Desesperanza y pobreza recurrente como una crisis generacional en la Venezuela víctima

Miles de comentarios, en cualquiera de los espacios del país se escuchan en contra del gobierno, de la revolución y contra el chavismo que se extingue, está en proceso de desgaste, bien por la debilidad de un gobierno que ha abandonado la estrategia económica, ha olvidado que este territorio posee una idiosincrasia muy específica frente a otros países de la región, por el abandono de sus áreas estratégica que representa la seguridad del Estado que atenta contra su soberanía y que permite el aumento de la crisis generacional que está inoculado en nuestros genes producto de la ruptura estructural producida por la transición de un país ruralizado a un país con traumas urbanos producidos por la nueva era petrolera que fue construyendo un nuevo sujeto complaciente con la razón colonial con un tipo de gestión estatal bajo el control imperialista. Venezuela ha sido el gran negocio de las estrategias multinacional.

Venimos arrastrando una crisis generacional por la continuidad de los suficientes controles culturales y el destino del progreso social que ha sido implantado por la "soberanía imperial" para mantener el proceso civilizatorio de la nueva economía petrolera. Una crisis en términos graves que también es consecuencia del impacto que ha generado el mito del progreso en persistencia de Estado Mágico que vinculaba a nuestra "soberanía petrolera" en un estado de naturaleza para el progreso, el dinero y la modernidad, del "retraso a un desarrollo espectacular" tal como lo indicaba José Ignacio Cabrujas y el gran milagro del progreso. Para los unos, dueños del Valle y para los otros, los dueños de los cordones de miseria o mejor dicho, aplicando el lenguaje de la época mía, la de los años 70 del siglo pasado, que en algunos rasgos no ha pasado, son los "malandros"i los dueños de la miseria como factor de reacción de la violencia en Venezuela.

Con el ascenso de Hugo Chávez al poder el nuevo escenario sociopolítico genera una nueva estructura en su lenguaje, pero con la persistencia del discurso petrolero para un nuevo actor histórico que participa en la organización para una nueva política de Estado que trasciende hacia las capas de desesperanzaii.

Chávez rompe con el esquema del Destino Generalizado de Progresoiii implantado como un hecho histórico y un plan anglosajón surgida de las elites más poderosas del planeta pero con la persistencia de un patrón petrolero e ideológico de dominación a pesar de las bases participativas para romper con el esquema neoliberal En si las misiones participativas, la apertura hacia un nuevo modelo de economía, no logra ni lograra cuajar, por la falta de seguimiento y control administrativo.

Se sigue profundizando el proceso globalizador de la economía, creando sus propias leyes económicas a través de la figura del Mercado. Imponiendo una Agenda al hombre, a la familia, a la sociedad y dentro de esa Agenda está el contenido de desmovilización colectiva que no es otra cosa que la no participación para la verdadera transformación del individuo y de su espacio. Tal hecho participativo no existe, solo la participación en las marchas como un plan de solidaridad al gobierno que solo es legitimado a través de los Bonos como medios populistas.

Es muy lamentable expresar que el chavismo poco a poco quedará para el mito folclórico, para el estudio antropológico del saber del pueblo, pero también quiero expresar que el rumbo que lleva la política madurista ya no está representando el consenso con un pueblo que se volcó hacia un cambio en 1992 porque el "por ahora" del comandante ya no está representando el sentir de la nueva Venezuela de este fin de década.

El discurso petrolero, el mito de la palabra simbólica de Chávez, de la épica bolivariana como narrativa para reconfigurar el imaginario del pueblo, la palabra constitucional de participación protagónica que busca identificar al país revolucionario rumbo al poder socialista como un modelo alternativo de emergencia histórica se está diluyendo.

Estos elementos que conforman las bases del Estado diferente de carácter antimperialista están acelerándose para su extinción. Si no se toman los correctivos políticos y económicos necesarios para contrarrestar las corrientes intervencionistas del imperio gringo, entonces debemos de estar preparado para lo que pueda ser peor.

La pobreza viene en ascenso, el enemigo está más convencido de nuestros recursos, somos un país por excelencia, productor de petróleo y poseemos los más variados materiales naturales para sobrevivir ante cualquier emergencia pero con poca capacidad y oportunidad para manejarlo y para la sobrevivencia.

Todos estos principios mencionados constituyen las cuantificaciones fundamentales para atribuirle al país la esperanza de vida y capacidad de sobrevivencia ante cualquier ataque. No hemos sido formados para repeler los ataques de nuestros enemigos que se han fabricado solo para apoderarse de lo que poseemos en nuestro suelo y subsuelo.

