¿Está aplicando argumentos similares el diputado Jesús Farías a Ley de Hierro de Salarios (David Ricardo) frente a la lucha salarial en Venezuela?

 La inhumana y antichavista miseria de salarios que percibimos millones trabajadores/as públicos y apoyo que tanto dirección sindical obrera como diputados/as del PSUV han dado para acompañar a quienes juzgan “que primero hay que crear riqueza para luego distribuirla” (argucia neoliberal) tesis orquestada contra quienes piden salarios dignos y justos, nos permite colocar como título de este artículo actitud asumida y opiniones emitidas por diputado Jesús Farías vocero principal de esta postura quien ha enfrentado propuestas dirigidas desde el chavismo a encarar este gravísimo problema de salarios paupérrimos predominantes en sector público venezolano; que además ha originado irritante desigualdad socio-económica con relación a salarios de trabajadores/del sector privado que como toda desigualdad combatió presidente Hugo Chávez F. Salarios depreciados y calidad de vida destruida del pueblo no solo, de manera determinante, por guerra de Estados Unidos y aliados contra Venezuela sino también consecuencia de política económica dirigida desde BCV y gobierno nacional. 

El título de este artículo para mayor comprensión y fundamentación requiere previamente una explicación, puesto hay que decir quién fue David Ricardo (1772-1823) y que significa la Ley de Hierro de Salarios. Para hacer esto nada mejor que basarnos en uno de notables economistas del siglo pasado: John Kenneth Galbraith (1908-2006) autor de Historia De La Economía (2003) donde hace análisis sobre Ricardo en capítulo con expresivo título: VII. Refinamiento, Afirmación Y Las Semillas De La Revuelta. 

Dice Galbraith:” David Ricardo (economista ingles) era hijo de un agente de bolsa y anterior residente en Holanda. Continúo su profesión bursátil por su propia cuenta y, en cosa de cinco años, amasó una fortuna suficiente como para retirarse y adquirir la finca Gatcombe Park, residencia de campo que hacia 1970 habría de ser comprada a su vez por la reina Isabel II, quien la destinó a sus mismos fines en beneficio de la princesa Ana y su marido (…). Volviendo a los salarios, en otro de sus pasajes muy citados, afirma que son “el precio necesario para permitir a los trabajadores subsistir y perpetuar su raza, sin aumento ni disminución”. Esta idea, como la Ley de Hierro de los Salarios, entraría a la historia yendo mucho más allá de la teoría económica propiamente dicha; según ella quienes trabajan tenían la pobreza como destino y no debían ser redimidos por la compasión del Estado, ni de los empleadores, ni tampoco por la organización sindical, ni por su propia iniciativa (…). La Ley de Hierro era el precio natural del trabajo, o como se diría ahora, el precio de equilibrio de la mano de obra, es decir, el nivel al que, permaneciendo igual todo lo demás, tenderían los salarios (…). Y de esa Ley dominante provendría su convicción de la pobreza inevitable de quienes viven bajo el capitalismo, y de futilidad y error de cualquier acción correctiva, que no titubeó en condenar expresamente: “Como todos los demás contratos, los salarios deben quedar liberados a la justa y libre competencia del mercado, y nunca deberían someterse a la interferencia de la legislatura” (…) (Galbraith: 2003:92-94). 

En esta cita hay líneas centrales de Ley de Hierro de Salarios que conviene resaltar para colocarlas ante situación de existencia de empobrecidos salarios de trabajadores/as en Venezuela y discusión surgida en torno a ella. 

1.¿Si en la actividad económica capitalista no hay producción de riqueza trabajadores/as tendrían la pobreza como destino, y no debían ser redimidos por compasión del Estado, ni  empleadores, ni tampoco por organización sindical, ni por su propia iniciativa? ¿Qué alternativa queda entonces a trabajadores/as si tienen al frente “parásitos expoliadores”.  

2. ¿Si cómo afirma Ricardo, los salarios son contrato como todos los demás, y siendo la sociedad venezolana capitalista en que productores capitalistas privados internos y externos de riqueza orientan su actividad económica basada en denominada competencia del mercado (donde reina especulación, explotación y expoliación desenfrenada) quién garantiza la distribución de riqueza obtenida? ¿Aun en esta situación salarios deben quedar liberados a dicha competencia y nunca podrán ser redimidos por interferencia de legislatura (AN)? 

Son preguntas pertinentes en el contexto del capitalismo salvaje que existe en Venezuela, puesto que salario/fuerza trabajo y capital no es una relación meramente económica sino que responde a lo que Marx denominó relaciones sociales de producción determinadas por propiedad privada de  medios de producción, interés capitalista (plusvalía) y relaciones políticas y sociales de poder (en Venezuela sería Estado, sector privado y poder popular si éste logra establecerse plenamente). 

