Superación dialéctica de la ideología como imaginario político

La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.

Carlos Marx

 

El estudio de conceptos, categorías y palabras como la IDEOLOGIA (entre otras formas de la conciencia social) por medio de la conversa exegética, sostenida con la clase obrera, es muy útil, y una muestra de que discusiones programáticas pueden ser formativas y prácticas para adquirir conocimiento de manera dialéctica y no por medio del razonamiento aislado (alienado) del mismo. Los planteamientos con contenido ideológico, no quita la calidad superior a nuestros planteamientos políticos. Al contrario, es de necesaria superación (dialéctico-materialista) en ese ámbito y más en la lucha contra la alienación religiosa (unas de las principales formas ideológicas más antigua y sutiles de explotación y dominación social) que tanto limitan y desvirtúan las capacidades de desarrollo de la clase obrera, para lo cual la historia le tiene asignada su papel.

Por doquiera vemos intelectuales hablando de política, ideología, filosofía etc., y, de manera seudocientífica, obviamente, cayendo a menudo en el vacío ideológico del pensar conscientemente, mucha de ellas por la mala interpretación del marxismo como ciencia y no como dogma como se nos muestra en la mayoría de los casos.

¿Qué es la ideología? ¿Falsa conciencia ó proyección en la imaginación (individual o colectiva) de un proyecto social político determinado?

Hay decenas de perspectivas y acepciones sobre la ideología. No pretendo ni deseo abarcar todas, ni mucho menos simplificar el contenido concreto sobre la ideología.

El término ideología fue acuñado por vez primera por el francés Destutt de Tracy en (Mémoire sur la faculté de penser, 1796, siendo en español; expediente sobre la capacidad de pensar) para denominarla como la ciencia que estudia las ideas y las relaciones entre los signos que las expresan y representan. Pero concretamente la ideología que procede del griego y está conformado por la unión de dos partículas de dicha lengua: idea, que se define como “apariencia o forma”, “entendimiento de algo”, y el sufijo -logía, que puede traducirse como “estudio.”Sin embargo, autores como Voloshinov y muchos otros más nos dan apreciaciones exegéticas sobre el concepto, contrastemos su punto de vista con el de Marx y Engels.

Voloshinov - El signo ideológico y la filosofía del lenguaje

Voloshinov: “establece que todo producto ideológico posee una significación, por lo tanto refleja y refracta otra realidad, la que está más allá de su materialidad. Sustituye algo que se encuentra fuera de él, aparece como signo. Donde hay signo hay significación y por lo tanto ideología. A todo signo pueden aplicársele criterios de una valoración ideológica (mentira, verdad, correcto, incorrecto). Cualquier objeto de la naturaleza, de la técnica, del consumo, puede convertirse en signo. El signo es un fenómeno del mundo exterior. […] La conciencia surge en el intercambio social, se llena de los signos que existen con anterioridad. El intercambio comunicativo nos antecede. El signo sólo puede surgir en un territorio interindividual « (como opuesto a natural) [sic]». El signo no puede surgir entre dos personas, es necesario que los individuos estén socialmente organizados. La conciencia individual necesita ser explicada a partir del medio ideológico social. Por esto es que las leyes de intercambio tienen un fundamento social. […] La realidad ideológica es una superestructura inmediata que surge sobre la base económica.”1

Además (…) y, "Sin contar con una objetivación, con una expresión mediante un material determinado (el material del gesto, de la palabra interna, del grito), la conciencia es una ficción. Se trata de una construcción ideológica mal concebida, creada por medio de una abstracción de los hechos concretos de la expresión social. Pero la conciencia en cuanto expresión material organizada (mediante el material ideológico de la palabra, del sonido, del signo, del dibujo, del color, de la música, etc.) es un hecho objetivo y una enorme fuerza social."2  
 
Por tanto la conciencia se organiza mediante el material ideológico.

 
"Mientras la conciencia permanece en la cabeza del individuo consciente, como un embrión intradiscursivo de la expresión, se trata todavía de un fragmento demasiado pequeño de la existencia, y su radio de acción es aún muy reducido. Pero al pasar por todas las fases de objetivación social y al ingresar en el campo de fuerzas de la ciencia, del arte, de la moral, del derecho, se convierte en una fuerza real y es capaz incluso de realizar una influencia inversa sobre las bases económicas de la vida social."3

Lo que plantea Voloshinov contrasta con lo que Marx nos plantea al decir:

"...Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo." (Prólogo a la Contribución de la crítica a la economía política de 1859).

En extractos de una carta de Engels a Franz Mehring en 1893 le dice lo siguiente:

Falta, además, un solo punto, en el que, por lo general, ni Marx ni yo hemos hecho bastante hincapié en nuestros escritos, por lo que la culpa nos corresponde a todos por igual. En lo que nosotros más insistíamos --y no podíamos por menos de hacerlo así-- era en derivar de los hechos económicos básicos las ideas políticas, jurídicas, etc., y los actos condicionados por ellas. Y al proceder de esta manera, el contenido nos hacía olvidar la forma, es decir, el proceso de génesis de estas ideas, etc. Con ello proporcionamos a nuestros adversarios un buen pretexto para sus errores y tergiversaciones. Un ejemplo patente de ello le tenemos en Paul Barth4. […] La ideología es un proceso que se opera por el llamado pensador conscientemente, en efecto, pero con una conciencia falsa. Las verdaderas fuerzas propulsoras que lo mueven, permanecen ignoradas para él; de otro modo, no sería tal proceso ideológico. Se imaginan, pues, fuerzas propulsoras falsas o aparentes. Como se trata de un proceso discursivo, deduce su contenido y su forma del pensar puro, sea el suyo propio o el de sus predecesores. Trabaja exclusivamente con material discursivo, que acepta sin mirarlo, como creación, sin buscar otra fuente más alejada e independiente del pensamiento; para él, esto es la evidencia misma, puesto que para él todos los actos, en cuanto les sirva de mediador el pensamiento, tienen también en éste su fundamento último.5

