Nuevo Paradigma del Desarrollo Empresarial, el Estado y la Revolución socialista Bolivariana (III)

Para la realización de los retos económicos, el de la socialización de la organización y el trabajo se exige derribar el Estado burgués para realizar la personalidad del individuo, revolucionar las condiciones materiales de vida, crear las condiciones en que pueda surgir las condiciones en que puedan desarrollar los hombres, satisfacer las necesidades personales, dignificar tanto el trabajo como sus condiciones de vida, armonizar el ser con su esencia social en la practica por medio de una revolución (Marx en Séve, p. 83), ella debe acabar con esas relaciones irracionales de explotación social del trabajo, donde los seres humanos son considerados "bestia de carga", sin aspiraciones, deseos, pasiones, riqueza intelectual, talento alguno.

El derribamiento del Estado comienza por cuestionar esa burocracia, suprimirla, y ello solo es posible sin el interés general se convierte en interés particular (Marx, en Séve., p.86) de cada uno, el individuo aislado de la sociedad burguesa pasa por los cambios estructurales que demanda el desarrollo de la producción y el valor de cambio global, alcanza el mayor desarrollo que exige el desarrollo científico técnico en las empresas por eso cambia la visión del trabajo alienada, la fuerza de trabajo deja de ser cosa, un instrumento, es ante todo, fuerza viva, "el fundamento esencial de la producción y la riqueza" de la sociedad. (Marx en Séve, p. 96).

La riqueza en el nuevo paradigma empresarial de desarrollo debe ser pensada no término de acumulación de bienes y dinero, de esa sed instintiva de acumulación de bienes particulares como ropa, joyas, mujeres, vino, automóviles, celulares, tabletas, etc., atribuyéndole a cada objeto fuente de ambición personal, cualidades fantásticas individualizadas que se erigen por encima del hombre generando una crisis existencial alienante de la riqueza universal; la riqueza debe ser pensada en término de riqueza universal, en la nueva visión de la empresa social ella es despojada de su forma mezquina, miserable y antagónica, en potencia para generar el desarrollo del cerebro humano a despecho de la producción para el valor de cambio (Marx en Séve, p. 98).

El nuevo desarrollo ve la empresa como una organización para el desarrollo de las individualidades libremente, el desarrollo de la universalidad de sus necesidades, capacidades, satisfacciones, fuerzas productivas, etc., de los individuos, una universalidad que se producirá en el intercambio universal. Será el dominio pleno del hombre sobre las fuerzas naturales, sobre la naturaleza propiamente dicha tanto como su naturaleza humana. Sera el total florecimiento de sus capacidades creadoras,…en otras palabras, el desarrollo de todas las fuerzas humanas en calidad de tales, sin que sea medidas con un patrón preestablecido" (Marx., en Séve., p. 98). En resume la riqueza del individuo no se mide por la cantidad de bienes acumulados de acuerdo a la riqueza y miseria de la economía clásica y neoclásica, sino que el hombre rico de acuerdo con Marx "es aquel que tiene una necesidad de una totalidad de manifestación vital humana" (Marx., en Séve, p. 99).

Al mirar la empresa capitalista se puede detectar que ella no termina en un primer momento, con las relaciones de dependencia personal, la productividad humana se desarrolla lentamente, la independencia personal está condicionada, fundada en la dependencia respecto de la cosa, en un segundo momento, cambia su metabolismo, exige relaciones universales, diversidad y capacidades universales, la tercera etapa corresponde hoy desde el punto de vista de las transformaciones estructurales, a la libre individualidad basada en el desarrollo humano universal de los hombres y el dominio de la productividad social y colectiva, asi como sus capacidades sociales. La segunda crea las condiciones de la tercera. (Marx, en Séve, p. 100).

