Maracaibo - Crónica de las colas para comprar gasolina: “Dame 20 dólares y pasáis”

7 junio 2019 - "Aquí hay que ponerse vivo para tanquear, andá y preguntá quién es el jefe que está metiendo a la gente", dice un hombre de unos 60 años, mientras esperaba llenar con gasolina el tanque de su camioneta que convirtió en chirrinchera para trabajar en el transporte público en la bomba ubicada al lado de Traki La Limpia, al oeste de Maracaibo.

Así comienza la ruta de la "maraña" en las estaciones de servicio en la capital zuliana

Autoridades policiales y militares son los encargados de mantener el "orden", pero a su manera.

En esa estación, por el lado de la avenida La Limpia, se estacionan los vehículos que quieren salir rápido, la famosa cola VIP. Había no menos de 30 vehículos regados y sus dueños atentos esperando "la seña" para entrar en retroceso hasta el surtidor, donde no había nadie, de los seis que hay en total.

Casi entre dientes se escucha: "¿Jefe cuánto son?", preguntó un joven de unos 25 años, que buscaba surtir su carro blanco, a un oficial agregado, quien con disimulo se le acercó y le respondió: "Dame 20 dólares y pasáis".

—"Okey dele pues", le dice el muchacho.
—"¿Dónde está tu carro?", pregunta el efectivo
— "¡Allí está, el blanco!", responde.
—"¡Dame un chance! y te metéis a lo que salga una camioneta".

De repente se escucha: "Vení acá", era un sargento del Ejército al oficial.

"Mirá allí están unas camionetas que quieren pasar para que las cuadremos", le dijo en voz baja.

"Esto es pura mafia, qué desastre", exclama una mujer de unos 56 años, quien hablaba por teléfono y le comentaba a su interlocutor: "¡No que va, aquí no se va a poder!".

En el resto de las cinco islas, reinaba el caos. Son las 10:30 de la mañana de este jueves 6 de junio. Camionetas, camiones y autos, algunos con números marcados en el parabrisas, luchaban con los motorizados y también los dueños de plantas eléctricas por pasar primero hasta el surtidor, que también estaban en cola.

Hasta con obstáculos cerraron las calles aledañas
a las bombas.

Más adelante, está otro hombre de 35 años, chofer de un camión, amaneció en la cola para surtir su ‘350’, ansioso por salir y que esperaba su turno.

"Todo lo que tiene que pasar uno por la gasolina", comentó.

Junto a él está el chofer de un carro por puesto con una garrafa de 3,75 litros en sus manos, pensativo.

"Estoy sacando la cuenta, me estafaron con los litros. Le pagué al bombero 50 mil bolívares para que me leyera dos chip. Uno de 53 litros, el del carro, y otro que cargo en la mano de 63 litros con el que llené unas garrafas, pero me estafó me echó menos", dijo el hombre con cara de decepción.

"Hermano no pelee, la gente no está pagando por echar gasolina, sino por pasar más rápido", respondió molesto uno de los bomberos a uno de los usuarios que se quejó por el desorden y los ‘colaos’.

Botellas de 5 litros, garrafas de 10 y 20 litros también estaban a la vista pegadas a los surtidores para ser llenadas.

"Voy a ver si me llenan estas botellas (de 5 litros cada una) por mil bolívares", dijo una mujer de 50 años que trató de probar suerte.

Más adelante, en la estación de servicio Unión, ubicada frente a la Casa Colonial, se aprecia el mismo desorden.

Sin embargo, la cola de vehículos fue paralizada por unos 20 minutos por orden un supervisor policial para organizarla y darle prioridad a una camioneta ranchera que trasladaba a una paciente en diálisis.

"Cuando llega un chivo (jefe) cierran la bomba. Los policías son los que mandan allí. Tienes que hablar con un gordito polícia ese es el que pasa a la gente", contó América Montiel, un ama de casa, que se encontraba desde las 2:00 de la mañana tratando de llenarle el tanque a su Caprice de los años 80 con el que hacen viajes desde Maracaibo hasta La Raya (Paraguachón).

"Mi hijo ya está desesperado. Tenemos 15 días en esto. Este carro consume mucha gasolina", comentó preocupada y a la vez resignada a pasar otro día más en espera.

"Nos ha tocado comprar por bolsa. A un muchacho hace rato le pagamos 6 mil pesos y 4 mil bolívares en efectivo por 10 litros. Otro quiere vendernos el punto (20 litros) le ofrecimos 7 mil pesos. Vamos a ver si los trae porque solo ha hecho un viaje en bolsa. Y allá (dentro de la estación) hay que pagarles 60 mil bolívares al policía que te dije. Habla con él, mi hijo no ha tenido suerte", añadió Montiel.

Los cuerpos de seguridad ponen el "orden" a su manera.

De repente, comenzaron a verse despejados los seis surtidores. El supervisor se acercó hasta la aglomeración de personas que se encontraban en el portón.

"Les pido que me den 10 minutos, mientras salen los carros que están en los surtidores. Ya están casi listos para volver a abrir y atender las tres colas que tengo. A los motorizados: solo voy a dejar que pasen 30 nada más, porque nos están quitando tiempo para atenderlos a ustedes. Primero la camioneta que lleva a una señora que le están haciendo diálisis", dijo en voz alta a los usuarios que esperaban para entrar.

En la bomba de Los Aceitunos, también en La Limpia, se aprecia un orden dirigido por funcionarios de la Inteligencia, pero "igual tienen la maraña", contó Jorge Montoya, un ingeniero que hizo la cola para surtir su auto.

"Hace tres semanas les pagué 30 mil bolívares y me pasaron rápido. Claro manejan el control con el portón. Ya después de las 6:00 de la tarde es que se desatan más porque la gente se desespera y ofrece hasta 60 mil bolívares por irse", afirmó.

Por las reiteradas denuncias, la bomba Panamericana, a pocos de la Curva de Molina, fue cerrada.

"Allí mandaba un coronel. Llegaba en las tardes y dejaba pasar a su gente. Por día sacaba 300 mil bolívares en efectivo. El resto de lo que recibían, lo distribuían entre los soldados, los policías, los milicianos y los bomberos. Todo era dependiendo. A unos les daban 100 mil bolívares, a otros 60 mil bolívares y a otros 30 mil bolívares, sin contar lo que cobraban en dólares y pesos", contó el chofer de un camión 750, quien aseguró que llegaron a cobrarle 80 mil bolívares por tanquear.

"Yo me dejé de eso. Una vez pagué 10 mil bolívares en la Boquilla (Los Olivos) y me tocó esperar tres horas para que me pasaran. Allí decidí no pagar más y empecé a hacer mi cola", contó Fernando, un hombre de rasgos wayuu.

No es la primera vez que los usuarios vienen denunciando las irregularidades para poder tanquear carburante donde, en esta última semana, pasan hasta más de 10 horas en una cola.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 11091 veces.


La fuente original de este documento es:
Panorama (https://www.panorama.com.ve/ciudad/CRONICA-DE-LAS-COLAS-Dame-20-dolares-y-pasais-20190606-0149.html)



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter