Economía 101 para Venezuela

Al cumplirse casi 100 días de la puesta en funcionamiento del Programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica, anunciado y "puesto en marcha" por el gobierno nacional encabezado por Nicolás Maduro, como la solución milagrosa a nuestra crisis económica, resulta fundamental hacer referencia al concepto de Economía que según el Diccionario de la Real Academia Española, la economía se define desde tres punto de vista:

1. Administración eficaz y razonable de los bienes.

2. Conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una colectividad o un individuo.

3. Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos.

Así mismo el economista inglés Alfred Marshall (1842-1924), "la economía es la ciencia que examina la parte de la actividad individual y social especialmente consagrada a alcanzar y a utilizar las condiciones materiales del bienestar".

Podemos entonces comentar que un plan de esta naturaleza, debe ir dirigido a potenciar la actividad económica individual y la satisfacción de sus necesidades, para crear un ambiente de bienestar colectivo recordando la máxima de Adam Smith, padre de la economía moderna, en el pasaje más citado de La riqueza de las Naciones, escribe: "No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero que esperamos nuestra cena, sino de su relación con su propio interés. Nos dirigimos, no a su humanidad sino a su amor propio". Porque en definitiva, es el esfuerzo individual el que crea cambios en el colectivo y no al contrario, cosa que definitivamente el presidente y su equipo económico después de casi 6 años en el poder aun no entienden, atacar al privado no es la solución a la crisis, ya nuestros camaradas de la Republica Popular China se los explicaron al "Zar de la Economía Agropecuaria" Castro Soteldo, dejándolo en un ridículo de tal magnitud que Venezolana de Televisión tuvo que cortar la transmisión en vivo y directo.

En otro orden de ideas el programa buscaba atacar la inflación y sus efectos fueron devastadoramente contrarios, porque la creencia del señor presidente de que la riqueza se decreta, simplemente NO FUNCIONA. Intentaba supuestamente empoderar a los trabajadores y los empobreció con un aumento de sueldo que simplemente fue tragado por la subida vertiginosa de los precios y finalmente pretendía crear confianza en inversionistas, comerciantes y empresarios, pero 4 días después, con la brutal y represiva maquinaria omnipotente del Estado en todas sus divisiones ordenaba y promocionaba saqueos programados, en abastos, mercados, farmacias y todo tipo de comercios, publicitándolos como victorias de la revolución. Las consecuencias de estas medidas ya son por todos conocidas, no hay tal cosa como recuperación, crecimiento o prosperidad económica en las calles de Venezuela.

Lo más indignante de todo esto es que Nicolás Maduro anuncia cambios económicos para esta semana, los cuales seguramente vendrán acompañados de una cantidad de excusas para lavarse las manos del desastre que existe en gestión económica, programas con nombres rimbombantes y soluciones milagrosas que al final crearán más inflación, más escasez y mayor desconfianza.

No conforme con esta cantidad de malas noticias la deuda venezolana solamente en cartera vencida, al día de hoy, se ubica en 125 mil millones de dólares, sin incluir, la que aún no vence, los prestamos de Rusia y China, por no hablar de la deuda interna que nunca se pagó, todo esto estaría rondando el doble o triple de esa cantidad, pudiendo redondear en algo así como 400 mil millones de dólares. Para que usted, apreciado lector, tenga una idea, el presupuesto de Colombia fue de 80 mil millones de dólares, con el doble de la población venezolana. Es decir, debemos cinco años de vida de los colombianos con la mitad de los habitantes y un aparato productivo en ruinas y la confianza de cualquier tipo de inversión privada por el piso. En resumen, esta administración desperdicio cinco años de gestión económica y no hizo absolutamente nada.

Eso sí, todos los días vemos en televisión como empresarios y personeros del gobierno caen en distintas partes del mundo, presos y enjuiciados, incautándoseles fortunas de centenas de millones de dólares, dinero que probablemente no será repatriado, ni hoy ni nunca y que gozarán probablemente las naciones que los incautan, todas producto de narcotráfico, corruptela, tráfico de influencias y lavado de dinero, suyo, mío y nuestro.

Ante este espantoso cuadro se preguntarán ¿Qué hay que hacer? La respuesta es sencilla, el presidente y su equipo económico debe tomar las medidas económicas racionales que el país reclama, dejémonos de miedos y fantasmas, lo primero es bajar de esa nube al señor Ledezma, que sostiene y solicita sin autoridad alguna en nombre de 30 millones de venezolanos, auxilios financieros por entre 100 mil y 200 mil millones de dólares, que créanme no van a llegar a los que mueren de hambre en la calle y mengua en los hospitales. Resulta irresponsable seguir hipotecando el país en nombre de la libertad, actuando de la misma forma irresponsable que la administración actual, haciéndome recordar el viejo adagio de si actúas como el enemigo ERES el enemigo.

