Ubican en Italia a Carlos Luis Malatto, un exmilitar argentino buscado por crímenes de lesa humanidad

Exmilitar argentino Carlos Luis Malatto, sobre quien pesa desde hace años un mandato de captura de la Argentina por 11 casos de tortura

Exmilitar argentino Carlos Luis Malatto, sobre quien pesa desde hace años un mandato de captura de la Argentina por 11 casos de tortura

Credito: Agencias

El exmilitar argentino Carlos Luis Malatto, sobre quien pesa desde hace años un mandato de captura de la Argentina por 11 casos de tortura, vive plácidamente en un casa a metros del mar de un barrio privado llamado Portorosa, en Sicilia. Allí amarran yates y se levanta un gran hotel para turistas con pileta y demás amenities. Malatta se mueve en un Mercedes Slk azul y está por casarse con una mujer, también argentina.

Lo descubrió una investigación del diario La Repubblica, que publicó hoy en tapa un artículo titulado "La dolce vita del torturador argentino"y en su edición online, un video en el que Malatto, que aparece con el torso desnudo en la entrada de su casa, después de confirmar su identidad, al darse cuenta de que se trata de periodistas, se ofusca y se encierra rápidamente en su casa.

Exteniente coronel en el Regimiento de Infantería de Montaña de San Juan, Malatto, que tiene hoy 70 años, estaba siendo juzgado en San Juan por crímenes de lesa humanidad, 11 casos de tortura y desapariciones. Pero en 2011, tras obtener un pasaporte italiano gracias a la doble ciudadanía, logró escaparse a Italia, que años más tarde negó la extradición que había pedido la justicia Argentina. En los últimos años, consciente de ser alguien en la mira por su pasado de torturados, cambió varias veces su residencia. "Estuvo en Pescara, en Génova y hasta el año pasado en el pueblo de Calascibetta [Sicilia], desde donde se había esfumado", contó a LA NACION Jorge Ithurburu, presidente de la asociación italiana sin fines de lucro "24 de marzo" que defiende los derechos humanos y ayuda a perseguir a los represores que siguen sueltos en el mundo.

Ithurburu explicó que la justicia de Italia rechazó en 2014 la extradición de Malatto por problemas legislativos: no existía el delito de tortura en el código penal italiano, sino una tipología similar presecriptible después de dos años.

Pero como Malatto también es ciudadano italiano, como tal fue denunciado por delitos políticos cometidos en el exterior: el secuestro y homicidio agravado por torturas de la joven modelo franco-argentina Marie-Anne Erize Tisseau-que desapareció en la provincia de San Juan el 15 de octubre de 1976- y de Juan Carlos Cámpora, Jorge Bonil y Alberto Carvajal.

La fiscal Tiziana Cugini, a quien el fiscal federal de San Juan le pasó las actas de tribunal y los audios y videos de los testigos, terminó la investigación del caso a principios del año pasado. Pero el juicio quedó trabado porque Malatto jamás pudo recibir el aquí llamado avviso di garanzia (notificación sumarial) porque ya no se encontraba en su último domicilio, en el pueblo de Calascibetta.

La investigación del diario La Repubblica, que lo encontró en el barrio privado Portorosa, a la vera del mar, en el pueblo de Furnari, provincia de Messina, ahora cambió las cosas. "Es un paso adelante. Esto va a hacer que la fiscalía vuelva a moverse y la esperanza es que en seis meses se llegue a una audiencia preliminar", dijo a LA NACION Ithurburu. Y destacó el hecho de que Malatto, que se encuenta en una zona famosa por su alta densidad mafiosa, evidentemente "está muy protegido".

"Está siendo defendido por el abogado Augusto Sinagra [que lo defendió a Licio Gelli, capo de la logia masónica P2], un siciliano muy influyente, de extrema derecha, a quien todos le tienen miedo y que tiene muchos contactos por allí. ¿Cómo se explica, si no, los cambios de residencia con direcciones inexistentes?", se preguntó.

Veterano defensor de derechos humanos, como teme que Malatta vuelva a escaparse, Ithutburu hizo un pedido para que se le imponga al exmilitar alguna restricción: "Que le saquen el pasaporte para que no puede por ejemplo irse a Turquía, o que lo obliguen a ir dos veces por semana a los carabinieri a firmar, diciendo que está presente". "No lo pueden arrestar porque tiene 70 años, no puede reiterar el delito, no puede cambiar las pruebas en su contra y no atemoriza a nadie, pero imponerle algunas restricciones, sí pueden", explicó.

Ithurburu también destacó el alto nivel de vida de Malatto, sobre quien no solo sigue vigente un mandato de captura de parte de la justicia argentina, sino también una orden de recompensa de 100.000 pesos para quien aporte información, según confirmó la fiscalía de San Juan. "Está en un barrio privado, con seguridad privada, en un lugar muy paquete, se mueve tranquilamente por todos lados en un Mercedes y parece que está haciendo trámites en la municipalidad para casarse... Decían que ahí, en ese mismo barrio cerrado, también se había escondido Bernardo Provenzano, el capo de la Cosa Nostra".



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