Ante existencia de capitalistas privados internos de Venezuela y empresas trasnacionales externas vale preguntar: ¿A quién responderán más inversores: a leyes del mercado para generar riqueza y beneficios o bien al contexto político-institucional que Hugo Chávez denominó socialismo del siglo XXI? A menos que la vía sea desmontar bases fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999); aspiración no lejana al interés de determinados factores del poder; cuestión que será el tiempo que lo determine y depende exclusivamente de voluntad del pueblo venezolano. 

Esta reflexión e interrogantes surgen debido a la actitud del diputado Jesús Farías, quien asume la vocería de aquellos que prefiguran alternativa distinta y contradictoria al proceso revolucionario trazado por comandante Hugo Chávez F. Actitud basada en descalificar y dirigir ataques insólitos a quienes exponen y formulan propuestas distintas a las suyas, gobierno y BCV, llena de arrogancia y ausencia para debate donde predomine respecto, solidez teórica, ideológica, programática; y condición humana. De no ser corregida esta postura y definir política que ataque a fondo la problemática planteada el título del capítulo de Galbraith citado podría ser preludio para estar sembrando “semillas de revuelta”. Sobre esta actitud de Farías están artículos en aporrea y la iguana TV (ver Andrés Giussepe, Pascualina Curcio, Eligio Damas y Juan Carlos Valdez, entre otros). 

¿Las semillas de revuelta serán por restaurar sigilosamente el neoliberalismo en Venezuela? 

PD: El día viernes 14 de abril a las 6 de la tarde terminé de escribir este artículo para enviarlo a aporrea, pero a las 8 de la noche se me ocurrió leer de nuevo la iguana TV., y me encuentro con la entrevista reproducida hecha al diputado Jesús Farías en el Programa de Entrevistas Las Reglas de Juego. Luego de haberla leído y oído para no hacerles cambios al artículo escrito se me ocurrió hacer esta posdata con el fin de decir lo siguiente. 

Por el amor y pasión que el presidente Hugo Chávez manifestó a Venezuela y su pueblo; por el amor y pasión que siempre manifestó a trabajadores/as y clase obrera de cuya actitud es producto la Ley Orgánica del Trabajo (2012) que él mismo ayudó a redactar en medio de su enfermedad y antes de viajar a Cuba para su tratamiento firmó y proclamó el 30 de abril de 2012 esta gloriosa Ley; por el respeto que merece el legado de Chávez y familia; por el respeto que merece Diosdado Cabello que en Programa Con el Mazo Dando se esfuerza admirablemente en mantener en carne e historia viva obra y trayectoria del comandante Hugo Chávez; por respeto que merece presidente Maduro; por el respeto que merece el pueblo chavista considero que la actitud y opiniones dadas en todo este tiempo por diputado Jesús Farías ante la problemática salarial en Venezuela debe ser objeto de análisis por quienes detentan el poder en Venezuela. Sostengo esta posición por cuanto más allá de que él tenga derecho a discrepar sobre algo que no cree o no esté de acuerdo la actitud e ideas con las que confronta debe ser con respecto humano y rigor intelectual (más si enfrenta a personas identificadas con la revolución bolivariana-chavista), y no lo hace con estas virtudes sino con soberbia, prepotencia, chabacanería y tono burlesco. Lo afirmo por cuantos debates sobre esta problemática con persona que asume este carácter no tiene sentido; al menos se quiera caer en diatriba. Gran daño hace a revolución bolivariana chavista, clase obrera y pueblo venezolano por cuanto la desnaturaliza y hace perder su vocación histórica: no es posible que ataque personas que analizan y proponen alternativas ante este problema salarial en el marco de concepción de clase obrera plasmada en Ley Orgánica del Trabajo (2012) y que no solo Farías sino otros diputados lancen loas al sector privado, diciendo que hay que recibirlos “en alfombra roja” y en otros tiempos considerando a “la burguesía interna como parasitaria”. Si se lee bien la cita que en este artículo se hace de Galbraith sobre Ley de Hierro de Salarios y fundamentos de David Ricardo se percibe cuanta similitud hay expresiones de Farías con economista inglés de llamada economía clásica (capitalista). ¡Se dice que el pez muere por la boca ¡ 

El autor es Sociólogo (UCV). Profesor Titular activo de la Universidad de Los Andes. Dr., en Ciencias Humanas (ULA).  



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Amado Moreno Pérez

Sociólogo (UCV). Profesor Titular activo de la Universidad de Los Andes. Dr. En Ciencias Humanas.

 amadoula@hotmail.com

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