Binóculo Nº 460

La mafia de la gasolina se mantiene

El viernes a las tres de la mañana, estaba saliendo de mi casa para ir a echar gasolina en la bomba la Flor, ubicada en Flor Amarillo, justo frente a la bomba Hipódromo. Me parece haber escuchado a Tarek El Aisami decir que ya no surtían gasolina por número de placas. Pero ya un policía me había dicho que sí, por lo que me correspondía el día viernes (3-4). A las 9 de la mañana, seis horas después, los despachadores nos dicen que la gandola no viene, razón por la que prendí mi carro y me vine a hacer cola a la bomba Hipódromo. Ya estaban surtiendo en esa bomba de gasolina, pero nos vinimos muchos y como era temprano, un policía nos dijo que a lo mejor surtían gasolina a 50 carros más.

Esperanzados, nos pusimos a esperar en un sol cercano a los 34 grados. Una hora después, 11 de la mañana. Pasó un policía y nos dijo que la gente iba a comer y que iban nos surtirían gasolina a la una de la tarde. No importa morirte de sed y de ganas de orinar, si van a despachar, hay que hacer el sacrificio. Hasta allí llegamos los venezolanos en cuanto a la resignación se refiere. Hacía mucho tiempo, creo que un año, que no iba a surtir gasolina, solía pagarla en dólares, porque no se puede invertir hasta tres días para echar 30 litros de gasolina. Pero las bandas se aprovechan y diez dólares por 20 litros es mucho dinero para alguien como yo. Así que decidí despertar de madrugada y hacer mi cola, que en estos momentos es más corta que antes. Hecha la aclaratoria, a la 1:45 de la tarde, vino un policía con un despachador y pedían el carnet de circulación, si éste correspondía con el carro que manejabas, entonces te daban un cartón con un sello de la bomba y un número. A mi me tocó el 15. Efectivamente repartieron 50 números. Y ya eran las 2:15 de la tarde. Pero estábamos emocionados porque íbamos a echar gasolina.

A las 2:30, de una calle lateral salió un policía en moto, dirigiendo una caravana de carros. Ellos surtieron primero. Los chismosos en un grupo dijeron que estaban cobrando 20 dólares por carro. "Sí, yo le dije a un primo que se viniera y hablamos con un policía y él nos dijo que eran 20 dólares por carro y que iban a pasar 40 carros", contó alguien de la cola, que uno no termina de saber si es verdad o mentira. Lo cierto es que, a las tres, pasaron las primeras diez personas, porque deben dejar el carro en cola y pasar a las personas a pagar, caminan una cuadra completa. Todo es difícil. Me tocó en el segundo grupo. De cuatro en cuatro vamos a la caja, para encontrar una novedad. Tienen las máquinas, pero no hay biopago, es decir, te registran la huella, pero no te descuentan directo por el banco afiliado. Nada de eso. Un gordo grosero y maleducado que maneja la caja, directamente dice que no aceptan tampoco tarjeta de débito. No hay forma de pagar que no sea en dólares o en bolívares, pero efectivo. Y, quienes viven en la gran Valencia, saben que es casi imposible tener bolívares. O el gobierno no los está emitiendo o las mafias están haciendo algo con ellos. Pero nadie, ni siquiera la banca tiene bolívares.

Pero como nunca falta un alma samaritana, el que estaba detrás de mi en la cola, me dio un dólar para que pagara. Otra sorpresa, el ticket dice 66 bolívares, y el gordo me devolvió un bolívar. Cuando reclamé, me dijo que no había más bolívares. Es decir, el sí reconoce que no hay bolívares, pero no me deja pagar con tarjeta de débito. El más vulgar y más legal de los atracos. Con el rabo entre las piernas a regresar dos cuadras para buscar el carro y entrar a la bomba, antes, nuevamente a la cola para revisar si era yo y si había pagado. Todo es difícil.

Cuántas veces he denunciado esta estación de servicio, no lo sé. Cuando la custodiaba la policía de Marvéz, la cerraron por un tiempo. Después quedó en manos de la PNB, fue peor, porque esos eran literalmente bandidos. Unos días estuvo en manos de guardias nacionales. Ahora está en manos de la policía de Carabobo. Se dicen muchas cosas. Unos dicen que pertenece a un general del ejército; otros dicen que el propietario está asociado a un coronel; otros más que es propiedad de oficiales de la policía de Carabobo en asociación con empresarios de Valencia. Cómo saber. Lo cierto es que, a pesar de las declaraciones de El Aissami, todavía echar gasolina en Valencia es un tormento, para quienes no pueden pagarla en dólares. Si tienes los dólares no hay problema, surtes en cualquier lado. Si debes hacer cola, tendrás que soportar las ofensas y los maltratos de quienes tienen el poder de decir que, tú no vas a echar gasolina porque yo lo digo. Es así. Es una forma de desgraciarle la vida a quien ya tiene suficientes problemas.

Caminito de hormigas…

Un amigo me pregunta porqué ya hace tres semanas entregaron la bolsa clap de enero a muchas comunidades, pero no se han repartido a Valencia.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1828 veces.



Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

Visite el perfil de Rafael Rodríguez Olmos para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rafael Rodríguez Olmos

Rafael Rodríguez Olmos

Más artículos de este autor