La incertidumbre de los CLAP

Los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) implementados por el Gobierno nacional el tres de abril del año 2016, surgieron según palabras del propio Presidente Maduro, para contrarrestar la "guerra económica, el bachaquerismo y el bloqueo imperial", consabidos como un programa social y con la promesa, según la cual, las "cajitas de alimentos" subsidiadas por la Revolución llegarían mensualmente a las puertas de seis millones de venezolanos amparados con el Carnet de la Patria.

Es bien conocido el refrán popular que dice: "todo lo que empieza mal terminal mal". Precisamente, este es el caso de los CLAP. O, mejor dicho, la confitera de lentejas que nos llega dos veces al año, y donde el Gobierno hace alarde propagandístico de un programa de alimentación que, prácticamente se encuentra desaparecido de los hogares más necesitados del país, es decir, este programa murió al nacer.

Como otra gran noticia del Presidente Nicolás Maduro cuando anunció el pasado nueve de mayo que los CLAP serían distribuidos por la Milicia Bolivariana, con su respectivo ¡aprobado…Cúmplase! como respuesta a las reiteradas denuncias sobre hechos de corrupción cometidos por representantes de este organismo en diferentes regiones del país. Recordemos que el ex-contralor general de la República, Manuel Galindo, censurado y expulsado del ala oficialista por sus reiteradas denuncias de corrupción en todos los niveles de la Revolución, planteó valientemente combatir el desvío de las cajas CLAP, mientras que el populacho paga los platos que otros rompen.

De ser cierto que el Gobierno nacional invierte grandes sumas de dinero para importar esas cajuelas de alimentos, con las que se benefician unos pocos vivos y crearles una traumática incertidumbre a millones de venezolanos, lo más lógico sería que pase la página de los CLAP como lo hizo también con las Bases de Misiones, que ya nadie se acuerda de ese programa social creado supuestamente para reducir al máximo la pobreza extrema del país, pero que nadie sabe a las arcas de qué vivaracho fueron a parar esos millonarios recursos, mientras que el pueblo se sigue muriendo de hambre y de mengua en los hospitales por falta de insumos y medicamentos.

Públicamente renunciemos a lo irrenunciable, a lo que no existe y a lo que tanta incertidumbre ha causado a más de seis millones de venezolanos, como es la falacia de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), y valientemente sigamos denunciando tantas irregularidades y delitos cometidos por "rojitos" desde sus diferentes instancias de poder en perjuicio de los más débiles e indefensos de la Patria de Bolívar.



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Roger Sarmiento


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