La nueva sociedad, el socialismo exige a las empresas, despojarse de viejos paradigmas, de las relaciones subordinadas, de las relaciones monetarias mercantiles, del valor de cambio, de la acumulaciones de riqueza particulares, del desarrollo del individuo a expensa de otros, de la idealización del hombre burgués como sujeto universal, como sujeto útil del capital, pasa a otro paradigma basado en el intercambio real entre los hombres, de la producción de medios de subsistencia a nuevas necesidades como hecho histórico a causa de una nueva estructura social determinada por "un nuevo modo de producción e intercambio determinado factico" (Marx, en Séve, p. 107) que aseguren la satisfacción de necesidades fácticas, las que resulten de la existencia social de los individuos, y de las que no se deriven de su simple existencia de objeto natural" (Ibídem).

Para la nueva economía política de la empresa, "la desesperante pobreza sobre la que se ha levantado la riqueza burguesa" (Ibídem), basada en la superioridad de un individuo en calidad de tal sobre otro, fase histórica en la cual predomina la avaricia y el afán de enriquecerse, cambia su relación social, orientándose a crear condiciones fácticas, a crear una segunda naturaleza plena, basada en la solidaridad humana para modificar la naturaleza humana, modificándola de tal modo de hacerle adquirir aptitud, precisión y celeridad en un género de trabajo determinado, una educación que, a su vez esté apoyada en todo el proceso social anterior. (Ibídem)

El capitalismo debe renunciar al carácter radicalmente inhumano, "a la agresión al individuo en la raíz misma de su vida", (Marx, en Séve, p. 108), "a esa sed de vampiro por la sangre viva del trabajo, al desperdicio del desarrollo de los individuos particulares, etc.", (Ibídem), el sistema capitalista mundial, debe renunciar a que se usen todos los métodos para multiplicar las potencias del trabajo colectivo sean ejecutadas a expensa del trabajador individual; todos los medios destinados a impulsar la producción se transformen en medio para dominar y explotar al productor; hacen de este hombre trunco, fragmentario, o apéndice de una máquina; le oponen, como otras tantas fuerzas hostiles, las fuerzas especificas de la producción; sustituye en el trabajo atrayente por el forzado; vuelven cada vez mas anormales las condiciones en que se llevan a cabo y someten al obrero, durante su servicio, a un despotismo tan ilimitado como mezquino; transforman su vida entera en el tiempo de trabajo y arrojan a su mujer y sus hijos bajo las ruedas de la molicie capitalista" (Ibídem).

Concluimos con Carbonell y Sala diciendo que en esta etapa de la prehistoria humana, de la lucha de clases, en el capitalismo "los homínidos en proceso de humanización, es decir los humanos actuales, únicamente hemos reforzado esos rasgos etológicos (lucha por la subsistencia animal, la nota es mía) y los hemos disfrazados al revestirlos con una mascara cultural. De esta manera hemos justificado un comportamiento atávico creando la falacia de un concepto de humanidad (civilización capitalísta, la nota es mía) que nos quiere diferenciar del resto de los animales (pueblos atrasados y barbaros, (Carbonell y Sala, p. 87)

La salida de la organización capitalista, de ubicarnos en esa prehistoria humana pasa de "la mano de la socialización de la técnica, --al respecto Carbonell y Sala afirman--, debemos revisar algunas creencias con la finalidad de que los comportamientos humanos vayan librándose del lastre de siglos de evolución biológica y diferenciación cultural. Lejos de lo que se desprende de nuestra historia cultural y moral, la eliminación de fronteras y de jerarquías debe ser nuestra estrategia de ahora en adelante para llevar a cabo una humanización más rápida del planeta Tierra" Carbonell y Sala, p.87). Eliminación de la propiedad privada, las jerarquías sociales y económicas y la socialización del conocimiento y la técnica es la estrategia para crear una nueva organización humana, tal es el nuevo paradigma.

Fuente:

Seves, Lucien (1975), Marxismo y teoría de la personalidad. Amorrourtu editores, Buenos Aires, Argentina.

Carbonell E. y Sala R. (2003) "Aún no somos humanos. Propuestas para la humanización en el tercer Milenio. Ediciones Península, Barcelona, España.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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