Dedicada al camarada Luis Damiani, Quijote de aquellos y de estos tiempos
María Cristina Abdelnour se llama la compañera que decidió prestar su memoria fotográfico-histórica de los tiempos en que la UCV era algo más que estacionamientos plenos de carros último modelo (estudiantes y profesores compitiendo por cuál tiene el más moderno vehículo). Una memoria histórica que recoge aquellos tiempos de luchas sin cuartel contra todo tipo de opresión. Una memoria histórica de comunidad universitaria protestando no sólo por sus problemas internos, sino por la masacre de El Amparo, el aumento del pasaje, la visita de Bush padre a la tierra de Bolívar. En fin, una memoria histórica que habla de aquella universidad empeñada en asaltar el cielo por asalto y no permitir que la vencieran las sombras.
Según palabras de la propia María Cristina, cuya cámara siempre consideró un “escudo” contra el riesgo de estar entre policías, bombas, tiros y capuchas, se trata de un testimonio de tiempos de rebeldía para recordar y para contar.
Difícil no encontrarnos en esta exposición con situaciones, hechos o personajes que nos llevan, como en un viaje al pasado, a esos tiempos en que considerábamos que el apellido obligado del estudiante era REBELDIA. En la misma, podrán imaginar, no falta la figura del flaco desgarbado, sonrisa plena, puño en alto, SERGIO RODRIGUEZ, justo unos días antes de que en una marcha lo asesinaran en la esquina del Chorro.
Recoge con su cámara la camarada María la primera vez en que vimos, en una marcha que logró llegar al Silencio a pesar del cerco policial y de los coñazos que nos dieron, a los primeros PM-Rambos; tipos raros con unas máscaras especiales que no eran contra los gases lacrimógenos. Más bien, mirando a distancia a través del lente de María, parecieran haber sido disfrazados así para despertar más terror del que ya sembraban con sus perdigones aliñados de tuercas y armas prohibidas contra estudiantes desarmados que muy pronto aprenderían la alquimia de la botellita con gasolina, arena, mecha y fuerza en el brazo. Imágenes hermosas como las de un David peleando contra los tiros con una china, honda o fonda como le decimos los guaros. Periodistas metidos en el centro del fragor de la batalla; muchos de los cuales, al igual que nosotros, tragaban gases para intentar captar lo que nunca les dejaron contar.
Porque en aquellos tiempos como ahora, los medios tampoco decían la verdad. El día después, la noticia invariablemente era: Nuevamente los desadaptados de la UCV crearon el caos en las inmediaciones de esta casa de estudios. Nunca, o casi nunca, se nos preguntó por qué coño nos gustaba tanto que nos jodieran y hasta que nos mataran compañeros. Pero la imagen dice más, mil veces más que la palabra. Y la muestra que nos presenta María Cristina en la Sala de Lectura de la Biblioteca Alonso Gomero de la Facultad de Ciencias-UCV, desde el 25 de abril hasta el 18 de mayo, de 8:00 am. A 7 pm. es una de las mejores maneras de rendir tributo a aquella Universidad que alguna vez se identificó con las luchas de los más humildes y que no se rindió al terror policial.
Salimos de la exposición con una inevitable sensación de nostalgia, mientras vamos haciendo magia en el estacionamiento para salir de esa especie de centro comercial en que nos convirtieron a nuestra querida Universidad.
NOTA MARGINAL NO MENOS IMPORTANTE: DESDE AYER, 25 DE ABRIL ESTOY INTENTANDO COMUNICARME CON CANTV PARA SABER PORQUE A PESAR DE PAGAR A TIEMPO MIS FACTURAS NO TENGO ACCESO A INTERNET NI AL SERVICIO DE INFORMACION AL CLIENTE. SEÑORES ENCARGADOS DE CANTV, QUE PASA CON EL SERVICIO JUSTO AHORA QUE EL GOBIERNO BOLIVARIANO ADQUIRIO LA MAYORIA DE LAS ACCIONES. NO DESESTIMEN LA DENUNCIA DE MARIO SILVA EN “LA HOJILLA”. LOS USUARIOS PERMANENTES PODEMOS DAR FE DE QUE ALGO RARO PASA EN CUNDINAMARCA. INTENTE ALGUIEN COMUNICARSE PARA RECLAMAR Y SE QUEDARA CON LAS GANAS, PORQUE CON CONTESTADORAS AUTOMATICAS NO SE PUEDE PELEAR.
