La UNERMB y la caza del estudiante perdido

A finales del año 2013  algunos profesores comentamos que la matrícula de estudiante en la Licenciatura en Educación Integral en la sede de Los Puertos de la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB) ya no mostraba el mismo comportamiento de años anteriores: se había estancado o empezaba a disminuir.

A principios del 2015, la entonces Secretaria Docente convocó a una reunión en la cual nos informó, entre otras cosas, acerca de la disminución de la matrícula, confirmándonos las sospechas. En dicha reunión se discutieron (incluso de manera “algo” exaltada) las razones por las cuales considerábamos se estaba dando dicho fenómeno y que más que las modestas acciones que se “acordaron” (para lo cual se conformaron algunos equipos) el asunto medular tenía que ver menos con lo que los profesores podíamos hacer, que con la toma de medidas y acciones estructurales que las autoridades debían impulsar.

La tarea para la cual me comprometí como profesor de la cátedra Investigación Educativa tuvo que ver precisamente con estudiar, investigar los fenómenos que incidían o que estaban vinculados con en el problema de la baja matrícula que ya los suponíamos. En ese sentido, mis estudiantes y yo nos orientamos y dedicamos a recoger toda la información disponible y pertinente. Fue precisamente en ese proceso que dimos con un conjunto de información relevante a nivel nacional, regional y local. Entre este último tipo de información nos topamos con un informe denominado: Análisis Estadístico Periodo II-2014 Actualizado: enero de 2015, emitido desde la Secretaría (que ahora llaman Rectoral) de la UNERMB.

En términos generales se consiguió lo siguiente: Para el año 2014 se ofrecieron 178.000 cupos en el sistema de educación superior público para nuevos ingresos, de los cuales 80.000 quedaron vacantes, es decir, que el 44% de los cupos quedaron “fríos”. Entre estos últimos cupos fríos había 28.552 cupos que sobraban de las carreras menos demandadas, mientras que por otra parte faltaban 103.109 cupos de las carreras más demandadas. Todo esto según la Oficina de Planificación del Sector Universitario del Ministerio de Educación Superior en el año 2015.

Esta y otras informaciones con respecto a matrícula estudiantil universitaria me sorprendió ya que nada más para el año 2010, Venezuela ocupaba el quinto lugar en tasa de matriculación universitaria. Y un año antes era el segundo país con mayor matrícula universitaria en Latinoamérica, según la UNESCO (2011). Es decir, que entre otros problemas, existía un desfase entre la oferta y la demanda de las carreras y el Estado y sus instituciones, principalmente las de educación superior, debía desarrollar políticas al respecto.

Sin embargo lo que más me impactó o me generó una extraña sensación fue que según el Análisis Estadístico Periodo II-2014 – 2015, la situación expresada por los datos de la OPSU, a la UNERMB no le había afectado, ya que lo que puede entenderse en dicho informe es que para el I-2014 la matrícula era de 34.295, mientras que para el II-2014 era de 35.720, es decir; aumentó. De tal manera que, mientras que en el resto del país la matrícula se desplomaba, y en los pasillos y aulas de Los Puertos se percibía que los muchachos eran menos, las estadísticas de la UNERMB decían que no era así. (2015:07)

En todo caso, nos propusimos indagar acerca de algunos de los factores subjetivos (Representaciones) que pudieran estar incidiendo en las motivaciones para no optar por inscribirse o para abandonar los estudios en la Licenciatura en Educación Integral en la sede de Los Puertos de Altagracia de la UNERMB.

Obviando aspectos de orden teóricos / metodológicos que no vienen al caso exponer, pudimos establecer que existían (para entonces) una serie o un conjunto de valores, ideas, creencias, significados, etc., (Representaciones) que incidían en la decisión de no estudiar o desertar de la UNERMB.

Algo importante a destacar en los resultados fue que las limitaciones de orden socioeconómico (que si aparecieron) no eran factores determinantes, aunque no dejaran de ser importantes, en la decisión de no estudiar o abandonar la Licenciatura en Educación Integral. A continuación los cuatro nódulos de significación más importantes que se ubicaron: a) La licenciatura en Educación Integral no era atractiva. b) La sede de Los Puertos estaba deteriorada y descuidada. c) Se perdía mucho tiempo, y d) Se percibía a la sede de Los Puertos como insegura y violenta.

