Socialismo, ¿Cómo se come eso?

Se insiste en que el socialismo nace de un cambio en las relaciones de producción y esta como resultado de la eliminación de la propiedad sobre los medios de producción. En palabras llanas la propiedad de unos pocos sobre las maquinas, locales e insumos define una relación de producción, una relación de dominación, entre el trabajador y el dueño de la empresa donde el primero está obligado a entrega más valor (más dinero) que el salario que él recibe. Esa relación de producción se expresa en la sociedad con la acumulación de riquezas de los dueños de empresas (con su capacidad de ahorro) y solo lo suficiente para que sobrevivan los trabajadores y su familia.

La propiedad sobre los medios de producción define la dominación, la dirección y la apropiación de la producción. Sin embargo, esta apropiación tiene límites que el capitalismo ha tratado de minimizar creando técnicas que permiten garantizar una mayor diferencia al distribuir el valor (el dinero) entre empresarios y trabajadores. Estas técnicas van dirigidas a lograr una mayor incorporación sicológica del trabajador en su labor. Una de estas técnicas son los denominados equipos auto dirigidos. Estos “… grupos de empleados… llevan a cabo trabajos relacionados o interdependientes… (donde) asumen muchas de las responsabilidades de sus supervisores. Lo común es que esta labor incluya la planeación y programación del trabajo, asignar tareas a sus miembros, ejercer el control colectivo del ritmo del trabajo, tomar decisiones operativas, enfrentar problemas y trabajar con los proveedores y clientes. Los equipos auto dirigidos por completo incluso seleccionan a sus miembros y evalúan entre sí su desempeño.” (Robbins, 2010: 325) Como vemos los equipos auto dirigidos presentan características muy parecidas a la que deben existir en una unidad o empresa socialista.

En ella la coordinación (o gerencia) se asume a través de un equipo auto dirigido que se hace responsable como el resto de los otros equipos de los resultados de la empresa. Sin embargo, esto es sólo capitalismo disfrazado si no vinculamos la propiedad de los medios de producción (de las máquinas, locales e insumos) con la propiedad del trabajador en la producción del valor. En el socialismo la producción del trabajo sigue perteneciéndole íntegramente al trabajador.

De allí que su valor (el dinero) se restituya y distribuya entre todos los trabajadores que laboraron después de restado el costo de reposición de los medio de producción e inversión. Para lo cual se requiere modificar “… el sistema tradicional de evaluación y recompensa orientado al individuo, (a uno)… que refleje el desempeño del equipo.” (Robbins, 2010: 329) Esto, a los efectos de evaluar y restituir el valor creado por el grupo (su desempeño) tomando en consideración las necesidades de cada trabajador.

Pero, la restitución íntegra del valor solo será posible, el socialismo solo se logrará, si se desarrollan normas claras para el equipo que todos decidan respetar. Viviremos y Venceros, que viva el socialismo, Carajo.

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Néstor Aponte


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