Seguimos "leña y leña"

El transcurrir del día a día de muchas personas en el interior del país venezolano, transcurre en ir a sus sitios de trabajo y retornar a sus hogares nuevamente a trabajar, esto debido a la falta de gas doméstico existente en sus casas para poder elaborar su sustento diario.

Es por ello que muchas personas tienen que realizar jornadas de trabajo y esfuerzos extras buscando la leña para realizar sus comidas.

Es algo inexplicable y a la vez inconcebible que situaciones como estas estén ocurriendo y sigan persistiendo en el día a día de los venezolanos, siendo nuestro país rico en reservas gasíferas, ya que las reservas probadas de gas en Venezuela alcanzan los 151 Billones de Pies Cúbicos de gas (BPC), y cuenta con un volumen de 40 billones de reservas posibles y una base de recursos aproximada de 196 billones de BPC, para totalizar un volumen de reservas de 427 billones de pies cúbicos. Según el Ente Nacional del Gas (Enagás), adscrito al Ministerio de Energía y Petróleo. El 50% de éstas se encuentra en la plataforma continental Costa Afuera de Venezuela. Las mayores reservas de gas de Venezuela están ubicadas al norte y noroeste del territorio nacional, en las costas de la plataforma continental caribeña y atlántica, abarcando una extensión de más de 500 mil kilómetros cuadrados.

Es algo inaceptable por no decir inadmisible que en pleno siglo XXI cuando nuestro país debería ir paulatinamente evolucionando, con esta situación y problemática existente en la mayoría de los hogares venezolanos lo que estamos teniendo es una involución de más de 50 años y llegando nuevamente a los tiempo cuando nuestros abuelos y padres realizaban todas sus comidas en los famosos para esa época "fogones de leña" o realizaban sus arepas en los buenísimos budares de cemento.

Cuando niño recuerdo historias de mi querido padre, donde me contaba que en su infancia tenía que buscar no sé cuántos "ases" de leña para que mi abuela cocinara, no con esto estoy tratando de decir que esa época fue mala no, ni me atrevería a decirlo por ese gran respeto que le tengo a mis mayores, solo considero que si ya nuestro país estructuralmente y socialmente hemos avanzado y progresado en muchos aspectos de nuestras vidas no debemos perderlo, y el gobierno nacional está en toda la obligación de aplicar medidas y acciones que sean verdaderamente eficientes para que a todos los hogares venezolanos les llegue ese vital servicio público para la elaboración de su sustento diario.

Además cocinar con leña causa graves enfermedades a las personas que se exponen continuamente a inhalar el humo tóxico que esto genera, en mayor medida mujeres y niños.

Una de las enfermedades más particular es la Pulmonar, este padecimiento va debilitando progresivamente la capacidad pulmonar, hasta llegar al punto en que la persona deja de respirar.

De igual manera también produce enfermedades respiratorias agudas, como la bronquitis crónica, enfisema pulmonar, fibrosis pulmonar y a la larga incluso cáncer de pulmón.

Para nadie es un secreto la crisis que vivimos con el gas doméstico, la cual se manifiesta en la falta de periodicidad de su distribución en nuestros barrios y comunidades; la anarquía en la fijación de precios de las bombonas, dependiendo esto de la cadena de distribución y los sectores a distribuir, siendo los más desfavorecidos los sectores populares.

Se presenta anarquía en los llenaderos de gas, los cuales presentan evidente deficiencia en sus instalaciones y ausencia de insumos para prestar el servicio; la falta de suministro de gas licuado desde los centros de producción, entre otras razones por la deficiencia en unidades de transporte, debido a la carencia de mantenimiento preventivo y correctivo de las gandolas; y la consecuencial corrupción e insuficiencia en la distribución del gas.

Ante esta situación, el Gobierno nacional debe aumentar la producción petrolera y gasífera, realizar la reparación inmediata de las gandolas que suministran gas licuado en el territorio nacional, realizar el mejoramiento de las instalaciones de los llenaderos y de las condiciones laborales de sus trabajadores en cuanto a uniformes e implementos de seguridad e higiene laboral, además de mano dura contra la corrupción y la especulación, y buen control obrero-popular.



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José Gómez Pinto


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