Para resumir; los elementos que sustentaban a estas ideas se relacionaban al hecho de que un gran número de estudiantes de bachillerato y de desertores (sujetos de estudio) conocían a graduados que no estaban trabajando o que si lo hacían no era en su área. Se hacía mucha mención a las condiciones deplorables de la infraestructura de la sede, a la falta o ineficiencia de los servicios que se prestan (atención al estudiante, transporte, laboratorios, biblioteca, etc.). De igual manera se hizo abundante referencia a las continuas suspensiones de clases y a la inasistencia a clases de los profesores. También a los constantes hechos de inseguridad en donde un hecho mortal (acaecido unos años atrás) y algunos otros hechos violentos marcaban la percepción al respecto. En fin, desde una perspectiva relacionada a la teoría de las representaciones, nadie pudiera dudar (incluso, y sobre todo hoy) que existían y existen condiciones que permiten una perfecta adecuación de la representación con lo representado.

Ahora, a esta situación, que no ha cambiado y que más bien ha empeorado y a la que no se le prestó ni se le presta atención efectiva, se le añade el actual contexto socio económico (más allá de que éste en buena parte sea inducido) de los últimos dos años, se perfila un escenario bastante sombrío sobre el problema de la matrícula en la UNERMB.

Pero, por qué vengo con esto ahora se preguntarán algunos… Pues, por lo siguiente:
Algunos colegas me comentaron que desde la Dirección del Programa Educación habían recibido un correo en donde textualmente: “Se expresa gran preocupación ante la baja matricula en la inscripción de nuevos ingresos y estudiantes regulares, durante el periodo académico I- 2017, tomando en cuenta los datos observados durante este proceso, que finaliza el día de mañana. Por tal motivo desde la dirección del Programa Educación se requiere de su apoyo a fin de contribuir con la inscripción, por lo menos de un (1) estudiante (Nuevo Ingreso) por docente”. Me extrañó que no me llegara dicha información, supongo porque en este período salgo de “sabático” aunque a otros colegas en la misma condición si les llegó.

Pero más que extrañarme, me sorprende que este tipo de acciones sean las que se adopten, ya que como he indicado el problema es estructural, y es estructural porque los distintos niveles de a quienes mayormente les compete tomar determinadas acciones no lo hicieron y no lo han hecho, que de no haber sido así, quizás la problemática en cuestión no sería tan acentuada.

Es decir, más allá de las limitaciones económicas de hoy, qué incentivos puede tener un bachiller para estudiar en la UNERMB. Nuestra oferta académica es aun limitada y descontextualizada.

Nuestra infraestructura debe ser de las más deprimentes que existan a nivel nacional. No existe un control efectivo de gestión que ayude a controlar la asistencia al trabajo por parte del personal, que mejore los niveles de seguridad, que regularice los procesos, etc.

Las decisiones que se toman deben tener no solo un componente político (en cuanto a su saldo inmediato) sino que deben responder a una necesidad real. No hace todavía un año ingresaron más de 600 profesores como personal ordinario, aun hay otros pocos como personal contratado, pero no hay estudiantes, y entonces los ponen a buscarlos.

Que un profesor convenza a un bachiller a estudiar en la UNERMB no es empresa fácil por muy ridícula que me parezca la propuesta. Qué le puede ofrecer?

Seguro que estas palabras no le caerán bien a mucha gente, ya estoy acostumbrado aunque no sea ello lo que busco. Como tampoco busco cargo ni aspiro a nada que no sea dar clases e investigar. Lo que si busco es un mínimo de coherencia en la conducción de la UNERMB. Y no cualquier coherencia, sino aquella en donde la lógica revolucionaria sea trabajar para y con el más necesitado, para que juntos puedan transformar la realidad.

El estudiante que hemos perdido no lo encontrará un profesor de manera individual, lo encontrará una universidad que le dé lo que él necesita. Pero para eso necesitamos una universidad que se maneje con criterios de calidad y de eficiencia, solo entonces, si será una universidad revolucionaria.

lenincalderon@gmail.com



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