José Guerra y sus pronósticos económicos mediáticos

Desde hace tiempo atrás hemos venido viendo a través de Globovisión, y no podía ser en otro canal, al flamante diputado de la Asamblea Nacional (AN), José Guerra, abordando temas relacionados con la crisis económica que afecta al país, más que para presentar propuestas o soluciones a la misma, lo hace solo para endosarle la culpa de todo lo que ocurre en esta materia al gobierno, sin que aborde, desde luego, la responsabilidad que pudiera tener, como de hecho la tiene, la misma oposición, a la cual no desea tocar ni con el "pétalo de una rosa".

Guerra ya nos tiene acostumbrado a un verbo encendido y mediático. Se retuerce y se desespera ante los micrófonos del afamado canal de noticias pretendiendo imponer su tesis de suman cum laude como economista.

De hecho este diputado de la oposición nunca ha dejado de soñar con dirigir, y así lo hemos percibido, los destinos del Banco Central de Venezuela (BCV), pero ante tantas derrotas que ha sufrido la oposición, su sueño se ha visto frustrado a todo lo largo del proceso revolucionario.

En este nueva entrega, aclaramos, no pretendemos ni remotamente exponer al escarnio público al diputado Guerra, pero si nos ha motivado a escribir estas líneas debido a lo que afirmó en su última intervención en la TV.

Nuestro protagonista afirma que él, como tal, no tiene ninguna culpa de la crisis económica que afecta al país, pues solo se dedica a estudiar y a realizar las observaciones que hace producto de los resultados que arrojan los números o las estadísticas en esta materia.

Lo poco que se la ha podido entender a Guerra, en esa "periquera" permanente que mantiene cada vez que lo entrevistan, es aquella tesis que desea aplicar de manera soterrada y que en nada se diferencia al afamado "paquetazo" que impuso en la cuarta república el presidente Carlos Andrés Pérez, o al similar proyecto económico que pretendió vender también al país Henrique Capriles, cuando aspiró a la presidencia de la República.

Guerra, en este sentido, inclina su propuesta económica a los intereses del imperio y al mismo tiempo al de las empresas transnacionales y a las políticas perversas que tendría que acatar la nación si sucumbimos nuevamente ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) o ante el mismo Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aunado a los requerimientos desventajosos también de la Comunidad Económica Europea (CEE).

Guerra, como el país conoce, viene de resultar electo diputado a la AN con el mismo CNE que tanto cuestiona, representando desde luego a la oposición. Cómo entender entonces que no tiene culpa del desastre económico en que ha caído el país, si ha sido precisamente la oposición, en una actitud traidora y antipatriota, quien ha llamado continuamente a que se nos impongan sanciones de todo tipo desde el imperio, como de hecho se vienen aplicando.

A Guerra, sin duda, lo pudiéramos llamar "Cara e tabla", por cuanto actúa como el indio, que tira la piedra y esconde la mano.

Con qué desvergüenza este diputado opositor afirma que nada tiene que ver con la crisis. Cómo pretende que los venezolanos olvidemos que todo el tiempo ha apoyado los llamados de Julio Borges, los requerimientos de Antonio Ledezma y los propios exhortos de María Corina Machado para que el imperio no baje la guardia, y por el contrario arrecie sus arteros ataques en contra de la República.

Pero Guerra también deja entrever, procurando engañar a los incautos, que eso de llamar o apoyar a que los empresarios foráneos no inviertan en Venezuela no es motivo suficiente para que se altere la economía del país, ni crezca la inflación.

Pero para ir más allá, hemos notado que Guerra no solo exhorta a que las empresas bajen la "santamaría" o se vayan del país, sino que procura igualmente que alrededor de Venezuela se promueva un cerco perverso alentado por las demás naciones del Continente, tal como opera el "Grupo de Lima", y exhorta Colombia, que plantea que se rompan las relaciones con el actual gobierno, como continuamente lo exigen los ultra derechistas que operan desde la AN. Así pues que todo esto, tampoco debería afectar el aparato económico de la nación, según estima Guerra.

Si una cosa clara espera el país desde hace tiempo de la oposición es que está llamada a contribuir a que el pueblo viva bien y que Venezuela salga de la crisis, que sus representantes aborten de una vez por todas la diatriba estéril y presenten, por el contrario, proyectos viables o soluciones para que la nación poco a poco vaya recuperando su economía y su norte.

Guerra, en definitiva, y con ello cerramos este capítulo, debería más bien exhortar desde su curul a que la actual directiva de la AN saque a ese organismo del desacato en que se encuentra, para que sus "honorables" diputados se dediquen de una vez por todas a legislar, insistimos, en favor del pueblo, pero sobre todo en procura de las clases más vulnerables del país, en vez de alimentar la desesperanza, el reconcomio, la división, el odio y el fracaso del gobierno.



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Italo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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