Han surgido afirmaciones lapidarias, en esta pandemia; que son engañosas, por el ejemplo "el mundo tal como lo conocemos cambió" o "la humanidad no volverá a ser la misma". Escucho y dudo, ya que constato que sigo viviendo en un planeta organizado en función del capital y que la riqueza sigue concentrada en unos pocos, y que los que trabajamos seguimos en iguales o peores condiciones. Un mundo donde el modo de producción hegemónico, no ha variado, incluso tiende a ser cada vez más especulativo.
Entonces ¿Qué ha cambiado?, un poco la faz o el rostro de cómo se expresa este modo de producción, por ejemplo en lo laboral el teletrabajo. En lo político, donde se profundizan los problemas sociales; las expresiones de participación democrática están pausa, pues priva la atención a la pandemia.
En lo social, específicamente en lo educativo, también hay nuevas expresiones: existe una creciente promoción de la educación a distancia. En el caso concreto de nuestro país, miles de maestros y maestras en tiempos de pandemia tuvieron forzosamente que recurrir a las escasas herramientas tecnológicas a su disposición para atender a sus educandos, sin que se visibilizara, como esta nueva experiencia crea nuevas formas de precarización. Desde nuestro gobierno bolivariano se nos dijo que "Cada hogar, una escuela", pero creo que no se ha evaluado suficientemente, la nueva brecha que esto generó, pues no es suficiente el balance cuantitativo.
Como educador he participado y debatido en varias jornadas de educación a distancia, y observo que con esta esta modalidad nos tienen obnubilados. En uno de estos eventos en línea, me preguntaba si solo basta manejar las nuevas tecnologías y sus cacharros para que la educacion tenga un papel emancipador en nuestro mundo o sencillamente continúe siendo el mecanismo de reproducción del capitalismo, como parte de la superestructura, en términos marxistas.
Me respondía que tenemos que volver a nuestras fuentes contrahegemónicas, a todas nuestras canteras que han parido portadores de luz, para el camino de la educación emancipadora, como aporte para una sociedad alternativa a la existente. Leer en estos tiempos nuevamente al maestro Pablo Freire, quien a lo largo de vida-testimonio y obra escrita nos aportó, claves para la educación liberadora.
Nuestra educación puede estar cambiando de modalidad, pero lo que no debe cambiar es nuestra convicción para que esta sea sobre todas las cosas: emancipadora.
