Trabajadores de Haití mantienen protestas por formalización del salario mínimo y mejoras laborales

Las repetidas manifestaciones exigen al menos mil gourdes diarios (unos 15 dólares) en lugar de los 350 (cinco dólares) fijados el pasado año.

Las repetidas manifestaciones exigen al menos mil gourdes diarios (unos 15 dólares) en lugar de los 350 (cinco dólares) fijados el pasado año.

Puerto Príncipe, julio 5 - Los trabajadores haitianos siguen pie en lucha, con repetidas manifestaciones por una labor que les permita, al menos, solventar las necesidades básicas.

Las manifestaciones no han cesado en Haití desde el Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, en el cual miles de millones de personas en el mundo exigían mejores condiciones laborales, entre otros reclamos.

Tampoco se detiene aquí la brutalidad policial, el acoso a sindicalistas, los despidos arbitrarios y el incumplimiento de las promesas a los trabajadores.

Las recientes manifestaciones convocadas por la Confederación Nacional de Trabajadores Haitianos no tuvieron finales felices y estuvieron matizadas por la presión del empresariado.

De hecho la compañía surcoreana con sede en el país, Wilbesthe Haitian SA, amenazó con despedir a unos 800 trabajadores por la imposibilidad de cumplir sus compromisos internacionales, tras las repetidas huelgas que experimenta el sector de la subcontratación desde mayo último.

Precisamente esta empresa ha sido blanco de feroces críticas por expulsar a más de 200 empleadas que protestaron contra abusos sexuales y aumento de la jornada laboral, sin respetar las disposiciones constitucionales ni convenciones internacionales.

Otro tanto sucede con las trabajadoras de las zonas francas, donde del 75 al 80 por ciento de la fuerza laboral es femenina y según el economista y activista político Camille Chalmers, existe una violación permanente de sus derechos básicos.

En exclusiva concedida a Prensa Latina, el también profesor señaló que en las zonas francas no se reconoce el derecho a la maternidad y las empleadas están sujetas a chantajes sexuales a cambio de mantener el trabajo y el sueldo, algo totalmente inaceptable, criticó el experto. Y es que el trabajo medianamente remunerado en Haití es altamente cotizado, pues según las cifras no oficiales, más de 70 por ciento de la población vive de la economía informal, labores domésticas u otras actividades cuyos ingresos no son suficientes.

En este contexto existe también un resurgimiento de la lucha sindical, que experimenta niveles de crecimiento en ámbitos hasta el momento inaccesibles como las zonas francas, explica el también docente.

Este incremento no solo es visible en la capital haitiana, sino en otros departamentos, especialmente al norte del país, donde también creció el número de asociaciones sindicales.

De acuerdo a Chalmers, tras la caída de los dictadores François y Jean Claude Duvalier (1957-1986) hubo un crecimiento del movimiento sindical, con un papel destacado en los procesos sociales, incluso de vanguardia, pero luego se desmantelaron y el país llegó a contar con 10 centrales de los trabajadores, un sinsentido total, afirmó.

La nación caribeña experimenta ahora un momento de reconstrucción con la creación de estructuras, sobre todo en el sector de la subcontratación, que ha sabido guiar el proceso de formación de la dirigencia sindical.

SALARIO MÍNIMO

Sin embargo, la principal lucha que hoy disputan millones de haitianos es la formalización de un sueldo mínimo. Las repetidas manifestaciones exigen al menos mil gourdes diarios (unos 15 dólares) en lugar de los 350 (cinco dólares) fijados el pasado año.

Desde 2009, explica Chalmers, el salario no ha tenido aumentos importantes, a pesar de la brutal disminución del poder adquisitivo, relacionado con el deterioro de la moneda nacional con respecto al dólar.

Según el economista, en los últimos tres años el gourde perdió el 65 por ciento de su valor y mantiene una inflación de dos cifras que actualmente se comporta alrededor del 14 por ciento.

Las protestas reclaman la revisión de esta política, y aunque el gobierno no se pronuncia oficialmente, ni dicta medidas concretas para solucionar la problemática, el Senado haitiano ya prometió una revisión del salario mínimo tras reunirse con representantes del Foro Económico Empresarial Privado.

Según el Parlamento, desde mayo sostienen encuentros con los líderes del Foro, quienes reconocen la necesidad de un aumento salarial por la tasa de inflación, sin embargo, puntualmente poco se ha hecho.

Tras las últimas manifestaciones en la capital, que además demandan acceso a la seguridad social, transporte, viviendas sociales y subsidios alimentarios, las organizaciones sindicales propusieron una tregua para reorganizar el sector y planificar nuevas estrategias en aras de que el gobierno responda a sus reclamos.

A pesar de este escenario Camille Chalmers es optimista. Continuaremos presionando para que se contemplen nuestras demandas en la aprobación de la Ley de Finanzas que debe entrar en vigor en octubre próximo, enfatizó.

Por lo pronto, las organizaciones sindicales tienen previsto lanzar otras convocatorias de huelga.


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