A propósito de la incursión paramilitar en la ULA y la convocatoria a marchar por la defensa de la autonomía paramilitar

Ahora los encapuchados son héroes…

Recuerdo mis tiempos de estudiante. Igual deben recordarlos panas como José Roberto, Juan Carlos el margariteño, Alcides, la Negra Elizabeth. En fin, tantos que llegamos a creer que de verdad la lucha de “pobres contra ricos” se libraba con piedras y molotov en los arcos de las universidades y eventualmente en alguna calle convertida en trinchera de guerra.

Recuerdo también, con mucha claridad, el tratamiento que nos daban las empresas de comunicación privadas: bandoleros, desadaptados, infiltrados y pare usted de contar. Debo decir, con mucha honra, que la mayoría creíamos de verdad (muchos militando en aquella Bandera Roja) que el futuro estaba a la vuelta de la esquina y que mientras más fuerte el chinazo o la piedra, más cerca el futuro. Pero además, había un pacto entre nosotros: estudiar y luchar para que los muchachos solo-estudiantes nos creyeran y se metieran en la candela.

Muchos hoy somos profesionales echándole bolas al futuro y tratando de entender qué está pasando en las Universidades. ¿Cuándo se perdieron los sueños? ¿Cómo es que ahora marchan y aupan ese terrible flagelo que se llama paramilitarismo y que viene con sierra y tortura contra cualquiera que se atraviese? ¿Creerán Nixon Moreno y los neofrascistas de Bandera Roja y Primero Justicia que los paracos creen en lealtades más allá del comandante dinero?

Colombia tiene una triste historia de la que no sólo nosotros deberíamos aprender. Las cabezas de esa nueva modalidad de guarimba merideña, léase rector, vicerrectores, decanos, deberían saber de lo que son capaces los mercenarios agrupados bajo el ala protectora de Alvaro Uribe. Después podría ser tarde.

Sergio (asesinado en la esquina del Chorro peleando por presupuesto para las universidades-cajas negras); Yulimar, asesinada aquel 27 de Febrero en que el pueblo quiso tomar el cielo por asalto; Belinda, la de los hermosos sueños asesinada a las puertas de la Universidad; Carlos Yépez, el empleado peleador asesinado en el arco del Clínico, Douglas, asesinado en las Tres Gracias, Jimmy, asesinado peleando por el pasaje estudiantil y tantos mártires que ha dejado la Universidad venezolana deberían darle voz de autoridad a los estudiantes, profesores, empleados y obreros merideños para decirle NO A ESA FALSA DEFENSA DE LA AUTONOMIA con la marcha que están convocando para el próximo viernes 15 de junio.

No pueden los estudiantes de verdad (aquellos que no tienen 14 años calentando cupos sin que los agarre el Reglamento de Repitientes no sabemos por qué razón) que la Patria no se construye con alianzas sin ética. Que no están dispuestos a exportar las lacras que están matando a nuestros hermanos colombianos. Y que Nixon Moreno y su partida de muchachotes jugando a jugar a la guerra bien pueden irse bien largo al carajo. La consigna es estudiar y luchar. Pero estudiar y luchar por el futuro, no por la violencia.

A la compañera víctima de estos fascistas, mi más reconocido sentimiento de solidaridad. A las Asociaciones de Mujeres de todo el mundo, la exigencia de solidarizarse con esta valiente mujer andina.

A los compañeros de la ULA: UN GRAN NO A LA MOVILIZACION GUARIMBERA DEL FASCISMO

SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO
POR DIEZ MILLONES DE VOLUNTADES PARA EL PROCESO REVOLUCIONARIO
POR DIEZ MILLONES DE ESTUDIANTES LUCHANDO Y ESTUDIANDO POR LA PATRIA BUENA



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Ana T. Gómez (La Guara) / PNA-M13A


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