Guerra económica vs. hambre del pueblo

A medida que avanza el tiempo aumenta la preocupación de la situación económica del país, y peor aun la indolencia de los que pueden ayudar en algo a menguar o suavizar el hambre en los más vulnerables, aunque a la final, la mayoría de la población estamos padeciendo por la falta de alimentos.

Apoyo los movimientos sociales, sobre todo aquellos dirigidos a dignificar al ser humano desde las diferentes áreas o vertientes que existan; una de ellas posibilitar el acceso a la alimentación. Este tema era una preocupación constante del Comandante Hugo Chávez, y en muchas ocasiones habló sobre lo vulnerable que podíamos ser ante la falta de comida.

Una vez más, y a propósito de las elecciones del 15 de octubre de 2017 con la mayoría en las gobernaciones que serán ocupadas por personas leales al gobierno, y en medio de una crisis económica – social y moral descomunal, cabe solo invocar a los nuevos actores políticos a reconectar con su pueblo.

Sólo Chávez logró conectarse con su pueblo y cada voto ganado fue voto consciencia desde lo más profundo del corazón de cada elector, situación que hoy realmente desconozco se dé. El voto se ha convertido en una marca, ni siquiera en un castigo, porque haber ganado 18 gobernaciones en medio de una crisis bestial, arroja como lectura una buena gestión o conformismo del pueblo.

Con la situación de guerra económica vociferada por el gobierno, no se puede tapar el sol con un dedo, justificando el deterioro progresivo y violento de la calidad de vida del venezolano, del pueblo. La guerra no se gana, llorando, ni quejándose; las guerras se ganan con adecuadas estrategias, barreras para evitar el efecto del adversario.

Si tan hostil ve el gobierno la senda opositora, por ser quienes manejan la producción privada en este país; entonces, cierra la página y abre la inmigración selectiva, con el empleo de visas, se puede dar entrada consciente a extranjeros que traigan todo tipo de iniciativa empresarial, comercial, industrial, agraria, cultura, entre otras.

Y de corazón, como venezolano, como revolucionario me cuesta aceptar que exista una buena gestión en estos momentos, cuando miles de personas se están muriendo de hambre. Una historia cierta que la viví recientemente y, me dejó sin aliento, me la contó la señora que por subsistir pide en las inmediaciones del edificio donde trabajo.

La señora en cuestión, tiene problemas de motricidad, poca movilidad de un lado de su cuerpo, dificultad para hablar; mas sin embargo, cuenta con 7 hijos, 10 nietos y; por circunstancias de la vida, le faltó motivación, proyección, apoyo o simplemente cumple un karma.

Pues bien, conversamos eventualmente; muy a pesar de su dificultad para hablar tiene lógica y coherencia en lo que dice; hace aproximadamente un mes, estuvo enferma. Cuando la vi, me alegré, ella temblaba y me pidió algo para comer. Entré a la oficina, ubiqué una comida y se la entregué.

Cuando me vio extendió la mano y casi literalmente me la arrebató, no masticaba los alimentos, se los tragaba del hambre. Me sorprendió su actitud, primera vez en tantos años conociéndola, ver esos modales; me quedé a su lado haciéndole compañía. Cuando terminó, me comentó que tenía tres días sin llevarse algo al estómago, solo migajas, para poderles dejar a sus nietos.

Lo peor fue decirme que estuvo a punto de matar un perro, porque el hambre le tapó el cerebro. Sin embargo, se llamó a la calma y como pudo se vino a los frentes de mi sitio de trabajo y, al llegar me encontró a mí.

Esta historia es tan real como que existe un Dios que está en cada uno de nuestros corazones. A los políticos que están ocupando puestos de poder, les pido conecten con su gente, es su tarea más sublime, es servir, ser servidores públicos. Despertemos de este sueño, de ver en esta Venezuela un país donde todos somos iguales y, con igualdad de oportunidades.

Hay gente recogiendo en los basureros para comer, me consta, no es cuento ni tratando de mal poner a nadie. Dejemos la pelea entre nosotros, juntos trabajemos por un mejor país. Que ningún venezolano tenga que acostarse sin algo en su estómago, que ningún venezolano tenga que pensar en emigrar porque aquí en su tierra no ve futuro.

El futuro no es de unos, el futuro debe ser para todos por igual. Si Chávez estuviese vivo, esto que me contó la señora no hubiese sucedido.

carcar1967@gmail.com



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