No se cambia la Patria por un pupitre

Durante la década de los 60 y 70 los gobiernos de la cuarta república asesinaron a la mayoría de los dirigentes y líderes estudiantiles de izquierda dentro de las universidades venezolanas, en el mal llamado proceso de “pacificación”. Esta aberración logro que durante los 80 y parte de los 90 las luchas estudiantiles se centraran en los meros actos reivindicativos, sin aceptar su papel en la sociedad.

En estos tiempos de revolución esas luchas parecen haber cambiado, y mucha de la dirigencia estudiantil con ideas de cambio social, progresistas han tenido un papel preponderante dentro del recinto universitario, entiendo así que antes de ser estudiante se es ciudadano, y antes un ser social, de cambios, que convive en una comunidad y que forma parte de la sociedad como un sujeto capaz de generar logros y fracasos en su entorno.

Por eso cuando, en medio del proceso eleccionario de la UCV, vemos que se vuelve a los discursos retóricos donde pareciera valer más un pupitre nuevo que la patria, me horrorizo, ya que en la construcción de un estado socialista, no se puede entender que las líneas discursivas vayan por esa vía. No pretendo hacer leña del árbol caído, y menos abalar lo que han destruido los “lideres” del estudiantado de derecha, solo si realizar una observación, y una crítica sana a nuestra dirigencia, ya que no podemos olvidar la premisa fundamental de que es la Universidad la que debe pintarse de pueblo, y menos gestas históricas como la de Córdoba, por algo Ali nos pedía a nosotros, los estudiantes luchar por nuestra propia idea.

Es nuestra tarea, como protagonistas, como actores principales de este tiempo histórico, dar la pelea por un nuevo sistema de ingreso a las Universidades, por las reformas curriculares en los pensum de estudios, pero eso jamás, jamás, debe hacernos olvidar lo primordial, que es involucrar directamente la Universidad con las comunidades, los estudiantes con su gente. Así estaremos evitando la fuga de cerebros que se producen cada año en nuestro país, así un ingeniero o un arquitecto no abandonara su barrio, y todo el aporte de su pueblo para que pudiera graduarse será retribuido y compensado por ese nuevo profesional, en su tierra, con su familia, con su masa.

Los estudiantes no podemos ser una clase alejada de los procesos de cambio, y menos una entelequia intelectual que se crea superior al resto, debe ser función primordial formar y formarnos, desaprender muchos conceptos errados, y seguir aprendiendo, ayudar al necesitado y replicar nuestros conocimientos.


jorge_amorin@hotmail.com


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Jorge Amorin


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