La especulación como motor para la organización popular

No ha sido suficiente la inmensa cantidad de millones de dólares que le dio el Gobierno a la burguesía financiera e importadora en calidad de subsidio. Fueron mucho más de los 30.000 millones de dólares el monto subsidiado, reconocido por el Ministro de Finanzas. Sin embargo, ese monto resulta una minucia, si se toma en cuenta los sobreprecios que le aceptan al sector privado en los proceso de contratación pública del Estado. Procesos donde se habla de sobreprecios de hasta el 500% o más y en el que una comisión de un 30 o 50% para algunos funcionarios es poco menos que una bagatela para los chulos (o delincuentes) que atracan al erario público.

Sin embargo, esos dólares no son suficientes, hay que jugar con la especulación, con el rumor: con el miedo. Hay que ganar más dólares y/o más bolívares por la mercancía que se le vende al pueblo. El pecado de la clase trabajadora fue levantar su voz de esperanza y su sueño de socialismo. La burguesía dueña de bancos y de empresas importadoras no perdona la osadía; de allí, su ensañamiento y su alevosía contra la clase trabajadora. Estamos en una guerra de clases y todavía hay quienes siguen soñando en pajaritos preñados, creando matrices de opinión que permitan la continuidad política, sin tomar en cuenta los avances del enemigo. La burguesía, como fiel lacaya del imperialismo norteamericano, quiere poner a la clase trabajadora contra la pared. Quieren llevarla a la sumisión utilizando como instrumentos de ataque la crisis alimentaria que nace de la especulación y la falta de inventarios, la delincuencia, la droga y las “redes sociales”: quieren aterrorizarnos, anulando nuestra consciencia y poniendo en condiciones de pobreza nuestra patria, para luego entregarla sumisa al imperio norteamericano.

Debemos encontramos en estas dificultades, en la especulación, nuestra fortaleza: nuestra organización revolucionaria. Evidentemente, el gobierno no es capaz de contener la arremetida de la burguesía; porque tiene como aliados a la derecha endógena (acaparadora de múltiples cargos) muy activa en estos tiempos, con unos ministerios postrados y desorientados: sin capacidad de respuesta. Muchos son los Ministros que con su manifiesta incapacidad política y administrativa sirven a los intereses de la burguesía creando desorden interno; y todavía pretenden solidaridad automática (chantaje) de la clase trabajadora ante tanta arbitrariedad, autoritarismo e inconsistencia ideológica con el socialismo: son ellos la quinta columna que siempre ha atentado contra el proceso bolivariano. No podemos avalar tanta traición al socialismo; si no sirven, que se aparten y le den oportunidad a la revolución y los revolucionarios, pues necesitamos unidad y disciplina revolucionaria.

Pero bueno, el rumor (la especulación) se derrota con organización revolucionaria. Nosotros somos la inmensa mayoría de consumidores. Aprendamos a hacer valer nuestro poder. Desarrollemos campañas de boicot contra los productos que aumenten de precio sin control del Pueblo o escaseen. Pero, no solo es boicot de alimentos es también plantear formas de sustituirlos con productos realizados con nuestras propias manos. Boicotear y sustituir: utilicemos You tube para encontrar formas caseras de sustitución de productos de primera necesidad. En ese sentido, propongo que comencemos con el boicot, dejando de comprar detergente para lavaplatos o dejando de buscarlos si escasean, y sustituyamos estos productos con otros que se hagan de acuerdo a las viejas o nuevas formas de producirlos. El PSUV debe ser quien encabece esta iniciativa y fije semanalmente el boicot a los distintos productos, que los trabajadores lo seguirán.

En este momento requerimos más que nunca que la maquinaria electoral se convierta en el instrumento político- organizativo para dirigir a la clase trabajadora en la acción contraofensiva. Aporrea también puede servir de punta de lanza en esta propuesta (si no lo hace el PSUV) fijando semanalmente el boicot a los alimentos con el que la burguesía especula y ataca al pueblo. Indiquemos al pueblo como combatir a la burguesía sustituyendo y dotándonos con nuestras propias manos de los productos que necesitamos. Organicemos la revolución con más socialismo: necesitamos a nuestros mejores cuadros dirigiendo y dotando al pueblo de instrumentos de lucha contra el imperialismo norteamericano y sus lacayos en Venezuela. Viviremos y Venceremos, que viva el socialismo, ¡Carajo!


nestoraponte310@gmail.com


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Néstor Aponte


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