsabilidad de transformar la ideológica capitalistas que subyace en las practicas que realizan ellos mismo y el resto de los trabajadores de la empresa. Estos hombre y mujeres, esta vanguardia revolucionaria, serán los luchadores incansables que con su espíritu optimista, su disciplina y su ejemplo, contagien al resto de los trabajadores los valores y la práctica del socialismo. Su tarea no sólo será vencer las barreras de la producción, la distribución y comercialización de mercancías; su tarea mas importante, será impulsar la transformación de las prácticas e ideología capitalistas de los trabajadores por otras socialistas. De allí que construir una cultura de responsabilidad en los trabajadores y trabajadoras, que le permitan asumir la toma de decisión sobre su propio trabajo, sea la gran responsabilidad de la vanguardia. Con bochinche, indisciplina e irresponsabilidad no se construye ni empresas ni socialismo. Estas prácticas niegan la toma de decisiones responsables sobre el trabajo. El socialismo es posible, está en nuestras manos y es exitoso. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, Carajo

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Néstor Aponte


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