Más adelante Engels prosigue:

“Con esto se halla relacionado también el necio modo de ver los ideólogos: como negamos un desarrollo histórico independiente a las distintas esferas ideológicas, que desempeñan un papel en la historia, les negamos también todo efecto histórico. Este modo de ver se basa en una representación vulgar antidialéctica de la causa y el efecto de acciones y reacciones. Que un factor histórico, una vez alumbrado por otros hechos, que son en última instancia hechos económicos, repercute a su vez sobre lo que le rodea e incluso sobre sus propias causas.”6

¿Qué hace falta en Venezuela ideológica socialista  o Ciencia Obrera?

 La religión, en cuanto eco ideológico, es la conciencia invertida de un mundo invertido.

Carlos Marx

En los trabajos "finales" de Carlos Marx, y en el prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política (PCCEP) de 1859, Marx nos habla de formas ideológicas: "jurídica, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas" luego nos dice: "acordamos contrastar conjuntamente nuestro punto de vista con el ideológico de la filosofía alemana7" ----cuando Marx---- contrasta su punto de vista (dialéctico materialista) lo hace lógicamente contra un punto de vista ideológico, es decir, desde su negación, desde su superación dialéctica, por ende, en Marx jamás se encontrará una postura fanática y pro-ideológica ni mucho menos chovinista, jamás. Por tal razón, Marx y más Engels, se casan de mofarse en el ismo ideológico, es decir, de aquellos que se dedican de manera llena por buscar las explicaciones de la vida en la conciencia de la gente, y no en sus contradicciones materiales de existencia. Por ello, TODA ideología es falsa conciencia, es decir, es especulativa, es estática, se hace dogma y no reproduce el conocer intrínseco del devenir del fenómeno a través del pensamiento como praxis en sí misma y, para sí misma. Los puntos de vistas ideológicos8, son la negación al punto de vista científico y al punto de vista dialéctico materialista. Es menester recalcar que tampoco se pretende caer en una falsa elevación por encima de los intereses particulares de la clase obrera, es necesario apegarse a la búsqueda de la esencia causal del fenómeno que se trate de explicar, buscando la verdad dialéctica que explique cabalmente la realidad de lo que se investiga, en aras de lograr la comprensión y toma de conciencia de la clase obrera.

Veamos parte de lo que dijo Marx en su PCCEP:

“Federico Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías económicas (en los Deutsch-Französische Jahrbücher)9, había llegado por distinto camino (véase su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra) al mismo resultado que yo. Y cuando, en la primavera de 1845, se estableció también en Bruselas, acordamos elaborar en común la contraposición de nuestro punto de vista con el punto de vista ideológico de la filosofía alemana; en realidad, liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una crítica de la filosofía poshegeliana.”10

Cuando C. Marx habla de liquidar su conciencia filosófica, habla precisamente de eso, de liquidar con toda forma vulgar y anticientífica sobre el conocimiento de la realidad, y más cuando se habla de procesos sociales como totalidad objetiva del mundo material. Es decir, como nos da a entender Engels en el Anti-Düring, la materialidad del mundo no radica en la consciencia del hombre, en las ideas, ni en el pensamiento (como plantean los idealistas), sino por el contrario, radica en su ser (el hombre como ser social capaz de transformar su realidad activamente por medio del trabajo), en su movimiento constante, en su unidad orgánica y dialéctica con el mundo exterior e independiente de él. Po ello, la clase obrera no debe fraguarse en tener una buena ideología socialista, o una ideología materialista o científica, eso es un oxímoron, un yerro de cabo a rabo. La clase obrera debe hacer "ciencia obrera a través de la dialéctica materialista.

La religión aporta satisfacciones imaginarias o fantásticas que desvían cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones reales.

Carlos Marx

 

Investigador Marxiano

caicedove@yahoo.com

 

Referencias

1 Resúmenes de Caletti disponible en; http://resumenescaletti.blogspot.com/2012/02/voloshinov-el-signo-ideologico-y-la.html

2 Valentín N. Voloshinov: El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, disponible en http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/el_sig.pdf

3 Ibídem

4  Véase Paul Barth en la «Filosofía de la historia de Hegel y de los hegelianos hasta Marx y Hartmann») publicado en Leipzig en 1890.

5  Carta de F. Engels a Mehring, disponible en http://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/14-vii-93.htm

6 Ibídem

7 Véase C. Marx y F. Engels; La Ideología Alemana, obra póstuma publicada por vez primera en la URSS.

8 Me refiero a la diversidad de corrientes ideológicas existentes, por ejemplo; bolivarianismo, guevarismo, chavismo, incluyendo también al marxismo como dogma y, no como ciencia obrera dialectico-materialista, etcétera, que muchas veces terminan confundiendo a la clase obrera.

9 Anales Franco-Alemanes

10 C. Marx, Prólogo de la Contribución a la Critica de la Economía Política de 1859, obras escogidas en tres tomos, tomo1, Editorial Progreso Moscú, pág. 519.

caicedove@yahoo.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2467 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter