La situación que vivimos los venezolanos es sin duda alguna la peor crisis en nuestra historia, a esto se le suma la pandemia y pues se convierte en un momento sin precedentes para la nación. El presente gobierno y su antecesor inmediato son los responsable de la crisis nacional, por sus mediocres métodos para gobernar, donde la retórica, la demagogia, la represión, la impudicia, cleptocracia y oclocracia son las principales características del actual gobierno. La huelga y protesta son criminalizadas por la "justicia" y los medios de comunicación que en teoría son del estado, pero en la práctica son del PSUV.
Nuestra patria está siendo mancillada por los impíos rojos, los opositores que tienen en el diputado suplente ante el A.N Juan Guaidó su líder, el imperialismo y sus acólitos. Pensar que la culpa de la situación está en los que en algún momento apoyamos esta podredumbre de gobierno es de fofos, pues el pueblo no es culpable de las acciones de sus gobernantes, el pueblo es solo es víctima de toda esta situación.
El gobierno nacional está haciendo un llamado a la incorporación a clases de manera on line, y en las semanas de flexibilización a los docentes a ir a sus sitios de explotación laboral para asesorías pedagógicas a los educandos y representantes. Las condiciones objetivas y materiales no están dadas para ningún escenario en la educación venezolana.
Primero: Porque existe un alto riesgo de contaminación de coronavirus para los docentes, estudiantes, representantes, administrativos y obreros al acudir a las asesorías en los planteles, entre otras cosas porque ningún plantel educativo público de Venezuela posee las condiciones de bioseguridad para el resguardo de sus actantes. Segundo: Si de trabajar en casa se refiere, un número significativo de profesores y estudiantes no contamos con las herramientas para cumplir con tal cometido: muchos hogares sin internet, sin celulares inteligentes y con los cortes de electricidad que nunca fallan. Tercero: El sueldo de un docente es una burla monumental, una quincena apenas alcanza para medio comer un día. Cuarto: A lo anterior se le suma que el docente (y la mayor parte de la población) ocupa su tiempo en la búsqueda de la subsistencia paras su hogar: alimento, medicinas, gas, agua, entre otros. Se hace imposible retornar a clases.
Si bien es cierto que la educación es un derecho humano, por encima de eso está el derecho a la alimentación, y un año escolar o académico no es más importante que la salud del pueblo y su derecho a la subsistencia.
Es lamentable saber que algunos colegas se van a incorporar al llamado a clases, eso es no tener conciencia de clases, no tener formación y fungir como esquiroles y rendidores de pleitesía del patrono. Ya veremos a los funcionarios del gobierno y sus focas atacarnos por asumir esta posición, y enviar a los jóvenes de chamba juvenil (que no poseen preparación alguna) para asumir el insustituible y fundamental rol de un profesional de la docencia. Pero la realidad no se puede ocultar.
Los sindicatos y afines del sector educación en todos sus niveles por primera vez coinciden en la no incorporación a clases presenciales y en su mayoría no incorporación online, pero sus discursos y métodos de lucha están enmarcados en los resultados que han obtenidos: EL FRACASO. ¿Por qué el fracaso? Porque no siguen las directrices de la base y las decisiones son tomadas en cuatro paredes por unos cuentos sindicalistas que atienen a intereses de sus organizaciones partidistas. Un ejemplo de la mediocridad sindical o gremial acá en el estado Lara fue CITEL (Coalición Intersectorial de Trabajadores del estado Lara) un nido de burócratas con una visión reducida de la realidad política del país, que por sus métodos sectarios, fascistas y partidistas fracasaron en su totalidad y se convirtieron en un grupo de amarillistas buscadores de espacio en la prensa y las redes sociales.
La situación es muy compleja de resolver, pero solo los venezolanos podemos enderezar los entuertos. ¡FUERA EL PRESIDENTE MADURO, FUERA EL DIPUTADO SUPLENTE GUAIDÓ, NO A UNA INTERVENCIÓN EXTRANJERA!