Banco Bicentenario y Movilnet en tiempos de pandemia

"Tiene que haber más eficiencia y menos burocratismo. Ha habido falta de seguimiento de los proyectos. Tengo que inyectar más voluntad a quienes me acompañan en el trabajo"

Hugo Chávez, 30/09/2012

A raíz de la pandemia y del encierro involuntario que esto significa, nos hemos visto en la necesidad de estar más tiempo en nuestros hogares compartiendo con la familia y hemos detectado lo grandemente dependiente que somos de los servicios públicos. Ahora requerimos más agua potable, más energía eléctrica, mas gas, mas internet, teléfono y más banca online.

Pero estamos viendo y viviendo que el agua no llega de forma continua a todos los hogares del país, ni en calidad ni en un volumen suficiente. Los cortes eléctricos son cada vez más prolongados y frecuentes. El gas cada vez está más difícil y ni hablar de la gasolina, pareciera que nuestro gobierno está abandonando una de sus obligaciones fundamentales como es el de garantizar servicios públicos de calidad,

Esto ha traído como consecuencia una privatización solapada de los servicios públicos. En virtud de que las comunidades tengan que emigrar a resolver sus problemas de manera aislada ya que deben de resolver comprando cisternas de agua dolarizados, o comprando bombas eléctricas, adquiriendo las bombonas de gas a unos precios más que especulativos o estableciendo contratos leoninos con empresas de internet y de telefonía.

En los casos específicos de Movilnet y del Banco Bicentenario rayan en los límites de la deficiencia, en el caso de Movilnet ofrecen un servicio por medio de un canal de atención que te aseguran estar atendiendo la falla, aunque sea tan simple como la solicitud de saldo, y nunca jamás le dan respuesta.

El Banco bicentenario es el banco que tiene más cuentas de adultos mayores en el país, pero también es el banco que mayor demanda de tarjetas de débito y de reclamos tiene en el país, y que no resuelven, al menos vía online, ya que ofrecen servicios por internet, wasap, twitter e instagram pero que nunca atienden. Por lo que nos hace la vida más difícil a los adultos mayores.

En el caso de Movilnet la cosa es hasta más grave, ya que en Maracay existe una sola oficina comercial en Las Americas, la cual permanece cerrada por la pandemia en la puerta hay unos avisos donde remiten a las personas a una dirección en wasap de atención al cliente al que usted se comunica y le devuelven un mensaje con : "Su caso está siendo atendido por el área correspondiente, una vez contemos con una respuesta, se la indicaremos por esta vía" Pues pareciera que no tienen como dar respuesta a la consulta más simple ya que nunca dan respuesta.

Para que nuestro país sea medianamente prospero la mayoría de su población debe tener acceso a los servicios públicos, Uno de los mayores éxitos de la revolución, en época de Chávez, fue que la inmensa mayoría tenía acceso al agua, a la electricidad, a las telecomunicaciones, a la banca, a la educación. Había un enorme sentido social. Pero ahora no, el que tiene dólares resuelve su problema, pero el que no los tiene que se olvide de los servicios básicos. Lo que ocurre es que eso le resuelve el problema a una minoría, pero eso no tiene ningún sentido como país, porque eso significa que el grueso de la población vive como en los años 30, con muchísimas calamidades.

El no contar con unos servicios públicos eficientes se traduce en desesperanza, en descontento con el proceso revolucionario, y en este caso tanto el Banco Bicentenario como Movilnet, no le dan respuesta al pueblo, lo que automáticamente se le acuña como deficiencia del proceso Revolucionario, y hasta tiene lógica, ya que sabemos que el presidente no es el presidente del banco Bicentenario ni de Movilnet, pero el equipo de ambas instituciones fue designado por el gobierno que preside nuestro Presidente obrero y de una u otra manera nuestro presidente es corresponsable de las deficiencias en estos servicios.

El presidente obrero está haciendo un maratónico trabajo en tiempos de pandemia, en pro de garantizarle la vida al pueblo, pero los presidentes de muchas instituciones gubernamentales están "tirándole la burra pal monte" como decimos en el argot popular. Y si no corregimos los entuertos nos puede costar muy caro en los tiempos políticos que se avecinan.

Hasta cuando tanta deficiencia y desidia en las instituciones del estado?

Salud camaradas, venceremos

 

miguelrebolledo2003@gmail.com



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