Renovación universitaria para la sociedad del futuro

A más de cuarenta años de la Renovación Académica de la educación universitaria, ha llegado el momento de hacer una nueva Renovación en nuestras casas de estudio. Las carreras que se ofertan en las diferentes disciplinas deben responder a la situación actual, tanto del conocimiento como de las necesidades que tiene el país. Se han ido incorporando parches a un cuerpo estructurado de conocimientos para tratar de actualizar algunos contenidos que lo que hacen incoherentes los currículos y planes de estudio de las diferentes carreras.

Dos elementos claves son, primero, la duración de una licenciatura, que en Venezuela es de cinco años; y segundo, la elaboración de un trabajo de grado (tesis) con las mismas exigencias que un trabajo de ascenso al escalafón universitario (y muchas veces iguales a la de los postgrados), por lo cual el número de estudiantes que logra cumplir con el requisito es cada vez menor.

Sobre el segundo punto, el estudiante debe tener un tutor de tesis, en primera instancia un profesor de su escuela o facultad, sin que exista la obligación entre docentes de asumir un número determinado de trabajos para tutorear. Por su parte, en nuestras casas de estudio prácticamente no existen líneas de investigación en las diferentes escuelas que ofrezcan a los estudiantes incorporarse y poder participar en las mismas que les permita derivar de allí sus trabajos de grado. Tal situación se ha constituido en una traba para que los estudiantes que han cumplido con la escolaridad exigida, y ha surgido así el problema llamado a lo interno de nuestras casas de estudio universitario como el síndrome de “Todo Menos Tesis” (TMT), debido al alto número de estudiantes represados por la dificultad en que se ha convertido la realización de dicho trabajo. Surge entonces como respuesta a esta problemática la figura del asesor metodológico, que cobra un alta suma de dinero por la realización de dicho trabajo a pesar de que muchas veces son docentes de la misma escuela, pues lo hace como un trabajo extra por fuera del recinto universitario.

Estamos observando entonces dos problemas que interfieren en la prosecución de los estudiantes universitarios y el logro de su meta, que no es otro que recibir el grado al que aspira. Son problemas puntuales derivados de una educación que no está acorde con el momento histórico que su realidad le presenta.

Por todo ello, es necesario que surja de las bases de nuestras casas de estudios universitarios un movimiento Renovador para reaccionar ante la pasividad y aceptación de una educación dirigida a la formación de los profesionales de otra época. Debemos responder a las necesidades y requerimientos del hombre y la mujer que conducirán la sociedad del presente y el futuro.

*Profesora jubilada UCV

 

victorfernandezha@gmail.com



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