La Santa Alianza

Increíble pero cierto. La Santa Alianza existe. Pensamos que aquel frente ultrareaccionario, suerte de sancocho de monarcas, sátrapas y burgueses, que aterrorizaron a toda Europa durante el siglo XIX había quedado definitivamente enterrado en el basurero de la historia, pero ¡Oh milagro! los fascista de estos lares, sin saberlo, se han encargado de revivirla gracias a las complicidades imperiales del norte y de la UE que se han trazado un solo objetivo: acabar con el proceso revolucionario que inició el Comandante Supremo y que continúa el compañero Nicolás Maduro con mano firme.

La tarea sucia foránea le corresponde a los sectores más retrógrados que controlan el vecino país. La antigua Nueva Granada al igual que la pérfida Albión (Inglaterra) vuelve a mostrar sus garras y su rostro feo. Por algo ostenta el liderazgo de la producción de droga dura en el mundo. Las tácticas a emplear son: uno, apoyar incondicionalmente a los opositores venezolanos; esto incluye entre otras cosas la activación de Paracos y bandas criminales con experiencia militar en las grandes ciudades de nuestro país, dos, solicitar su ingreso a la OTAN, es decir, al brazo armado del Gran Capital mundial para quebrar la unidad latinoamericana y tres, lograr que estas acciones sirvan de señuelo para que el gobierno del Presidente Maduro se distraiga, enfile las baterías por donde no es y no ponga énfasis verdadero en frenar el desabastecimiento escalonado y programado que la derecha ejerce desde hace años. Acentuando el desabastecimiento buscan crear un descontento generalizado en la población que abra las compuertas a un sacudón, objetivo en el cual han invertido muchos dólares y mucho tiempo.

El deber de un revolucionario es hacer lo necesario para echarle un parao a la oligarquía neogranadina pero entender también que la prioridad en este momento estriba en tres puntales, a saber, la seguridad, el abastecimiento y el aspecto económico y todos están situados en el plano nacional. Si este año logramos dominar y controlar estos tres ámbitos podemos enfrentarnos con buen tino al proceso electoral del mes de diciembre. Por lo tanto los incidentes y provocaciones con el gobierno del vecino país tienen su ámbito específico. Los pueblos de América Latina han madurado estos últimos años, para ello bastan dos hermosas pruebas: la presencia del pueblo bogotano en la Plaza de Bolívar denunciando a Capriles y la solidaridad del gobierno ecuatoriano con el gobierno venezolano. El pueblo latinoamericano sabe quiénes son sus enemigos y no se equivoca.

En esta tarea tenemos que comprometernos todos y todas. Las agrupaciones que conforman el Gran Polo Patriótico así como los colectivos organizados a lo largo de toda la Nación deben estar al servicio del gobierno del Presidente Maduro y presionar a los sectores burocráticos para que faciliten y aceleren los trámites de toda índole. Podemos ser más eficaces si juntamos esfuerzos y si trabajamos en colectivo ayudando a corregir las fallas que el ciudadano de a pie pone en evidencia. Esto incluye una alerta general que toque los servicios básicos y permita su corrección a corto plazo.

De esta manera hacemos que el socialismo sea viable y posible.


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Héctor Agüero


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