Las primas por cargos en la UCV y UC muestran como internamente allí se aplastó la meritocracia

"Formar a un hombre quiere decir, primordial y fundamentalmente, dotarlo de un sistema de principios éticos, libre y espontáneamente aceptados por él mismo, como fruto de una reflexión sobre su propia vida en relación con la de sus semejantes. Si alguna obligación tiene la universidad, en tal sentido, no es la de enseñar una moral pacata mediante cátedras ad hoc, sino la de ser un centro activo, donde a través del propio comportamiento de los miembros de su comunidad, se transparente un estilo de vida y de conducta que sirva de modelo o paradigma para quienes en ella se eduquen y se formen."

Ernesto Mayz Vallenilla -fundador y primer rector de la USB

El sueño del futuro (1970)

En los últimos meses la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Carabobo se han visto sacudidas por otro escándalo interno, la asignación oculta de primas salariales por el desempeño de cargos administrativos. Y lo que pudo ser algo aceptable, al ser realizado a espaldas de sus comunidades y con una desproporción enorme, produjo un sentido de rechazo por ser una "injusticia", en especial, ya que la asignación ignoró el largamente aplicado principio de que el escalafón universitario demarca la remuneración en pago. Esto quiere decir, que a mayor avance en el escalafón, mayor es el salario. Ese es el principal estímulo para incentivar que el docente-investigador ascienda en su carrera.

Es bueno señalar que la existencia del escalafón universitario para el personal docente, proviene de la ley de universidades vigente. Y cada progreso en ese escalafón, le exige al sujeto que lo intenta, proveer de un mayor aporte académico a la institución y/o campo. Un proceso que debe ser evaluado por sus colegas y comúnmente se fundamenta en aportes científicos como investigador. La ley impone otras condiciones como niveles de estudio requeridos o tiempo laborando en la universidad, pero el centro del ascenso es algún trabajo profesional de calidad creciente al área que dice investigar, estudiar y enseñar.

La idea de trasfondo es que el docente-investigador no se estanque en su conocimiento, algo importante en el mundo moderno, que progrese como científico hasta niveles de competitividad mundial y que realice contribuciones significativas a la humanidad. Si es adecuado ese esquema o no lo es, ello queda afuera de este planteamiento, pero lo que debe señalarse es que, cada superación que se haga en el escalafón resulta de mayor complejidad que el nivel anterior. Se supone que una universidad que posea una plantilla de académicos del más alto nivel, podrá realizar sus labores de mejor forma. Por eso, el escalafón le da la oportunidad a los docentes-investigadores de mejorar en su profesión y se interpreta como una forma de demostrar que se ha progresado en méritos.

Así pues, esta aproximación conforma la base meritocrática de las universidades, un modo de funcionamiento que las autoridades de la UCV y de la UC han repetidamente expresado defender. Sin embargo, cuando en modo silencioso permitieron que las primas por cargo, desbalancearan los montos piramidales del salario ajustado, según el nivel del escalafón, entonces desecharon el tradicional corazón meritocrático de la carrera universitaria. Y es que esas primas hicieron posible que un docente-investigador pueda haber llegado a la cima del escalafón universitario y aún así, tener menor sueldo que un colega de menor categoría que ocupa un cargo administrativo. Así por ejemplo, un Director de Escuela de categoría "agregado" podría tener una remuneración mayor, que la de un colega que únicamente se dedica a las aulas e investigación y posee el nivel "titular".

Eso es tan obvio de entender, que es prácticamente imposible pensar que las autoridades universitarias aprobaron ese esquema sin considerar sus graves consecuencias. Y es que algo con tantas implicaciones, ameritaba discusiones y debates. Cosa que no se hizo y deliberadamente se intentó mantener en secreto. Más aún, cualquier consulta en la Internet responde con claros discursos donde las autoridades de esas universidades sostienen que la meritocracia es pilar de sus gestiones, así por ejemplo, el 30 de Octubre de 2018 la rectora García Arocha en un programa de opinión, en la televisora Venevisión denunciaba la asignación salarial del gobierno, quejándose del cálculo y expresaba a los cuatro vientos que: "No se respeta las interescalas, es decir, no se respeta en la línea profesoral sus ascensos ..."

Hay más implicaciones delicadas y uno de ellos es el potencial y serio escenario, de que comúnmente a los cargos administrativos se llega con la anuencia de quienes allí poseen el poder -pocos son seleccionados por elecciones- y que esa forma, se tiende a favorecer el alineamiento de personas con un mismo pensamiento político o que al menos, compartan la misma línea de gestión y planes con quienes estarían por encima en el organigrama. Algo que subordina la diversidad ideológica en las universidades ante una orientación unificadora con el más alto poder de la casa de estudio.

Adicionalmente, se puede comprender que en momentos tan difíciles para los docentes-investigadores, donde los sueldos son realmente bajos y prácticamente no alcanzan para dedicarse a esa profesión, entonces los pocos profesores que quedan en ambas universidades, marcadamente preferirán alcanzar un cargo administrativo interno que hacer el esfuerzo por ascender en el escalafón universitario. Esto quiere decir, que el esquema de primas por cargos que internamente se aprobó es una puñalada por la espalda a la meritocracia interna. Lo sorprendente es que son las propias autoridades de esas casas de estudio quienes adoptaron esa particularidad.

Una claudicación al espíritu meritocrático tan vergonzosa, que la debieron ocultar y que sostenidamente se han negado a aclarar y revelar en su extensión. Acciones tan contrarias al discurso repetido en los medios de comunicación, que han apuntalado el talante de hipocresía de quienes dirigen esas universidades. Personas que claman públicamente por la democracia y por la meritocracia, pero que llevan años ocupando sus cargos sin efectuar elecciones, por negarse a conceder el voto a obreros y administrativos, así como rechazar la paridad de peso en los votos. Discutibles actitudes sostenidas con base a la proclama de que la universidad es una institución meritocrática y, donde los que efectúan labores administrativas o de servicios no deben decidir su rumbo, ya que únicamente son sus docentes-investigadores, de más alto nivel, quienes comprenden y están en capacidad de decidir correctamente el destino de sus universidades.

Así pues, el comportamiento de las autoridades de la UCV y UC ha revelado que su ética colide con la moral de su comunidad y ello pone en riesgo los fundamentos motivadores de sus organizaciones, al igual que sirve de triste y penoso ejemplo de cómo no debe un individuo racional, reflexivo y educado, manejar las legítimas quejas o consultas que sus subordinados puedan hacerle. Una pésima lección para los individuos que asegura formar. Algo tan grave y bochornoso, debería haberles conducido a explicar, revertir lo hecho y pedir disculpa a su gente, pero que dada su continua negativa para aclarar, así como hostigar a quienes han sacado a flote el escándalo, conduce a pensar que su renuncia inmediata al cargo que desempeñan, es lo mínimo que deberían hacer.

albertosalazar2007@gmail.com



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