Las cifras sobre la pobreza en tiempos de Chávez habían disminuido como algo momentáneo sin mirar las consecuencias futuras. El proyecto organizativo llevado a cabo durante el periodo 2006-2009 con los recursos del petróleo adquirieron un resultado altamente significativo sin predecir el futuro económico que nos esperaba con efectos tan desbastadores que no lograron forjar el país a un verdadero Estado comunal, sin iniciativa organizativa porque el petróleo, como recurso efímero en el Plan Siembra Petrolera, solo prendió la mecha de la corrupción y constituyo un verdadero obstáculo para sentar las bases hacia un país cuyo plan era la construcción de un socialismo diferente, es decir, un socialismo criollo.

El proyecto político popular de esta "revolución del desgaste" a través del Petro- Estado, constituyó una víctima del modelo rentista petrolero. Este modelo persistente es una gríngola para que el país no pueda avanzar hacia otras áreas de producción. Fernando Coronil Imber, en su libro "El Estado Mágico", muy bien lo había considerado, que los efectos del país petrolero, por excelencia a través del modelo rentista petrolero constituía un modelo fragmentador como también lo expreso Rodolfo Quintero en su libro Antropología del Petróleo, cuando hace referencia en el nuevo modelo impuesto por la explotación petrolera, generando así, una nueva cultura. De las alpargatas al calzado de patente, de sombrero de pelo e’ guama a la gorra del béisbol importado, del chimó a la goma de mascar del chiclets Adams. Esa cultura del petróleo, empobrecedor, alienante, fragmentador, anti-colectivista, homogeneizador, "…es un patrón de vida con estructura y recursos de defensa propios, de modalidades y efectos sociales y psicológicos que deterioran la cultura criolla"iv.

Los efectos de la cultura del petróleo han sido tan poderosos que aun perseveran en nuestro imaginario cultural que se han venido transmitiendo por generaciones y han constituido un obstáculo para avanzar al proyecto realmente nacionalista con valores propios y que debilita nuestra identidad donde la incapacidad individual y colectiva se desarrolla con mayor profundidad.

En este sentido, la misma incapacidad, que por convencimiento propio de un individuo, piensa que es por su misma naturaleza o estado natural, contribuye a desarrollar una desesperanza aprendida. Por estas razones, me he visto obligado a revisar el trabajo de la profesora Maritza Monterov en su libro "Ideología, Alienación e Identidad Nacional", donde afirma que "…la desesperanza es el estado psicológico que frecuentemente resulta cuando los acontecimientos son incontrolables".

Es una variante que obstaculiza el sentido de orientación grupal y conduce más y más al carácter individual sin posibilidades integradoras. Es por ese motivo que el rentismo petrolero, como modelo económico, nos conduce a patrones de vida homogénea, desprendido del mismo modelo, la cultura petrolera que es un fenómeno desintegrador de las comunidades.

El gobierno actual, conjuntamente con el sistema educativo, no emprendió la larga marcha hacia el carácter integrador del hombre, si hubiese tenido la real voluntad e interés de acabar con el flagelo de la cultura rentista, a través de un buen sistema de valores, a través de la educación, desde la preparatoria hasta el tercer nivel, quizás en un futuro de tres generaciones hubiésemos tenido el verdadero hombre revolucionario, el hombre nuevo del que proponía el "Che" Guevara, al individuo con un pensamiento público y no privado del que tanto nos inculco el viejo sistema, un individuo con capacidad de gobernar y no a ser gobernado o el hombre colectivo para un país auténticamente colectivo. He aquí nuestro fracaso, solo que aún estamos dominado por la razón colonial.

Como conclusión, aquí de lo que se trata es de cercar los elementos Creativos y Alternativos del sujeto para mantenerlo aprisionado. Ese es el orden del sistema actual, además, dentro del sistema global, somos productores de ganancias de las grandes multinacionales.

i O acaso es un término de la Sociología burguesa, al servicio de la empresa neocolonial

ii Los portadores de la crisis generacional

iii Mantienen la concepción ontológica de que los pueblos de los países a lo que la Economía y Sociología burguesa denominaban Tercer Mundo, de que estos pueblos son incapaz de gobernarse, solo bajo una representación de la elite como gobierno.

iv Rodolfo Quintero; "Antropología del Petróleo". Ediciones del BCV, p-p: 45

v Maritza Montero; "Ideología, Alienación e Identidad Nacional". Edición de la UCV, Caracas, 1987, en su segunda edición. P-p: 37

 



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Edgar Martínez Castillo

Dr. en Ciencias Políticas


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