Se impone, exigir como pueblo a la administración actual la aplicación de los siguientes 10 puntos, emulando así el "Programa de recuperación, crecimiento y prosperidad económica". En primer lugar, hay que liberar los precios de todos los productos, es mentira que esto traerá más inflación, evidentemente el golpe inicial será duro, pero luego tenderá a la estabilización y promoverá la libre competencia como en cualquier parte del mundo, de todas formas, los precios suben todos los días y nunca se detienen, ni retroceden y cuando lo hacen a través de decretos estos paran y toman impulso para subidas mayores. En segundo lugar, eliminar la impresión de bolívares que no tienen respaldo, esto además debe venir acompañado de la eliminación de bonos y dadivas, que nos han hecho una población, floja y dependiente, los auxilios y ayudas directas deben ir destinadas a los niños en situación de calle o riesgo, los ancianos por concepto de salud y vida digna, no se puede seguir financiando la reproducción indiscriminada de seres humanos como un logro revolucionario, no más subsidios a estudiantes que no estudian y trabajadores que no trabajan. En tercer lugar, la liberación del cambio y conversión de la moneda. Es necesario, porque el dólar no vale 70 bolívares, pero tampoco vale 300. Hay que ser serios, no sirve endulzar la medida, es necesaria y punto.

En cuarto lugar, no más persecución al privado en cualquiera de sus escalas o formas, internos o externos, basta de alcabalas y procesos administrativos y burocráticos, que no sirven para nada en una economía muerta y contribuyen a todo tipo de formas de corrupción, no más búsqueda de enemigos internos, asumir las culpas y continuar en la búsqueda de un verdadero progreso sin tanta propaganda pomposa que además cuesta dinero a la nación y en nada contribuye al desarrollo verdadero. En quinto lugar, debe venir la revisión de todas y cada una de las empresas estatizadas y privatizarlas todas, pues es la única forma de que produzcan y creen verdadero empleo sostenido y sostenible, con sueldos dignos, condiciones dignas y plena operatividad, siempre teniendo en cuenta la responsabilidad social empresarial, que sí debe ser una verdadera política de Estado y si es función de un gobierno. En sexto lugar, terminar con la mentira de la riqueza del subsuelo, llamar a licitaciones serias y congruentes a empresas con buena y verdadera tecnología, desarrollo y experiencia en la explotación petrolera y minera, donde el Estado vele por una explotación medioambientalmente responsable y el correcto pago de tributos a la nación por el desarrollo de esta actividad, lo cual sí es función de un gobierno serio.

En séptimo lugar, el sector financiero, no más persecución a la banca, que es necesaria en TODA ECONOMIA DE CUALQUIER CORTE IDEÓLOGICO. Es el crédito y la banca un verdadero motor dinamizador de las economías, que ha sido totalmente apagado por la gestión del ejecutivo y la incompetencia del Banco Central de Venezuela. Como octavo lugar, y en esta línea de ideas, renegociar las deudas, buscar apoyo en los organismos multilaterales y llevarlas a formas, plazos y estadios responsables y sanos, para crear verdadera confianza en inversionistas criollos y foráneos. Como noveno lugar, en materia tributaria una revisión total de los tributos, las tasas y contribuciones especiales que declaran y pagan los venezolanos, puesto que existe un segmento poblacional que no declara ni cancela ninguna clase de impuesto, mientras que otra sostiene todo el sistema. Y en décimo lugar, comprometerse verdaderamente con el cambio económico, realizar y mantener las políticas y revisiones necesarias, de manera coherente y pragmática, sin pasiones ideológicas que tanto daño le han hecho a este país.

Como última recomendación, y esta no es para el gobierno nefasto y la oposición irresponsable, sino para ti paisano que me lees. Ten presente que solo la educación y el trabajo, nos llevarán a puerto seguro. Todo lo demás son atajos, son trucos y espejismos que en nada colaboran al verdadero desarrollo. No más fórmulas mágicas, no más puertas traseras, no más cortes de camino al subdesarrollo, al retroceso y a la barbarie, somos corresponsables de esta tragedia, por nuestra inacción, nuestra ignorancia y nuestra embriaguez de "somos bendecidos, tenemos petróleo", tomemos conciencia y afronte cada quien su cuota de responsabilidad, como primera tarea para la construcción de una nación verdaderamente libre, verdaderamente justa, verdaderamente prospera.



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