En la antigüedad, reyes, capitalistas, imperialistas, religiosos y otros, etcéteras, etcéteras, víctimas de sus gulas monetarias, ociosas, orgiásticas, y, ¡ay, mi pana! tenían bajo sus órdenes ciertos batallones de guardias que además de encargarse de cobrarle la “vacuna” al pueblo, igualmente tenían que ir con los ojos bien pelados observando a ver si en las casas visitadas habían chamos, adolescentes de bellos rostros e ídem cuerpos, para llevarlos ante sus amos.
Esos efebos eran trasladados in situ a casa de los dueños de estos jala bolas indignos. No se sabe aún, pero en seguida a los chamitos los castraban, es decir, los dejaban sin bolas, para que no perdieran el sonido de sus voces juveniles. Eso les encantaba a los pescados de la época. A los infelices muchachos los convertían en “compañeros de alcoba” y se peleaban, los ociosos de marras, por poseer el mejor.
Hace poco tiempo hubo en Caracas un horrendo crimen ocurrido en un hotel de Sábana Grande. El asesinado fue un sacerdote, quien había invitado al criminal a que lo acompañara a un hotel de la calle San Antonio. Por el caso hubo mucho revuelo. La iglesia se crispó como que si “ser ministro de Dios en la tierra fuera algo que alejara a los hombres de la horda infernal de los vicios y la aberración. Mi padre decía que todo aberrado suele esconderse en ciertas fachadas religiosas, para poder saciar sus quiebros y requiebros, pues la gente religiosa tiene por costumbre creer que éstos, los curas, los sacerdotes, los monaguillos, los abad, los… son personas incapaces de… ¡ciertas locuras terrenas, carnales!
¿Por qué la iglesia católica aquí en Venezuela que habla de la Biblia, de los pecados, de las maldades, de lo que puede y no debe hacerse, se niega a ver una gran verdad, que a la población le produce tanta arrechera? Hace tiempo un mal estudiante llamado Nixon Moreno, al que muchos tildan de espía de la CIA se ha dedicado a causar muchos males entre la población venezolana. No puedo asegurarlo pero se comenta que no ha llenado los requisitos para graduarse en ninguna universidad, empero hace poco logró un título de politólogo.
Ese Nixon Moreno fue acusado por una joven policía del estado Mérida de haberla violado en una manifestación que hubo en los predios de la ULA. Eso se observó por televisión y prensa escrita, escribo la denuncia. Nixon Moreno es un guarimbero, aunque se arreche Leopollo Golpe, alcalde de Chacao. No pudo la justicia venezolana ponerle la mano encima al, supuesto aberrado, porque el bebé, el Mesías de la nueva iglesia católica venezolana, salió corriendo y cayó con el resplandor de un haz de luz, en la cama del Nuncio Apostólico. Allí fue protegido por los curas, por los hombres de sotanas, por los medios televisivos, que vienen siendo hoy, los reyes, los césares, los “atrapa efebos” de la época.
Se graduó Nixon sin haber estudiado. Un día de estos, no nos sorprendamos, que sea llevado al Vaticano, a la misma habitación, perdón, a la misma presencia del Papa, para que éste, el Papa, lo nombre como el nuevo santo de la iglesia “Nixon de la Violación y la Podredumbre”, amén chigüire
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