Forjador del Estado Docente y de la Democratización Educativa

A 115 años de su nacimiento. La pasión educativa de Prieto Figueroa

Al conmemorarse 115 años de su nacimeinto, deseamos  abordar los ejes centrales de su pensamiento educativo. Uno de los temas a los que más se dedicó el maestro Prieto Figueroa (La Asunción Edo. Nueva Esparta, 14/03/1902. Caracas 23/05/1993) fue sin duda  la defensa del Estado Docente. El maestro comienza por diferenciar entre lo que es la educación espontánea, cuya naturaleza es inherente a la responsabilidad de la familia, y  la educación dirigida como cohesionador cultural de la nación, cuya responsabilidad máxima es del Estado Nación. Así lo expresa al exponer frente al Congreso su labor como Ministro de Educación en 1948: “En efecto, en Venezuela nunca fue considerada  la  educación como una función esencial del Estado venezolano,  tal como lo establece ahora nuestra Constitución Nacional, sino como menester  dirigido a formar las “elites” para el Gobierno de la nación, que se impusieron por encima de las aspiraciones y de los deseos de las masas desposeídas...” (1988. P.277). “Cuando hablamos en la Memoria de Educación, de la necesidad de formar una conciencia unitaria en el Magisterio, con ello expresamos que es preciso crear ideales comunes, porque solamente quienes alientas ideales comunes son capaces  de forjar una patria, y los maestros deben ser los forjadores de la conciencia nacional.”(p.279)

Ningún Estado Nación,  por mas liberal que se promulgue, puede permitir que cada escuela, cada maestro, cada alumno enseñe y aprenda  lo que mejor le parece o aquello que puede responder solamente a intereses particulares, para ello existe la libertad de constituir escuelas especiales u otras instituciones o clubes dedicadas a estos fines. La libertad  de enseñanza y de aprendizaje no puede llevarse al extremo de permitir la propagación de hábitos o ideologías que afecten dañinamente al colectivo, que impidan su cohesión, produciendo rivalidades y enfrentamientos.

La educación,  para LBPF, tiene una función eminentemente pública, y por ello es responsabilidad fundamental del Estado Nación. Esto no puede confundirse con el adoctrinamiento político ni con el irrespeto y la intolerancia a la diversidad cultural, religiosa y política de nuestros pobladores, “...en el Estado democrático, como quien manda teóricamente es la totalidad del pueblo, que fija las normas generales de dirección del Estado, la educación no puede ser, no debe ser la expresión de la doctrina política de un partido...” (1977.p.51). Para LBPF, el Estado docente es el responsable de garantizar la igualdad de oportunidades de formación y de la posterior inserción  a la actividad laboral y posibilidades de ascenso en la estratificación social en una sociedad claramente injusta y desigual, en donde si se dejara la educación en manos de los privados solo seguirían teniendo derecho a la misma un sector privilegiado y se mantendría el status quo.
Por esto el maestro apegado a sus principios socialistas señala: “las argumentaciones anteriores suponen el funcionamiento del Estado democrático tal como se le conoce en la doctrina, pero el predominio de los grupos que maneja la economía del país desvirtuaría esa estructura, poniendo todo el poder al servicio de sus intereses, por tales razones hay que luchar por el establecimiento de un régimen de  igualdad, donde el poder económico este en las manos del pueblo...” (p.54).  En su libro “Problemas de la Educación venezolana” (1947) escribe un ensayo sobre la miseria dentro de las escuelas,  en el que señala: “Para que la escuela venezolana realice su función formadora y humana es necesario combatir dentro de ella la miseria, combatir  fuera de ella la miseria, para que los padres puedan disfrutar de  condiciones apropiadas en  las que se realice  sin contratiempo la educación de los hijos” (p.299)

Participación privada y liberta  de culto

Para LBPF, esta posición en defensa del Estado Docente tampoco niega la participación privada y / o  religiosa, siempre y cuando este adscrita a los principios generales que le corresponden dirigir al Estado y cónsono al respeto y a los valores de la sociedad venezolana: “La educación privada es una forma de colaboración dentro de la función docente que corresponde al Estado. Se trata del ejercicio de una función pública delegada, ejercida dentro de las normas fijadas por el Estado. De otra manera no podría explicarse. Como colaboradora no esta en capacidad de dar o de crear las normas de su ejercicio, porque no se trata de un contrato bilateral” (p.63) .

