La maduración ideológica de la clase trabajadora y el ejercicio de la política exige de nosotros un análisis más allá de la hermosa emocionalidad. Afortunadamente para el PSUV y el proceso Bolivariano no está muerta nuestra conciencia, aun existe la insatisfacción, la crítica y la autocrítica. Pero, el momento histórico exige un apego al método de análisis. Un apego que no nos permita caer en la parálisis de la acción revolucionaria que tanto quiere la contrarrevolución. El materialismo dialéctico, en cuanto método de análisis, se hace vital y necesario para nuestro avance en la construcción del socialismo. El tema de la postulación a las Gobernaciones por parte del PSUV exige un ejercicio intelectual que dé cuenta de las contradicciones presentes y de las características de las luchas entre los contrarios.
Fueron cinco tipos de contradicciones secundarias y una contradicción fundamental la que determinaron las selección de los candidatos a Gobernación por el PSUV. La primera contradicción indica que el ejercicio del poder no implica el monopolio del poder, por el contrario hasta la contrarrevolución practica el reparto del poder para sobrevivir. La contrarrevolución fue derrotada el 7 de Octubre de 2012, pero sus seguidores deben tener una forma democrática para ejercer y canalizar sus aspiraciones. De lo contrario quedaría abierta la vía a los sectores anti democráticos y golpistas para capitalizar la falta de representación de los que no están de acuerdo con el presidente Chávez ni con el proceso bolivariano. De allí que se dejen vía abiertas para cubrir estas necesidades. La segunda de las contradicciones da cuenta de la fuerza de algunos poderes locales del PSUV en algunas gobernaciones, cuyos gobernadores se han vuelto, literalmente, mafiosos anarquizados que no responden al proyecto político bolivariano ni al gobierno central. El poder real de estos gobernadores en las empresas e instituciones públicas pone en el tapete el tema de la obediencia y su permanencia política frente al poder central. De allí que escoger por su legitimación en el debate electoral implica someter su arrogancia al escrutinio de la militancia. Aunque, por otra parte, implica también mantener a “disposición” las fuerzas contrarrevolucionarias que puedan tener a raya a las fuerzas revolucionarias de la clase trabajadora y por qué no decirlo, mantener el control y el equilibrio sobre la delincuencia organizada que existe en esas instituciones y empresas públicas de estos Estados.
La tercera contradicción involucra salir de algunas personas en puestos de liderazgo nacional que de otra forma pueden entorpecer la implementación de políticas negociadas con los altos intereses, reforzando también el control político nacional. Existe una cuarta contradicción que plantea el tema del control de las zonas de seguridad del país. Aquí la estrategia fue proponer cuadros militantes que garanticen la ejecución de políticas nacionales en materia de seguridad, en particular las referidas a asuntos de droga y delincuencia. La quinta contradicción nace entre los sectores de avanzada del PSUV que están hartos de tantos oportunistas, corruptos y contrarrevolucionarios en el ejercicio del poder regional. En este caso la estrategia de selección de Gobernadores se orienta a tres fines: en primero lugar dar forma a la perfecta escusa para librarse de un crítico o de un revolucionario como es hacer que el mismo se excluya; de allí que la lucha política nos exija romper con el romanticismo y luchar dentro del PSUV por fortalecer opciones que nos permita derrotar la contrarrevolución. En segundo lugar, la selección de candidatos a gobernación por el PSUV también crea oportunidades para madurar e impulsar dentro del partido liderazgos regionales, a través de sectores y/o partidos cuadrados con el proceso bolivariano y el socialismo, que de otra manera sería imposible apoyar. El trabajo no es fácil, pero, en qué revolución el trabajo es fácil. Y en tercer lugar, se pretende imponer las prácticas anti-democráticas de la cuarta república según el cual los cargos nacionales o regionales los elige una cúpula muy reducida en virtud de objetivos inconfesables y “justificados” por la coyuntura política del momento.
Vistas las contradicciones secundarias presentes en la selección de los candidatos a Gobernadores, exponemos la contradicción que justifica las anterior; esto es, la contradicción fundamental que se presenta en el proceso Bolivariano. Esta contradicción plantea la puja entre mantener la existencia misma del Estado Venezolano (con el impulso de políticas progresistas para la clase trabajadora y el desarrollo de un modelo de economía endógena) o ceder frente al objetivo del imperio de Estados Unidos que pretende integrar o anexarse todos los Estados de América, profundizando con ello la dependencia y la división del trabajo. División que implicaría que Venezuela quedaría únicamente como suplidor seguro de hidrocarburos para el imperio occidental. El logro de este objetivo imperial pasa por el control financiero del continente y sus mercados regionales; la desregulación de la droga y el avance incontrolable de la delincuencia como políticas que garanticen el terror, el adormecimiento y la sumisión de nuestros pueblos respecto a la bota imperial.
La geopolítica nacional responde a esta contradicción internacional; de allí que la tarea de la vanguardia de la clase trabajadora sea hacerse consciente de la misma y trabajar en estos breves tiempos en la construcción de una verdadera economía socialista que nos permita resistir y vencer, en el largo plazo, al imperio capitalista. Las cartas están echadas quien quiera seguir jugando a la “política” emocional e ingenua, descuidando sus tareas en la construcción de la economía socialista será responsable de la tristeza y la pobreza de ser gobernado desde Estados Unidos. Requerimos líderes regionales y locales para construir un socialismo indestructible, no para ceder ante egos y emociones gatopardianas que conviertan a muchos críticos y camaradas en nuestros futuros verdugos. Aprendamos como avanzar, viviremos y venceremos, que viva el Socialismo, Carajo.
nestoraponte310@gmail.com