Bachaqueros no paran de especular

En las puertas del mercado de Quinta Crespo operan delante de agentes de seguridad, mientras que en Catia actúan a sus anchas.

En las puertas del mercado de Quinta Crespo operan delante de agentes de seguridad, mientras que en Catia actúan a sus anchas.

Credito: CiudadCCS

10 mayo 2017 - En distintos puntos de la ciudad, los bachaqueros ofrecen productos de la cesta básica a precios especulativos, a la vista de todo el mundo. Incluso, muchas veces, el hecho irregular ocurre ante la presencia de funcionarios policiales que se ubican a no más de cinco metros de distancia.

Esta práctica ilegal, en la que cada vez hay mayores niveles de usura, no ha decaído en comparación con los últimos meses. Hoy en día, la estafa es más floreciente, y quienes la practican son menos perseguidos por las autoridades.

Ayer, en plena puerta del mercado de Quinta Crespo, una bachaquera ofrecía a gritos azúcar, arroz y harina de maíz precocida. Se trata de una mujer joven, de tez morena y cabello alisado. Vestía unas licras ajustadas negras y franela manga corta color guayaba.

En sus manos no llevaba bolsas ni los productos que vendía, pero estaba presta a mencionar los precios de la mercancía apenas se le preguntaba.

—La Harina Pan la tengo a cuatro mil 500, el arroz a cinco mil y el azúcar a cuatro mil 500 bolos, chamo. Todos los productos son de marcas originales. Háblame, qué vas a querer?–, preguntaba al tiempo que se detenía su andar.

En el mismo lugar, pulula otro grupo importante de personas que se dedica al lucrativo oficio de las ventas con sobreprecio. Del lote sobresalen un hombre con discapacidad motora, varias mujeres con niños en brazos y un anciano que lleva un sombrero en su cabeza para cubrirse del sol.

El kilo de leche "lo pegan" en Bs 18 mil, por un kilo de pasta larga o corta hay que desembolsar Bs cinco mil, y quien desee darse un gustico saboreando una torta hecha en casa, debe pagar por un kilo de harina de trigo Bs siete mil 500.

Una mujer, de unos 40 años de edad, aproximadamente, ofrece a cara limpia un paquete de papel toilet de cuatro rollos. Apenas le preguntan por su precio, se apura a decir: "Vale cinco mil bolos, pero si no quieres todo el paquete, te puedes llevarte dos rollos por dos mil 500 bolos".

A SUS ANCHAS

Otro espacio donde los especuladores tienen una especie de paraíso es en la calle Washington, en los alrededores de la plaza Pérez Bonalde, parroquia Sucre, en Catia.

Allí, por una especie de pasillo formado en medio de los vendedores de verdura, exhiben sus productos, colocándolos en el piso.

Además de productos de la cesta básica, en ese lugar se pueden conseguir artículos de higiene personal, fórmulas lácteas y leche en polvo completa. Además, se pueden ver a personas ofreciendo productos de la marca CASA (arroz, aceite vegetal y leche en polvo) con precios exorbitantes.

Los productos de aseo personal también se deben pagar a precios especulativos en la parroquia Sucre. Un jabón de baño Protex, lo ofrecen en Bs dos mil, los desodorantes para damas y caballeros en Bs cinco mil 500, y a los pañales "se les gana mucho más vendiéndolos detallado y no por paquetes", a decir de los que ofertan.

—Señora, ¿cuánto cuesta un pañal?–, preguntó un joven.

—Mil 500 bolívares, chamo–, respondió la especuladora.

—¡No joda! ¿Quién va a pagar a mil 500 bolos por un pañal, para que un carajito se lo mee en la noche y uno tenga que botarlo al día siguiente? ¡Ni que yo fuera rico! –, concluyó el comprador.

Quienes observan a los bachaqueros en la ciudad se hacen siempre las mismas preguntas: ¿de dónde sacan la mercancía? ¿Quién se la vende? ¿Y quiénes los protegen?



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