¡Gracias a Dios no se fue la luz hoy! ¡Apúrate que en cualquier momento se va la electricidad y no tendremos cómo cocinar! Anoche no dormí nada, nos quitaron la luz por cuatro horas y los zancudos nos comieron a todos.
Estas frases forman parte del pensamiento colectivo. Tener acceso a servicios públicos se ha vuelto, literalmente, en una experiencia religiosa, pues ya no hay santo a quien rogarle para que Corpoelec haga su trabajo o Hidrolara se ocupe de llevar el agua a las comunidades, reportó el diario larense El Impulso.
En este contexto, y a propósito del primer aniversario del mega apagón, la organización ciudadana, Activos por la Luz, organizó el foro denominado: Impacto de la salud emocional por la precarización del servicio eléctrico.
El evento contó con la participación de cuatro grandes profesionales del área de la psicología y la psiquiatría: el doctor Edgar Benítez y los psicólogos Pedro Torrellas, Mary Carmen Rivas y Cinthya Maza.
Este panel de lujo hizo un recorrido por los factores emocionales que ha desencadenado la crisis y abordó las medidas que se pueden adoptar para sobrellevar una realidad que supera la ficción.