La ruptura del armisticio y la necesidad de continuar con la libertad del territorio venezolano. Abril de 1821

Con la firma del tratado de Armisticio firmado en Trujillo el 26 de noviembre de 1820, Colombia, la creación política más ambiciosa del libertador, entró en el concierto de las naciones por primera vez. Si bien no hay un reconocimiento expreso de la independencia por parte de España, este convenio de carácter internacional sólo era posible tomando en cuenta la época si se realizaba entre al menos dos Estados o Naciones. Los tratados internacionales no pueden firmarse de manera unilateral.

Los sucesos acaecidos en Maracaibo, el fracaso del cuerpo diplomático venezolano en Madrid aunada a la difícil situación por la que atravesaban algunos cuerpos del ejército patriota, específicamente los acantonados en Barinas obligan al libertador a romper el armisticio el 17 de abril mediante una proclama dirigida a los Colombianos, donde señala que aún de acuerdo a los cambios operados en España su gobierno no ha ordenado el término de la ocupación en tierras americanas. En este sentido Bolívar cree que ha llegado el momento oportuno para reorganizar el aparato logístico y militar patriota con la intención de pasar a la ofensiva. Desde la ciudad de Barinas comulga lo siguiente "Colombianos: los gritos de nuestros ejércitos padeciendo privaciones mortales, los gritos de los pueblos ya expirantes, ya exánimes, nos fuerzan a llevar nuestras armas a conquistar la paz, expulsando a nuestros invasores. Esta guerra, sin embargo, no será a muerte, ni aun regular siquiera. Será una guerra santa: se luchará por desarmar al adversario, no por destruirlo. Competiremos todos por alcanzar la corona de una gloria benéfica."

A diferencia del decreto de guerra a muerte de 1813, los términos de la guerra en 1821 son llevados de forma diferente gracias al tratado de regularización firmado en Trujillo, algunos cambios sin embargo señalados anteriormente se han producido entre la firma del tratado y la situación que atraviesan ambos ejércitos, incluso el Mariscal Pablo Morillo ha partido en diciembre luego de firmado el armisticio a España y la autoridad ha recaído en el General Miguel De La Torre, militar que ha venido con la expedición de 1815 y que paulatinamente fue ascendiendo dentro del ejercito realista, sin embargo dicho cambio en su persona no representa mayores alteraciones del armisticio. La Torre protestó naturalmente por los sucesos acontecidos en Maracaibo, lo que llevo a libertador a justificar estos sucesos como parte de una acción inesperada, así le hace de su conocimiento en carta fechada el 21 de febrero de 1821 y agrega que "el armisticio nunca previó una cláusula que amparase a los pueblos su firme voluntad de adherirse o acogerse a la Gran Colombia."

El 19 de marzo en vista de que los enviados españoles llegados de Europa Sartorio y Espelius no traen las noticias esperadas en cuanto a la continuación del armisticio y el reconocimiento de la independencia de Colombia, Bolívar cree que la hora de retomar las hostilidades ha llegado y que el camino de la paz no es la tregua sino la victoria, el carácter pragmático en su forma de llevar la política y la guerra se ponen en evidencia, por lo tanto desde la ciudad de Barinas el 25 de Abril se dirige al ansioso ejercito libertador con el siguiente discurso " Soldados: Todo nos promete una victoria final, porque vuestro valor no puede ya ser contrarrestado………Sufrirá una pena capital el que infringiere cualquiera de los artículos de la regularización de la guerra. Aun cuando nuestros enemigos los quebranten, nosotros deberemos cumplirlos, para que la gloria de Colombia no se mancille con sangre……. Las hostilidades van a abrirse dentro de tres días, porque no puedo ver con indiferencia vuestras dolorosas privaciones…."

De igual manera bajo el cobijo y la naturaleza del armisticio de Santa Ana y cumpliendo con lo establecido en el artículo 12 del tratado de regularización de la guerra informa al ejército Español sobre la decisión de reapertura de las hostilidades, a pesar de que la visión que se tiene sobre el ejército realista y el gobierno español como causa de nuestros males y de la cruenta violencia a la que se ha sometido el territorio colombiano durante los últimos años el tratado sobre regularización de la guerra es respetado por la parte patriota y en consonancia a ello también se hará por parte del bando español, es un compromiso que se asume y al que se le dará cabal cumplimiento. En proclama al ejército español el mismo día 25 de abril Bolívar declara "……Españoles: a pesar de todos los graves dolores que nos causa vuestro Gobierno, seremos los más observantes del tratado de regularización de la guerra. Una pena capital se aplicará al que lo infrinja, y vosotros seréis respetados aun en el exceso del furor de vuestra sed de sangre. Vosotros venís a degollarnos y nosotros os perdonamos: vosotros habéis convertido en horrorosa soledad a nuestra afligida patria, y nuestro más ardiente anhelo es volveros a la vuestra."

Finalmente el 28 de abril se produce en conocimiento de ambos bandos la ruptura definitiva, comienza la movilización de tropas por parte del bando republicano y se comienza a gestar la campaña definitiva que va a desembocar el 24 de junio en la sabana de Carabobo, donde se jugaría el destino de la guerra y de Colombia.


Fuentes Consultadas.

BLANCO José F. y AZPURUA Ramón. Documentos para la historia de la vida pública del libertador. Caracas, 1977, Ediciones de la presidencia de la República.

CORTES Santos R. Antología Documental de Venezuela (1492-1900), Caracas 1960. Litofotos Prieto.

FONTANA, Joseph. La crisis del antiguo régimen 1808-1833.Barcelona, España 1988. Editorial Grijalbo.

O´LEARY, Florencio. Gran Colombia y España. Madrid 1919. Editorial América.

PAREJA, Francisco Alfaro. La independencia de Venezuela relatada en clave de paz. Las regulaciones pacíficas entre patriotas y realistas (1810-1840) Castellón, España 2013.

 

poeviadel@gmail.com



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