 El maestro Prieto Figueroa fue, junto al poeta Andrés Eloy Blanco, uno de los máximos defensores de la libertad de culto en la educación, tal como lo manifestaron en la constitución de 1947 y en la Ley de educación de 1948, lo cual restringía el predominio del catolicismo y la educación privada, lo que conllevó a duros enfrentamientos con estos sectores y de aquellos que veían pernicioso para sus intereses la masificación de la educación: “La  actitud de desconfianza frente a la escuela  nuestra, frente al maestro venezolano, es un viejo resabio oligárquico, porque nuestras oligarquías consideraron al maestro como un ser peligroso que al hacer luz en las conciencias atentaba contra sus intereses, y por ello lo relegaron a la categoría de paria sin derechos, proscrito del silencio y el vejamen. Por ello no dieron nunca la importancia ni el valor que tienen sus enseñanzas y prefirieron entregar  los hijos a maestros caseros o a personas que estaban  muy cerca de ellos, porque el maestro de la escuela publica, lo dijimos ya,  era un ser peligroso...”(1988.p.305).

Prieto fue también promotor de la  Higiene Escolar, entendida esta no solo como limpieza de la escuela y de los niños, sino las condiciones de aprendizaje, los recursos, los horarios cómodos. A igual que su predecesor Simón Rodríguez, combatió la situación de los “niños en las calles”,  atacó los intentos de legislación sobre menores que solo se circunscribían a lo punitivo y no a la reeducación. Los problemas de los jóvenes y adolescentes siempre fue de su preocupación, llegando a convertirse en un critico de la Educación  Media que solo se veía así misma como etapa previa  de entrada  a la universidad; tal como lo plantea en su libro sobre “El Pensamiento Educativo de Bello” (1989): “Ese es el concepto moderno de la educación  media, destinada a  la adolescencia , y que tiene por objeto desenvolver las capacidades del joven, ayudándole a conocerlas y dominarlas; por ello no debe considerársele como preparación para la universidad, sino educación en sí,  educación para la “plenitud humana”  de que hablaba Juan Mantovan. “ (p.694).

En consonancia con esta posición, Prieto Figueroa veía al maestro como una extensión de la comunidad, un educador y una educación comprometida con la realidad:
“La pedagogía marca un camino, señala orientaciones  generales, pero el maestro antes que pedagogo  debe ser un hombre, un hombre de su tiempo, con las angustias y preocupaciones de su momento histórico”. (1989.p.77). “Ser maestro a esta hora agónica del mundo es una responsabilidad grande y quien la asuma ha de tener pleno conocimiento de la contribución que presta para que los hombres alcancen  mayor conciencia  de la misión que cumplen en el mundo,  con el fin de que los mecanismos que desaten no rompan el proceso solidario de la vida y para que la  ciencia trabaje en beneficio del hombre y no en contra del hombre, a fin de que la técnica se humanice “(p.77).

Prieto apoyó el proceso de descentralización educativa, no como un acto de deslastrarse del Estado Nacional de la responsabilidades administrativas, sino como un proceso de acercamiento entre escuela y comunidad: “ La descentralización, entendida según las ideas modernas sobre educación conduce a una regionalización de la enseñanza o adecuación de la escuela a su medio circundante, cuyos problemas y preocupaciones deben servir de centro a la actividad del maestro, que al enseñar las materias de los programas relaciona sus enseñanzas con ese medio. En este concepto la regionalización se refiere tanto al medio físico como a la economía y al medio social donde la escuela actúa, pues no podría hacerse educación si la escuela se cierra dentro de sus cuatro paredes, ignorando que hay una realidad que le sirve de contorno”.(p.50)

Para Prieto, esta regionalización educativa  debía preservar la responsabilidad del Estado Nación en la indispensable tarea  de sembrar  la conciencia y cultura nacional y evitar los parroquialismos que dieron vida al caudillismo en épocas pasadas:

 “...a fin de que las escuelas no se enquisten en la tarea minúscula de una labor esencialmente regional, olvidándose de que la región toma sentido cuando se inserta en la totalidad de la vida de la Nación, cuando la experiencia local es una parte de la total experiencia y de la total realización de la vida nacional; cuando la actividad que crea en un circunscrito medio esta en relación con los planes de producción  y distribución de la riqueza de todo el país;  cuando por encima de egoísmos parroquiales, la idea de la nación preside soberana”.(p.54)

.- Papel de las Universidades.

Luis Beltrán Prieto Figueroa (L.B.P.F), a pesar de su demostrada vocación hacia la educación primaria, la escuela, el maestro, también dedicó muchas páginas y preocupaciones por el papel de las universidades en Venezuela y América Latina. Fue un duro critico  de la desvinculación de las casas de estudio de educación superior  con lo social, con la terrible problemática de desigualdad en la región: “Nuestras universidades no se apersonan de las necesidades de las comunidades, ni tienen conciencia de la orientación del desarrollo en Latinoamérica.  Su gran pecado es la improvisación, crecieron al garete, como órganos de expresión de la oligarquía que las usa para formar las elites del poder” (1977, p.297).

