Entendiendo las medidas económicas del presidente Maduro

La noche del 13 de Agosto de 2018, el presidente Nicolás Maduro anunció otro complemento de las medidas económicas que ya venía emitiendo desde el mes de julio pasado, y que se espera tengan su punto cumbre el próximo 20 de agosto. Aún falta por anunciar la nueva política salarial.

Valga decir que estas son las medidas económicas más coherentes que han sido dictadas por un gobierno nacional en muchos años, porque permiten apuntar a la principal causa del déficit fiscal en Venezuela, y por ende, de la inflación, como lo es el enorme subsidio para regalar la gasolina a consumidores venezolanos y colombianos, algo irracional que no entiende nadie en el resto del mundo.

Pero por la prisa de escribir algo coherente y publicarlo a horas de los anuncios, solamente me limitaré a dos puntos, que vienen a continuación.

EL ANCLAJE DEL BOLÍVAR SOBERANO AL PETRO: ¿ANCLAJE DE SEGUNDO GRADO?

Por años hemos escuchado la propuesta de dolarizar. En la década de 1990 hubo un economista venezolano que se hizo famoso por tener como único tema de conversación la dolarización, siguiendo el ejemplo de la Argentina de Menem y Cavallo.

Pero dolarizar es admitir que ni yo ni nadie de nosotros somos capaces de administrar bien a un país, que todos somos unos ineptos, y que los únicos que saben y merecen dirigir nuestra política monetaria son los de la FED de Washington. ¿Verdad que es injusta esa apreciación?

Pues bien. Si somos capaces de dirigirnos, y no sólo eso, sino que nadie lo hará mejor porque a nadie le importan nuestros intereses más que a nosotros.

Desde el mes de julio, cuando se anunciaron las medidas, hubo una que llamó la atención, que preguntaban por todas partes, y que siempre quedaba sin respuesta: el anclaje al Petro.

Pues bien, después de escuchar la alocución de la noche del 13 de agosto, el panorama quedó claro, y aquí va una explicación sencilla para entender mejor.

El petróleo venezolano se transa en divisas extranjeras, sean yuanes chinos, dólares estadounidenses o euros. El petróleo es un bien físico, una materia prima de la cual Venezuela es la poseedora de las mayores reservas del mundo. A su vez, cada Petro, la criptomoneda venezolana, se valora según un barril de petróleo venezolano.

Luego, el Bolívar Soberano estaría anclado o referenciado al Petro, y todos los días se daría su valor.

Por lo tanto, para concatenar y resumir: el nuevo Bolívar Soberano se basa en el Petro, que a su vez se basa en el petróleo, que a su vez se transa en divisas.

O sea, es un respaldo de segundo grado (o más bien de tercer grado) en las divisas extranjeras.

Al darle flexibilidad se tendría una tasa cambiaria flotante y no fija. A su vez, el petróleo varía de precios todos los días, pero no como lo hacen los precios internos de Venezuela, por lo que tendría un valor más estable.

Al fijar los sueldos en Petros y pagarse en Bolívares Soberanos, sería una indexación indirecta, como hicieron Brasil (Plan Real) y Chile (UF) en su momento para combatir y superar la hiperinflación que vivieron. No significa el final automático de la hiperinflación, sino que estaría siendo domada y el poder de compra interno se estabilizaría. O sea, para explicarlo de una forma que molestaría a unos y agradaría a otros: es una dolarización indirecta y soberana.

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS CON UN PLAN DEL FMI.

Al escuchar hablar de un programa económico de cambios profundos, nadie puede dejar de pensar en los planes del Fondo Monetario Internacional (FMI), que han vivido muchos países del mundo, incluida Venezuela en dos ocasiones, con Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera.

La mayoría de los países que tienen problemas económicos graves y estructurales, como Venezuela en la actualidad, y muchas veces en el pasado, tienen grandes desórdenes en sus cuentas fiscales, sea por falta de recaudación, por exceso de gastos, por pagos excesivos de deudas, o por subsidios desmesurados.

Pues bien, el FMI lo que plantea es poner orden en las cuentas. Busca los números, y sugiere lo que hay que recortar en gastos, lo que hay que recaudar adicional, y lo que hay que dejar de subsidiar. Ellos no conocen ni les importan nuestras costumbres internas ni los compromisos políticos y sociales de los dirigentes.

Pero el FMI no hace nada de gratis, y representa los intereses de los grandes bancos, y si es el caso de un país con grandes deudas, pues buscan proteger y garantizar el pago de esas obligaciones, por encima de los intereses del país. Para "amortiguar" el impacto social y político de sus medidas económicas, siempre vienen de entrada con un nuevo préstamo masivo. Además de todo ello, exigen la entrega real (se salvarán las apariencias legales y formales, como mantener un gobierno y unos ministros y funcionarios nacionales al frente de la situación) de toda la dirección económica del país, y de consultar con ellos cualquier medida nueva y hasta los presupuestos públicos.

Con el préstamo inicial se amortigua momentáneamente el impacto de las medidas, pero luego uno queda comprometido a pagarlo y aceptar la tutela por muchos años.

El plan anunciado busca, al igual que los planes del FMI, reducir los gastos, aumentar la recaudación, y cerrar la brecha fiscal, pero sin el préstamo "jumbo" y sin ser hipotecado ni aceptar la tutela del FMI.

Y es que Venezuela no tiene por qué pedir préstamos. Tiene una fuente de ingresos en divisas, que son las exportaciones de petróleo y otros recursos. Ni en el pasado ni en el presente ni en el futuro Venezuela debe tener deudas. No se justifica bajo ninguna circunstancia. Solamente los créditos comerciales de corto plazo, normales en las transacciones internacionales. Más nada.

Ya se dijo al inicio de este artículo que hay otros asuntos a considerar, pero que estaríamos limitados a dos puntos solamente. Según el debate y las realidades, se ampliarán posteriormente las opiniones.

simonsabaescritos@gmail.com



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