Excluidos o solos

No quiero contribuir a esa idea del excepcionalísimo venezolano, pero hay situaciones en las que uno piensa, que lo que pasa aquí no tiene parangón, o como se dice en Maracaibo, "no pasa en ninguna parte de la bolita del mundo". Ahora resulta que las medidas del ejecutivo de continuar las clases en línea, fue una respuesta a las amenazas de los sindicatos, que llamaron a sus afiliados a no presentarse en sus puestos de trabajo. ¡Ojalá!. Tristemente nuestros sindicatos poco movilizan, a pesar de tantas causas para manifestarnos.

Lo que motivó parte de las nuevas medidas, fue la realidad, entre las cuales se encuentran las precarias condiciones de los trabajadores del sector educativo, fundamentalmente a nivel de salarios. Muchos de ellos están laborando hoy en otras actividades y frente al llamado a actividades educativas presenciales, seguramente resolverán fácil el dilema, no regresarán y esto limita la tarea de garantizar el derecho a la educación desde el Estado. Muchos, aunque carecen de condiciones para asumir de nuevo una etapa de educación en línea, prefieren hacer un esfuerzo y tener dos trabajos, que dedicarse a tiempo completo a la labor docente, como en otros tiempos.

El regreso a clases tal como lo plantea el gobierno bolivariano, debe enfrentarse al menos a dos problemas, además del de los salarios; el primero superar la brecha tecnológica, ya que una gran parte del estudiantado y el cuerpo docente no dispone de medios y cuando los tienen, la conexión es inadecuada, lo que genera una lamentable y no determinada exclusión del proceso educativo en línea. Lo segundo es menos visible, pero no por ello irreal; es decir los medios no hacen un ambiente educativo, pues este es más que cosas, es fundamentalmente relaciones. El ambiente educativo, entre otras funciones, es socializador y parte de esa experiencia se enriquece del intercambio directo entre los seres humanos, aunque no sea presencial. Asistimos a procesos de aprendizaje en línea, donde priva la soledad del educando, que tributa al individualismo.

El impacto de esta situación en nuestro futuro es innegable, hasta para la visión más conservadora, lo que está por verse es el tamaño de ese impacto, que de múltiples formas afecta las posibilidades del buen vivir.



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Jesús Alberto Rondón

Sociólogo. Se desempeña como Facilitador en el Inpsasel, ha sido electo Delegado de Prevención (2011-2013 y 2013-2015) y es Vice-Presidente del Consejo de Vigilancia de la Caja de Ahorros de los Trabajadores y Trabajadoras del Inpsasel (2.011).

 jesusalbertorondon@gmail.com      @JesusRondonVen

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