Primero un gran saludo de hermanos, aunque sé que estas líneas están lejos de su alcance, pero como decía Kotepa, escribe que algo queda. La historia de nuestros pueblos, está signada por el dominio de los invasores primero y después de los hijos de los invasores.
Durante siglos en Venezuela, los hijos de los mantuanos, léase mantuanos II, jamás han ido a los cuarteles a cumplir con algo que hasta en muchos países de esos que se hacen llamar desarrollados, cumplen. Es decir todos a servir como soldados. En Venezuela los mantuanos II no van a los cuarteles, no saben lo que es ser soldado de su patria. Sólo los hijos de los pobres van a servir a los cuarteles. En Venezuela existe un grupo llamado “manos blancas”, son cínicos, prepotentes, vanidosos y ridículos. Nunca en la historia venezolana se habían atrevido a salir a “marchar” contra ningún gobierno…bueno, eso era imposible, los gobiernos de la llamada IV-R eran regidos por sus padres.
Mientras los muchachos de los barrios eran perseguidos por algo que se llamaba recluta, ellos los “manos blancas” se divertían viajando, estudiando en las mejores universidades del mundo, habitando núcleos fantásticos, viviendo en lujosas mansiones. Un día llegó un hombre de pueblo llamado Hugo Chávez Frías y se posesionó del gobierno en pro de los de abajo, es decir de los que menos tienen. Los “manos blancas” son hijos de millonarios, de corruptos que se enriquecieron en los gobiernos adecos y copeyanos. Son hijos de unos a los que llamaban ¡los meritocráticos”, tenían mérito, sí, pero para desfalcar a la empresa PDVSA. Uno de ellos llamado JULIO BORGES y otro llamado Leopoldo López formaron un partido fascistas con el dinero de PDVSA y no han ido preso.
Ustedes como el resto de muchacho que salen de las barriadas, de la pobreza, son los que van a cumplir con la patria, mientras los “manos blancas” de la oligarquía se echan aire en el escroto. Los oligarcas son sádicos, pederastas; les gusta dominar a los muchachos pobres. Su nivel de descaro llega al extremo de pedirles a esos, soldados del pueblo, que maten a su propia gente…mientras ellos ríen en sus mansiones, en sus quintas, en su pent house, esperando para dar el zarpazo final y regresar a seguir esclavizando a los pueblos; los pueblos por los que ustedes y no ellos dan la vida detrás de un fusil, de un tanque, de una ametralladora, ¿dónde están esos cobardes “manos blancas ?
Les gusta ver rodar por el piso la sangre de ustedes. Son vampiros de las siete suelas. Pero no sienten vergüenza de observar que mientras ustedes se matan, ellos, sus hijos, juegan a la pornografía en el monitor del “blacberri”. Observen a sus lados y no verán otros rostros que los de los amigos del barrio, del caserío, del bloque, de la orilla de la carretera, del cerro…no verán a ningún hijo de potentado , porque ellos son pusilánimes; pueden estar seguro que sólo al pensar que sus hijos podrían estar enfrentados en una guerra, les aumenta las cromosomas. Son cobardes natos; en ninguna guerra ha luchado un soldado millonario, es su herencia, son eunucos, castrados, sin bolas, miedosos.
Pero utilizan a los soldados del pueblo para que disparen contra éste. Nuestro Libertador dijo: “Maldito el soldado que dispare contra su pueblo”, a ellos les gustan los golpes de Estado cuando sus intereses no se ven beneficiados, pero nos forman un batallón de su gente, de sus hijos, de sus millonarios; no; siempre recurren a los soldados nacidos en las duras luchas del barrio para que los protejan. Es hora de darles un parao. ¡Basta ya! No apuntemos las armas contra nuestros hermanos; apuntémosla contra quien invade nuestro territorio para dominarnos, contra quienes han sido injustos, criminales, ladrones, malhechores, corruptos e indignos.
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