Para LBPF, la universidades estaban obligadas a apoyar al Estado Nacional en la planificación del futuro de la nación, puesto que en ella deberían estar los hombres mas capacitados y por ser estas casas de estudio escenario natural del debate intelectual , no podían solo dedicarse a la formación de recursos humanos (títulos) : “La universidad debe figurar como un engranaje fundamental en la elaboración de los planes de la nación, puesto que a ella corresponde suministrar los técnicos encargados de realizar esos planes y promover el desarrollo.”(p.295). Para el maestro, no se trataba solamente de egresar personal capacitado, sino hombres críticos de la injusta realidad social y comprometidos con el cambio: “La universidad moderna, no obstante su preocupación por formar los técnicos, no puede convertirse solamente en una fábrica de doctores sin ciencia y sin conciencia, sin un sentido de valores como hombres y en los cuales no se ha creado la responsabilidad social del ciudadano. En el especialista así formado, el hombre quedaría apagado, ensombrecido, por la preocupación de la eficiencia”. (p.238).

Otra preocupación entorno a las universidades esta relacionado al controversial tema de la autonomía, para LBPF, en concordancia con lo anteriormente señalado, la autonomía no podía entenderse como un termino anárquico, que desvinculara a la universidad de la sociedad, a la que se debe, ni del Estado, el cual la sustenta, la autonomía  conlleva a la libertad de pensamiento y de acción , pero vinculada a los propósitos de la sociedad y el Estado: “ La autonomía universitaria no podría considerarse, como algunos piensan , situados en las almenas levantadas por formulas de un liberalismo trasnochado, una liberación de las grandes responsabilidades que corresponden a la universidad en la realización del plan de vida nacional, sino la libertad de acción para actuar en relación con aquellos fines. Por otra parte, la autonomía interpretada como aislamiento de los otros ciclos de la educación haría imposible establecer las correlaciones indispensables con esto”. (p.278).

LBPF fue un asiduo defensor de la gratuidad y la democratización  de la enseñanza en todos sus niveles, incluyendo lógicamente a las universidades. Para el maestro, la casa de estudios superiores seguían siendo, a igual que en los tiempos coloniales, ocupadas  por los jóvenes provenientes de las elites sociales. La democratización de la educación se había convertido en un discurso y en una propaganda política, ya que en los hechos demostraban que la deserción estudiantil de los sectores mas empobrecidos era de carácter dramático: “El proceso de democratización de la enseñanza no se logra solamente con una mayor inscripción en los establecimientos educativos. La experiencia demuestra que una  proporción crecida  de los alumnos que concurren a la universidad se quedan en el camino y el rendimiento efectivo de la educación superior no llega al  veinte por ciento”.(p.256).

““Estas consideraciones hacen recomendar y organizar estudios superiores donde la masa general de la población no solo puede inscribirse sino hasta proseguir hasta la graduación. La retención de los estudiantes debe considerarse como excelencia en la educación democrática, promoviendo estudios propedéuticos de nivelación, organizando cursos de recuperación con los estudiantes  que se retrasen hasta evitar el aplazamiento y la repitencia, que encareciendo el costo de la educación, hablan mal de la eficiencia de las instituciones de educación superior, porque tal como funcionan son organizaciones selectivas, no propiamente de los mas aptos, sino de los que tienen mayores y mejores medios para mantenerse dentro del sistema. No se trata solamente de la ayuda económica indispensable, sino del estimulo y el aliento moral que contribuye a vencer las deficiencias heredadas del medio cultural y social donde se forman los hijos del pueblo”. (p.259).

Hoy se ha hecho común que términos que son propios de la administración y la gerencia empresarial como: productividad, calidad, eficiencia, hayan penetrado instituciones no mercantiles y no pertinentes a la relación: producto- costo- beneficio, que como la educación cumplen una función pública que sin despreciar los elementos cuantitativos los sobrepasa. Cuando aun no vivíamos la era de la información y la gerencia, ya el maestro Figueroa  advierte sobre la amenaza de que la educación pudiera ser administrada como una empresa y por personas quizás capacitada para la gerencia pero desligadas  del mundo de la educación: “La tesis que sostengo es la de que no puede desintegrarse la enseñanza y su administración... (p.29).”Sin embargo, países hay en los cuales por razones de orden político, o por conveniencias circunstanciales se lleva a la administración  educativa  a personas que el primer contacto con la educación lo tuvieron en la escuela y van a renovarlo en el cargo que se les encomienda”(.p.193).

En ningún momento, LBPF, niega el papel del gerente o administrador de la educación,  pero insiste en que tiene que ser una persona claramente vinculada  a este sector, con profunda sensibilidad social y consciente que la educación no es una fabrica de producción de títulos, que puede ser solo medida por  el número de   egresados o índices académicos, sino ante todo por su pertinencia con lo social, esta debe ser la verdadera razón de la calidad educativa


prodriguezrojas@hotmail.com



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