Binóculo Nº 480

¡U-U-UCV!

Ver viejos amigos y tantos colegas, con quienes compartí buenos momentos de mi vida universitaria, me produjo una gran emoción en las recientes elecciones de la Universidad Central de Venezuela. Lamentablemente falló la logística que debía poner un transporte para llevarnos a Caracas a los que estamos en el extranjero, vale decir, en el interior del país. Ya casi es imposible ir a Caracas. Recordé mis tiempos de tirapiedras y de oledor de gases lacrimógenos, cuando la tristemente famosa Policía Metropolitana y la repulsiva Guardia nacional. Aún eran peinillas y macanas, y los golpes eran en serio. Solían levantarles las faldas o vestidos a las mujeres, y golpearlas en los muslos. Se desmayaban del dolor, literalmente hablando. Los enfrentamientos fueron a diestra y siniestra. Nunca olvido a Edmundo Chirinos, siendo rector. Yo estudiaba entonces en la Escuela de Comunicación, cuando oficiales de la Guardia Nacional tirotearon en el peaje de Tazón, unos autobuses llenos de estudiantes que venían de Maracay, a protestar por la reducción del presupuesto de la universidad, en 1984. Hubo 36 heridos de bala. Edmundo Chirinos, viejo militante del Partido Comunista (PCV), en entrevista con Marciel Granier en aquel programa Primer Plano, acuñó la triste frase “Generación boba”. El final de Chirinos fue triste. Una paciente que podía ser su bisnieta, con quien tenía relaciones, se le resbaló de la mano en una discusión, se cayó y se golpeó el cráneo y murió. él cometió el error de botarla en el parque Vinicio Adames. Le dieron casa por cárcel, debido a la edad y murió en el mayor de los olvidos.

Fue la Liga Socialista la que propuso la destrucción de la UCV, es decir, su destrucción física, bajo el argumento de que era un instrumento de la burguesía para crear profesionales a sus servicios. Estaban imbuidos del Mayo Francés (lean una novela política de Jorge Volpi, titulada El Fin de la Locura) gen de la renovación universitaria de 1969. Esa renovación arrancó con todos los bríos en la UCV de entonces. En los liceos discutíamos el tema con interés. Desde entonces se venía dando un debate sobre las universidades y para qué servían. Incluso en tiempos de la masacre de Tazón, se produjeron algunas reuniones en altos niveles de la burguesía con políticos de AD y Copei donde se discutió la venta de la UCV. Afortunadamente esas propuestas no salieron de allí.

En realidad, el chavismo cometió uno de sus más graves errores al abandonar las universidades hace 18 años. Grupos de la rancia izquierda, aún viviendo de las ilusiones, convencieron a Hugo de que el país ya estaban en proceso de liberación nacional, por lo que era posible ponerle la mano a las universidades. Si hubieran sido dialécticos, entenderían que una izquierda pequeñoburguesa, venida de la clase media venezolana, no iba a captar estudiantes para comenzar a construir un verdadero proceso, sobretodo cuando el chavismo ya recibía la andanada de veneno de los medios de comunicación y Hugo comenzaba a ser satanizado en el mundo entero.

Pero ese sector del chavismo creyó que era el momento para apropiarse de las universidades. Fueron unos meses de tensión y violencia sin saldo organizativo, pero con un saldo sumamente negativo: la enemistad del proceso con las universidades. De allí salen los guarimberos que durante tres meses degollaron, quemaron y  mataron a 48 personas, destruyeron bienes y paralizaron al país. Todo impulsado por los medios de comunicación y por las nacientes redes sociales. Es decir, en su nacimiento, el chavismo perdía uno de sus bastiones más importantes. Y con esa derrota  encima, entonces estos chavistas que se creían más revolucionarios que todos los demás, le hicieron creer a Chávez que era mejor construir su propio sector universitario, lo que dio nacimiento a la Universidad Bolivariana de Venezuela, un experimento en el que el propio chavismo de las universidades tradicionales nunca creyó. No puedes sacarles de la cabeza a pequeños burgueses de izquierda que deben transformar su universidad. Al extremo de que ellos mismos sabotearon el mejor proyecto en materia educacional que yo haya conocido: El Plan Maestro Nacional Simón Bolívar. Eso desapareció de la política educativa venezolana, sabotaje impulsado desde el Ministerio de Educación y argumentado por  los chavistas enquistados en las universidades tradicionales.

Así las cosas, desde hacía 18 años, el chavismo no vivió suelo universitario de manera institucional. Los chavistas en las universidades, andaban a escondidas, en previsión de ser objeto de la violencia, de la irracionalidad de los guarimberos de turno. Erróneamente se abandonó las universidades, y no se entendió la necesidad de dar una batalla en esas latitudes, que, de alguna manera, era una de las más importantes. Ahora más que nunca, en este momento, hoy, necesitamos de esos profesionales con un enfoque y con una mentalidad distinta. Pero no los tenemos.

Está claro que la participación en las recientes elecciones de la UCV, obedecen a una política, no al esfuerzo indetenible y meritorio de un grupo de amigos, camaradas y colegas, que se avocaron a organizar la participación para hacer un papel nuevo en las universidades, para comenzar a dar la batalla. Hacia tiempo que no veía un esfuerzo como ese, tan emocionante y tan contagioso. A manera de chiste, calculé que entre todos cargaban como 50 kilos de medicamentos que toman para cualquier cosa: la tensión, diábetes, tiroides, dolores reumáticos, problemas gástricos y pare de contar. Sin contar  los colegas que ya partieron. Pero estaban todos allí. Como dijo el gran Carlos Lanz: “para morir de pie”.

En esta nueva etapa que está viviendo el país, en un mundo que cambia con tanta rapidez, la universidad debería jugar un papel clave dentro del proceso político que estamos viviendo, con gente que sea útil a los intereses del pueblo, gente que busque la construcción de la justicia, gente que piense, sueñe y crea en el país y que construya para el país, para los intereses de todos los venezolanos. Es la batalla que viene, incorporarse a los espacios intitucionales para desde allí dar  la dura pelea que se avecina.

Caminito de hormigas...

A ver hermano, explícame, cómo  carajo podemos construir o ayudar  a alguien, si los empelados están esperando que lleguen las cosas desde Caracas para venderlas de inmediato. En una alcaldía encontramos a un cdsm que vendía todo lo que venía de Caracas y le repartía a todos. Yo los agarro a todos, comenzando por el alcalde y los mando en fila india, caminando, para la cárcel de Ciudad Bolívar, con 20 años en el lomo. No puede ser de otra forma hermano. Pero todos se quedan callados”.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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