El aumento en todas las tablas salariales no se cumple en el Seniat

El sol del mediodía es una pelota de fuego que sigue subiendo la temperatura en la isla de Margarita. El periodista andaba por Porlamar haciendo ciertas diligencias y buscando que la fresca brisa de la plaza Bolívar, lo abanicara ubicó un banco bajo un frondoso árbol y tomó asiento. En eso estaba cuando llegó su amigo, el señor Pablo, jubilado del Seniat, y a quien se le notaba que el tiempo y el uso le habían descolorizado su ropa y sus calzados. Su mirada triste y las arrugas más que líneas de expresión, eran preocupaciones y angustias.

Una vez que se saludaron, el periodista entró a preguntarle.

- El Presidente aumentó el salario mínimo, ¿cómo quedaron ustedes los jubilados del Seniat?

- ¡Ay amigo¡, como siempre, ganando todos sueldo mínimo, independientemente de tus años de servicio, de tu experiencia y de grado de instrucción.

- Pero eso es injusto, pues el Presidente, cada vez que aumenta el sueldo mínimo dice que se ajusten las tablas salariales, es más lo dijo el Ministro del Trabajo Eduardo Piñate (https://www.aporrea.org/economia/n337106.html) y hasta el mismo Aristóbulo, afirmó que el aumento en las tablas salariales incluyen a obreros, a empleados y jubilados del ministerio que él conduce. Y ¿Por qué a ustedes no?

El Sr. Pablo, a quien, a lo mejor, la nieve del sufrimiento, le ha teñido el pelo de blanco, respondió apesumbrado: ¡Ay amigo, eso es lo que nos preguntamos todos y no sabemos porqué, pues ahí el máximo directivo del Seniat, de cuyo nombre no quiero acordarme, no tiene piedad con los que ayer hicimos y le dimos prestigio a la institución, ahí dejamos los mejores años de nuestra vida, nuestro esfuerzo y profesionalismo-

- ¿Ustedes han tratado de hablar con el Superintendente o le han enviado oficios para tratar tan irregular situación?

- Claro, amigo, el Gremio de Jubilados así lo ha hecho, pero el susodicho no los atiende ni responde nuestras solicitudes ni públicamente ni mucho menos por escrito.

- Pero eso incumple el artículo 51 de la Constitución de la República Bolivariana y por tanto amerita sanciones.

- Ja ja ja, el Sr. Pablo se ríe y apunta: "Tienes toda la razón, pero ahí quién le pone el cascabel al gato, dijo esto y señaló que seguía su camino para visitar a un compañero jubilado que estaba enfermo, que no tenía para comprar alimentos de su dieta y mucho las medicinas.

El periodista observó el caminar lerdo y como perdonando el tiempo del Sr. Pablo y reflexionó: ¿Será que las autoridades de hoy en día, llámense del Seniat u otras instituciones no piensan llegar a viejos?



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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