Ruralidades

La UCV en las sombras

No es la misma que vence las sombras. Y es que la sombra que hoy nubla, es la del matapalo. Esta sombra que dejó el italiano Giannetto, irrigada por Natera, es como la que proyecta el ozono carcomido por el salitre. No hay manera, al parecer, de limpiar la tiña del árbol de la buena y purificada sombra mientras sea dirigida por el fariseísmo encarnado en  esa dama  que le enquistó Natera. No habrá más profesionales de la medicina, según la oligarquía, mientras su excelencia Natera no dé el visto bueno que autorice a la súper profesional que hoy oprime a la casa que “vence las sombras”.

Por supuesto, que vence la mala sombra como es la del matapalo. La sombra que producen profesionales de antemano comprometidos con los grandes empresarios de las mastodónticas clínicas, no para salvar a la gente pobre. Sí para atender, con diligencia, a los capitalistas de doscientos millones en adelante y a los asegurados hasta que la clave se extravíe.

De esa táctica del acaparamiento comercial de la salud, no escapan los millonarios. Un ejemplo, entre muchos, es el de Aldemaro Romero de quien la prensa informó en su momento, que entró a una de las mejores clínicas de Caracas con 300 millones de la época y salió en una urna dorada con 200 millones en deudas que los familiares no pudieron cancelar. Fue imprescindible firmar un pagaré que se canceló mediante contribución de amigos, que eran muchos los que tenía el excelente músico y compositor.

Entonces, con esa mina que tienen los dueños de las clínicas, Natera y desde que se enquistó en la dirección de la UCV la pupila del “dueño” de la federación médica, no tendrían necesidad de oponerse con odio a los jóvenes que están dedicados a salvarle la vida a los más pobres, a los que no tienen ni siquiera un seguro que mueva la clave para alargarnos un poquito de vida.

Por otra parte, no negará Natera como sempiterno presidente de los médicos al servicio de la burguesía, que los profesionales egresados de la UCV de hoy, no van a cumplir lo establecido en la ley de universidades en cuanto al requisito de la pasantía en zona rural. Y si lo hacen (cosa rara) no cumplen a cabalidad para no perder el contacto con la organización privada, previo a su incorporación definitiva al mundo de los billetes.

¿Es que acaso esos jóvenes comprometidos con el dinero, son unos sabios comparados con los y las que se gradúan codo a codo con las comunidades? Es probable sí, que el millonario Natera tenga un área especial para “aceitar” y entrenar a sus vástagos que le remite la “dueña” de la UCV, especialmente en incrementar la preocupación por el enfermo y sus familiares al tamaño del dinero que posean. Y en otro caso, al del alcance del seguro, si es que lo tiene, previo la media vuelta de la llave que abre la clave.

De ello, por supuesto, carecen los recién graduados jóvenes médicos comunitarios. A mucha honra, decimos los pobres. Y una última pregunta al inamovible presidente de  los médicos, extensiva a la Sra.García Arocha, “sombra caliente”, enquistada en la Universidad Central de Venezuela: ¿es que los médicos integrales comunitarios son una competencia desleal contra sus intereses? ¿Hasta cuándo y hasta dónde quieren llegar ustedes? ¡Ya basta!.

Patria, Socialismo o barbarie. ¡Venceremos!

 pedromendez_bna@yahoo.es



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Pedro Méndez


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