09-11-17.-"Con los mejores precios y las mejores carnes". Solo el eslogan publicitario queda del frigorífico Jehander, ubicado en el sector Puerto Rico de Maracaibo. Los mostradores se muestran vacíos. No hay carne ni en éste ni en ningún negocio de Maracaibo.

Luego de que, hace más de 10 días, en una reunión entre la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), la Sundde, Agropatria, y el Ministerio de Alimentación; el precio de la carne por kilo quedara establecido en 41 mil bolívares, el rubro parece haber desaparecido de los comercios marabinos.

En un recorrido por frigoríficos privados y los mercados populares de la ciudad, Noticia al Día pudo constatar que no hay carne ni de primera, ni de segunda… Solo visceras se dejan ver en los estantes que otrora estaban llenos de lomito, solomo y muchacho.

"Yo llevo más de 20 días sin abastecer el negocio"

"Los ganaderos no nos vender a ese precio. Van a perder ellos. En ninguna parte se va a encontrar carne. Yo llevo más de 20 días sin abastecer el negocio. Estoy vendiendo pollo que es lo que se puede conseguir", explicó Enderson Huerta, comerciante del Mercado Periférico de La Limpia.

Luz María Ríos, otra vendedora, estaba rematando una rodajas que le quedaban de su última compra: "Esta es carne vieja. El Gobierno puso un precio muy bajo. Lo que estamos pasando es hambre. Tengo miedo como comerciante a dónde nos va a llevar esto. Estoy estresada", confesó.

Marcos Olivares asegura que en 23 años que tiene en el negocio es primera vez que vive en una situación tan alarmante.

Los comercios que permanecen abiertos venden pellejo, hígado o pollo, pero nada de carne. Aseguran que la situación se ha extendido por varias semanas y algunos le han comprado el producto a los proveedores a crédito y muy por encima del precio establecido.

"El Gobierno quiere que vendamos la carne en 40 mil y los ganaderos nos las venden a ese precio a nosotros ¿Qué le vamos a ganar? Lo que hacemos es perder porque a lo que compramos tenemos que quitarle el hueso, el cebo y los pellejos", explicó Marcos Olivares, otro vendedor.

Los compradores también se veían sudorosos y angustiados ante la falta del producto. Judith Lastra, de 60 años, expuso que desde hace una semana come huevo con arroz porque no encuentra carne en ningún negocio y los demás productos están demasiado costosos. Mientras que Sara Ordiez asegura que hace dos semanas, cuando se enteró de que habría una regulación de carne, realizó una compra nerviosa de lomito, pulpa y costillas; pero que ya hace dos días se le acabó la reserva.

"El Gobierno tiene que ir es a los mataderos a hablar allá porque nosotros no podemos vender a pérdida y los ganaderos tampoco"

"Tienen que ponerse de acuerdo con los ganaderos. El Gobierno tiene que ir es a los mataderos a hablar allá porque nosotros no podemos vender a pérdida y los ganaderos tampoco. No podemos comprar caro y vender barato", expuso Jean Hernández, un comerciante.

Este miércoles la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) envió un comunicado a la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) en la que se fijó el precio de venta al público de la carne.

En 38.000 bolívares se reguló el kilo de los cortes de Lagarto con hueso, costilla y hueso rojo. Mientras que el lagarto reina, solomo abierto, pecho, falda, papelón, paleta y el lagarto sin hueso quedó en 47.000 bolívares, informó Carlos Albornoz, presidente de Fedenaga.

La chocozuela, la pulpa negra, muchacho redondo, ganzo, pollo de res, muchacho cuadrado se estableció en 49.000 bolívares. Los cortes más caros son los de solomo y punta a 75.000; el de lomito quedó en 80.000.

En reuniones anteriores, Fedenaga había indicado que los cortes parrilleros como la punta, solomo y lomito quedarían liberados de la regulación. Sin embargo, en esta resolución fueron regulados todos los cortes.

"Qué Dios nos ampare. Porque si los ganaderos deciden no vender así. Nadie podrá comprar carne en este país", dijo Rómulo Fernández, un consumidor que obeserva vacíos los estantes en la llamada "calle de las carnes" del Mercado Las Pulgas de Maracaibo.

Enderson Huerta, vendedor.

Judith Lastra, de 60 años.

 

Algunos frigoríficos bajaron las santamarías.

 

Algunos comerciantes compraron a crédito la carne, pero aseguran que no la pueden vender a precio regulado.

 

Los estantes en la llamada "calle de las carnes" del Mercado Las Pulgas estaban vacíos.

Sara Ordiez, marabina de 53 años.

 

Maidolis Ramones Servet

Fotos: José López