La gran fajina agraria

Presidente Chávez, Vice- Presidente y Ministro de Agricultura y Tierras Elías Jaua: un apretón de manos solidario de este viejo campesino. También un revolucionario y firme reconocimiento de los que en una época enarbolamos la bandera de la lucha por los mismos objetivos, pero por otros medios. Gracias por quitarnos la venda de la inoportuna humildad, lo cual no quiere decir que ésta sea prescindible.

Fuimos de los primeros en señalar la necesidad de la colectivización y no el cooperativismo en la producción agroalimentaria. Entonces recibimos con satisfacción el reproche (si la canalla ataca...) de un representante del latifundio venezolano quien, en defensa de sus intereses creados, argumentó lo del "fracaso" de esa tarea puesta en práctica en la desarticulada Unión Soviética, sin señalar las causas y causantes (sus adláteres rusos de la intriga) que infiltraron en el colectivo sus fichas amaestradas por los bundistas, contrarios a los bolcheviques, una vez liquidado físicamente ese gran camarada que fue el ideólogo y revolucionario Vladimiro Ulianov (Lenin).

Stalin, ocupado en acabar con los verdaderos revolucionarios y para no descuidar las huellas de Trotsky, dejó que sus aliados circunstanciales los cizañeros bundistas, (averígüese la macolla bundista) construyeran el famoso muro de Berlín de manera que no se detectara por allí la política del confusionismo contrarrevolucionario que pusieron en práctica, a nombre del Partido Comunista, al cual sometieron a la más espantosa y criminal persecución.

Así las circunstancias entonces, no podemos ni debemos tenerle desconfianza a una política de colectivización agroalimentaria bien sustentada para empezar con un capital semilla que, en todo caso, debe ser aportado por PDVSA-Agraria que, en su condición de administradora, con los mismos métodos de los hidrocarburos, logrará recuperar la inversión sin dejar de cubrir las necesidades (sueldos y salarios) de los trabajadores y trabajadoras, que no es lo mismo que "obligar" al campesinado a trabajar la tierra en colectivo para después arrebatarle la producción, como lo hicieron los avaros bundistas en la Rusia Soviética de los años 30-40 para "colaborar" con la segunda guerra que, desde 1933 venían preparando los grandes capitalistas, enemigos a muerte del socialismo y de la paz entre los seres humanos.

Es aquella la colectivización de la cual hemos venido hablando desde hace diez años, Presidente Chávez, Vicepresidente y Ministro Jaua, no es la de orientación capitalista por el hecho de la compraventa. Que no descarta la vuelta al intercambio de nuestros originarios. Mientras tanto, no sólo los alimentos sustentan la vida si la madre tierra, con el cuidado que le debemos, da para todo. Es decir, también para casa, vestido y salud.
Sabemos, camarada Chávez, que usted esta preocupado porque el enemigo (los bundistas de aquí y de allá) no nos gane la parada por un pelón de 2 y 1 que seria la falta de producción de lo que nos comemos. Pero para mayor firmeza de nuestra revolución hasta reafirmar el socialismo, tenemos un pueblo que ya sabe defender la causa; dónde están los enemigos, por dónde vienen y por cuál flanco atacan.

En otros tiempos decíamos, ante el acoso del latifundio: la tierra llama a sus hijos. Hoy, cuando ese acoso tiene la valla constitucional y la fortaleza del brazo del hombre y de la mujer venezolanos, gritemos, usted a la vanguardia Presidente, aprovechando que vendrán los rusos a construirnos las viviendas: ¡vamos, a trabajar la tierra! ¡Ella si paga!

Patria, Socialismo o barbarie.


pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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