Justicia versus impunidad

En este dilema, se debate un sector de la política nacional, que siempre hizo del trafico de influencias y del uso de poder para corromper, su instrumento preferido para lograr metas y capitales fáciles. Ese sector pervertidor de la moral y las buenas costumbres, preparó de manera efectiva una maraña, que liga a los medios de comunicación cómplices, con los intereses de los corruptos a cambio de beneficios económicos, poder político e impunidad. Tal es el caso por ejemplo de muchos; que cobijados bajo una camisa y gorra roja, se hicieron de una fortuna de la noche a la mañana, a la sombra de un cargo publico, y cuando les descubren sus tracalerías, saltan a la oposición y desde esa tribuna cómplice, se declaran perseguidos políticos.

Sé de gente que se da golpes de pecho, que clama a los cuatro vientos la necesidad que se aplique la justicia, solicitan sanción judicial para quienes delinquen. A sabiendas que ellos o algún allegado o jefe político, están incursos en esa practica, cuando la ley los toca, entonces se desgañitan, patalean, ofenden, denigran y maldicen a la autoridad (es) que ejercen su deber de sancionar el robo cometido contra la cosa publica o por vender los intereses legítimos de otros, a cambio del favor personal o grupal.

Lo que sucede con ese delincuente insaciable y antisocial, llamado Manuel Rosales, es el ejemplo más patético y demostrativo, que en ese sector político Venezolano llamado oposición, por lo menos en sus cuadros ¿dirigentes?, solo existe una complicidad automática con todo el que se apropie de algo de manera ilegal. La solidaridad a priori, delata una conducta compartida, que defiende lo indefendible y veja a la justicia. Por eso hoy se oyen sus alaridos en pro de la defensa de quien posee multimillonarias cuentas bancarias y bienes inmuebles, imposible de justificar con un sueldo de maestro no graduado, o de alcalde o gobernador.

Allí tenemos el otro caso de Ismael García, Carlos Jiménez y Gian Franco Napolitano. El primero de los nombrados, después de amasar una fortuna, que lo ha hecho co -propietario de una red nacional de emisoras, de múltiples bienes inmuebles, una jugosa cuenta bancaria y otras cositas más. Al ver que se le notaba mucho el bojote; se lanzó a los brazos de la oposición, para luego decir cuando se le abra la investigación correspondiente, que le están haciendo una persecución política. Este señor Ismael García, hizo tremendos negocios chimbos con Johnny Yánez Rangel, el mismo Napolitano, en Cojedes, luego se trasladaron a Yaracuy, hicieron equipo con el gobernador destituido. Carlos Jiménez. En Aragua el santico de Ismael y su equipo depredador, se confabuló en tremendos guisados monetarios productivos, con el ex gobernador Didalco Bolívar.

Son personajes de esta calaña, los que conforman y defienden a la oposición en nuestro país. La justicia no debe ni puede frenar su afán de sancionar a todo culpable, pues seria mortal seguir avalando y permitiendo el desangramiento de la nación y destruyendo la poca credibilidad que le dejaron en la cuarta república a las instituciones de justica. A propósito de justicia ¿que pasa con Velázquez Alvaray y los terrenos adquiridos con sobreprecio, donde están sus cómplices? ¿ por que no se sigue proceso judicial a los cómplices bien identificados de Carlos Jiménez? Creo que hay que ponerle los motores nuevos a la justicia, o si no, hacer una constituyente judicial.


javiermonagasmaita@yahoo.es


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Javier Monagas Maita


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